Salario mínimo se acerca cada vez más al sueldo promedio en El Salvador
Para Saira Barrera, de la UCA, en el país el alza de las tarifas mínimas no empuja a un aumento del resto de salarios. La última remuneración promedio es solo un 27% superior al actual salario mínimo.
El salario mínimo en El Salvador no tiene un efecto al alza sobre la remuneración promedio pagada a los trabajadores, por lo que un aumento en las tarifas, más que arrastrar al resto de salarios, solo acerca el mínimo al promedio.
Eso es lo que concluyó la académica Saira Barrera durante el conversatorio "Viviendo al mínimo: una reflexión sobre el salario en El Salvador", organizado por la Fundación para el Desarrollo de las Ciencias Sociales (FUDECSO) y el Departamento de Economía de la UCA. Participaron, también, los economistas René Antonio Hernández y José Andrés Oliva.
Barrera sostiene que debido a que en El Salvador no hay una norma que exija que el resto de salarios se nivelen con respecto a las tarifas mínimas, lo que se registra es que el promedio está cada vez más cerca de lo mínimo exigido por la ley. A esto se le conoce como compresión salarial.
"El salario mínimo puede tener un efecto faro, es decir, que jale a los otros ingresos. O puede tener un efecto de compresión, en el que el salario mínimo le va pisando cada vez más los talones a las tarifas superiores", comenta. Ese fenómeno pudo haberse profundizado con la más reciente actualización del salario mínimo, un alza del 12%, vigente desde el 1 de junio.
La académica hace uso de los últimos datos relativos al trabajo publicados por el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), relativos a abril de 2023. No hay más actualizados disponibles por el momento. Esta data indica que el salario promedio cotizable a escala nacional es de $521. Eso es apenas $113 superior a la tarifa mínima vigente para el sector de la industria, servicios y comercio, $408.8. Solo un 27% más.
"Quienes están trabajando con un salario promedio sienten que sus condiciones de vida se parecen cada vez más a las condiciones mínimas, porque efectivamente así es", amplía Barrera.
Como ya se dijo, existe una imposibilidad de conocer con precisión cuál es el salario promedio mensual actual, pues las autoridades han decidido no seguir publicando información oficiosa que permitiría conocer el fenómeno.
Sin embargo, Barrera analiza que es muy probable que ese sueldo promedio sea ahora menor que en abril de 2023, pues se han perdido miles de empleos en el sector público, mejor pagados que en el privado, pues cuentan con una remuneración media de $715.
Además, otras situaciones, como el cese del flujo de fondos de USAID para organizaciones no gubernamentales, podrían haber tenido un impacto importante, pues el de estas últimas era el salario promedio más alto del sector privado, al cumplir con estándares internacionales. La aprobación de la Ley de Agentes Extranjeros podría profundizar más este fenómeno con el cierre de otras organizaciones.
José Andrés Oliva explica, por su parte, que el salario mínimo es el gran barómetro de las remuneraciones promedio en las micro y pequeñas empresas, que no es un porcentaje menor del empleo en El Salvador. El estudio "Estado de la Mype 2024: La Otra Cara de la Economía", de la Fundación Salvadoreña de Apoyo Integral (FUSAI) revela que son responsables de emplear a 7 de cada 10 personas y conforman el 90% del parque empresarial del país. En empresas más grandes, este factor disminuye, explica Oliva.
Sin embargo, el académico también apunta a que el salario mínimo tampoco tiene un gran efecto en el sector informal, en el que trabaja el 69% de la población salvadoreña.
"El problema de El Salvador no es un problema de empleo, es un problema de informalidad… En zonas rurales el empleo informal es predominante, con una alta participación en la agricultura y el comercio local", comenta.
Las críticas al proceso del aumento
Barrera sostiene que el aumento del salario mínimo, de un 12% general, no se condice con el alza en el costo de la vida. Para ella, hay una especie de pecado original en el criterio con el que se eligió el porcentaje de aumento.
Este es, según ha comentado el presidente de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), el de la inflación general, que entre agosto de 2021 (mes de entrada en vigencia del anterior salario mínimo) y abril de 2025 fue de en torno al 12%.
Según la académica, la metodología del Índice de Precios al Consumidor (IPC) generado por el Banco Central de Reserva (BCR), que marca la inflación, sostiene que el salvadoreño gasta solo el 2% de sus ingresos en vivienda. Lo destinado para comida, en cambio, se coloca en el 26%.
Barrera afirma que esto contrasta con el sentido común y con sus propias investigaciones. Trabajadoras de la maquila que aportaron entrevistas en el "Análisis Socioeconómico El Salvador Año 2024" afirmaron que su gasto más importante corresponde a vivienda.
"El IPC, como índice ponderado del gasto para medir la inflación, tiene fallas importantes", apunta Barrera.
La académica también se refirió al proceso mismo con el que se definió el aumento al salario mínimo, surgido de una propuesta del Ejecutivo que no fue modificada en ni una sola coma por parte del Consejo Nacional del Salario Mínimo. Barrera recordó que en agosto del año pasado, cuando ya tocaba hacer el ajuste al salario mínimo, se le cuestionó al ministro de Trabajo y Previsión Social, Rolando Castro, sobre esa situación. El funcionario respondió que "el presidente dirá".
"Y el presidente dijo", comenta Barrera, quien sostiene que, por el hecho de que no se hicieron cambios a la propuesta del Ejecutivo y que entró en vigencia justo cuando Nayib Bukele había sostenido que lo haría, el 1 de junio, queda en entredicho el papel del Consejo en esta decisión.

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