El divino titiritero
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Fábula de “Los Hilos del Destino”: “¡Estoy cansada de hacer siempre tu voluntad! -reprochó un día la marioneta de madera al viejo marionetista. Quiero dejar de vivir los sueños de otro, para vivir los míos” -terminó diciendo. El anciano titiritero del circo le aclaró: “Debemos aceptar nuestro destino. Naciste marioneta para actuar tu drama asignado, obedecer y dejarte guiar en escena. Sujetos estamos todos de los hilos del destino. No se mueve una hoja en el gran teatro de la vida sin la voluntad de Dios, El Divino Titiritero.” Los años pasaron y -el día cuando murió el viejo marionetista del circo- la marioneta murió también, pues ya nadie quedaba para moverla y guiar su destino y actuación. Esta fábula nos ilustra la historia de los muñecos humanos en la escena circense de la vida. Y -más allá de su similitud con nuestro destino- nos deja la siguiente moraleja: “Aquel cuya vida deja de ser guiada por los hilos de Dios, muere. Tanto física como espiritualmente. Porque ya no hay una fuerza e ilusión que le mueva y conduzca en el esplendor de su drama.” <De fábulas “Pastor de Ovejas Perdidas” de C. B.>

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