Una planta de agua para una comunidad que ya tenía agua

El calor mezclado con el olor del mar del cantón Las Hojas en San Pedro Masahuat, La Paz Oeste, hacen que las actividades físicas sean un reto. Bajo el sol de la costa, alrededor de 15 a 20 reos tuvieron que trabajar en un terreno privado, sin comida, agua y con brazaletes electrónicos en los tobillos, para construir una obra que empezó siendo un espacio de esparcimiento y que, gracias a revelaciones periodísticas, terminó siendo una planta potabilizadora de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA).

El lugar donde los reos en fase de confianza trabajaron de 8:00 a.m a 4:00 p.m. por semanas luce diferente a la primera vez que El Diario de Hoy lo visitó para verificar una denuncia sobre presos trabajando en la construcción de un rancho de playa privado.

En la primera ocasión, el 20 de abril de 2023, se observaba un árbol rodeado de distintos muros de contención hechos con piedras de distintos tamaños y colores en distintas partes de los lotes 367-368 y 266-2. Actualmente solo está el árbol, una pequeña estructura con dos dispensadores de agua y una estructura metálica resguardada por un portón que tiene escrito a un costado: "Planta Desalinizadora Las Hojas".

"Ahí es donde le meten químicos al agua para hacerla potable. Les tocó hacer esto (la planta) para tapar lo que les descubrieron", dice Raúl, un habitante del cantón.

Antonio comentó que él y la gran mayoría de los lugareños ya sabían que estaba ocurriendo algo raro, ya que ver en el cantón al director de Centros Penales, Osiris Luna, y a su madre, Alma Yanira Meza Olivares, con un gran despliegue de seguridad daba "mala espina".

"Nosotros solo vimos como iban y venían. La señora era bien pesada con los trabajadores", comentó Raúl. Él y otros lugareños, al ver que los reos no comían ni bebían nada, se ofrecieron a llevarles comida, cocos, agua para que aguantaran trabajar en condiciones marcadas por el calor de la costa.

Uno de los tres lotes pertenecía al abogado Ricardo Arturo González Domínguez, quien adquirió el terreno por $11,874.73. Dos semanas después, lo vendió a la abogada Marta Mileydi Campos,  a quien según la compraventa del 4 de noviembre del 2022, este terreno en la playa Las Hojas le costó $20,000.

Marta Mileydi Campos es dueña del 97% de las acciones de la Sociedad Rocas S.A de C.V, cuya administradora única propietaria es Alma Yanira Meza Olivares, madre del director de Centros Penales.

En estos lotes se estaba construyendo un rancho privado, que de acuerdo a la alcaldía de San Pedro Masahuat, no contaba con la debida autorización por no haber pagado impuestos municipales del terreno desde hace años, pero que aún así se estaba edificando con la mano de obra de reos.

Esto terminó una vez El Diario de Hoy y El Faro publicaron sobre esta denuncia y el señalamiento de corrupción al hacer uso de recursos del Estado en un espacio privado. Los reos ya no fueron llevados, por un tiempo, desde el centro penal de Zacatecoluca hasta la playa las Hojas para trabajar en el terreno.

Luego de días de silencio oficial, apareció el entonces director de ANDA, Rubén Alemán, anunciando que en ese lugar tabajaban en conjunto con Centros Penales en la creación de una planta desalinizadora, la cual estaría en un terreno privado que fue donado para suministrar agua potable al cantón Las Hojas y al centro Eecolar del lugar, que está a unos 300 metros de distancia de la planta.

"Como Gobierno de El Salvador estamos trabajando siempre para mejorar la calidad de vida de todos los salvadoreños. Este sector, donde nos encontramos, había sido abandonado por décadas, no contaba con infraestructura de ANDA, ni mucho menos con sistemas de agua con el aseguramiento y control de calidad requeridos", explicó Rubén Alemán a un medio oficialista.

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En las fotos de propaganda en redes sociales, el presidente de la autónoma aparecía el 5 de abril de 2023 en la playa Las Hojas observando detenidamente un vaso de vidrio de laboratorio lleno con agua de mar, como si con su mirada pretendía encontrar algo en el líquido.

Según lugareños, las palabras de Alemán les causaron gracia, ya que las 120 familias que viven en el cantón contaban con suministro de agua potable desde hacía unos diez años. Esto puede constatarse con un plan comunal para desastres naturales, creado por Protección Civil en el año 2011, donde se encuentra la historia del cantón y otros datos.

El documento narra que en el año 1986, un terremoto de gran magnitud causó pérdidas humanas y materiales, lo cual llevó a los lugares a buscar rehacer sus espacios públicos, construyendo en el año 1987 el "Centro Escolar Cantón Las Hojas".

En el año 2003, la comunidad además de reconstruir lo que se dañó, agregó servicios básicos como nuevas viviendas, cocinas, letrinas y un proyecto de agua potable, que se terminó de construir en el año 2010.

Al comienzo, sólo 40 familias contaban con el servicio de agua potable y las demás se suministraban por medio de pozos artesanales, pero estos se dañaban con la subida de la marea, por lo que hoy día, la gran mayoría de las familias del cantón están unidas en una cooperativa que les suministra el agua.

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Por lo anterior, la planta desalinizadora solo suministra directamente agua potable al Centro Escolar Cantón Las Hojas. "Nos ofrecieron el servicio de agua potable, pero ya lo teníamos, aparte que lo estaban dando más caro, así que mejor no lo agarramos", comentó Raúl.

Además de construir la planta desalinizadora, se remodeló simultáneamente la escuela del cantón, colocando dispensadores de agua, paneles solares y se adecuaron los espacios. Esta intervención no la hizo el MOPT, sino que la Autoridad Salvadoreña del Agua (ASA), junto con Centros Penales. Los mismos reos que trabajaban en el rancho privado fueron enviados a rehacer la escuela.

Según los lugareños, esto agradó a los presos en fase de confianza, porque en esta ocasión sí les dieron comida, agua y lo que necesitaran. Raúl explicó que uno de los reos se mostró feliz de que se haya publicado la noticia de lo que estaba ocurriendo en Las Hojas. "Cuando iba en el camión y nos iban siguiendo los del diario, hasta me levanté el pantalón para que me vieran el brazalete en la pierna", recuerda Antonio que le dijo el reo.

También se construyeron dos cantareras en las cuales los habitantes pueden llegar a traer agua para diferentes usos diarios. Una frente a la planta y otra afuera del centro escolar.

"Yo de esa agua no tomo, sabe bien feo, como a cloro", comentó Gloria, una lugareña. El agua de los dispensadores la usan para limpiar sus casas, para el sanitario y si es necesario para hacer sopas, pero antes debe de hervirse para apaciguar el sabor químico.

"Nos ofrecieron el servicio de agua los de ANDA, pero es más cara de la que nos da la cooperativa, así que mejor no", agregó Gloria, confirmando las declaraciones de Raúl.

Raúl y Gloria son nombres ficticios. Ellos afirman no sentirse seguros de contar todo lo que vieron y escucharon durante el tiempo que estuvieron los reos en la zona; no por ellos, sino por el director de Centros Penales y su madre, ya que temen que tomen represalias contra ellos o que sean detenidos por algún delito que no han cometido.

Otros lugareños que hablaron con este medio también prefirieron no ser mencionados sus nombres por un temor respaldado en la impunidad. Tanto el director de Centros Penales, Osiris Luna Meza, y su madre, Alma Yanira Meza Olivares, fueron sancionados en 2021 por Estados Unidos a través de la "Ley Magnitsky" por presuntamente ser responsable o cómplice de actos de corrupción. Pese a ello, continúa en el cargo y no se ha iniciado una investigación sobre tales señalamientos.

Según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, Alma Yanira Meza habría actuado como negociadora en transacciones y elaboró un plan para malversar millones de dólares de las tiendas penitenciarias de El Salvador. Además fue señalada de participar en un esquema de corrupción en relación a la venta de paquetes de ayuda para personas vulnerables durante la pandemia del COVID.

"Luna ( Director de Centros Penales) participó en un plan para robar y revender productos básicos comprados por el gobierno, que originalmente estaban destinados al alivio de la pandemia de COVID-19. Estos artículos se transfirieron a empresas privadas y luego se revenden en el mercado privado o se devuelven al gobierno", dice el comunicado del Departamento del Tesoro.