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La Niña no frenará el calentamiento global advierte la OMM
Aunque el fenómeno de La Niña suele asociarse a temperaturas más bajas, la Organización Meteorológica Mundial advierte que su efecto será breve y no compensará el avance del cambio climático. Las comunidades vulnerables seguirán expuestas a fenómenos extremos.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió esta semana que el actual episodio del fenómeno de La Niña, que comenzó a manifestarse en diciembre, será de corta duración y no revertirá la alarmante tendencia del calentamiento global. Pese a que La Niña suele provocar un descenso de temperaturas a escala planetaria, su efecto no será suficiente para contrarrestar los récords históricos que el mundo continúa registrando.
Según el más reciente informe de la OMM, las temperaturas de la superficie del Pacífico ecuatorial, actualmente por debajo del promedio, volverán rápidamente a valores normales. Las proyecciones indican un 60 % de probabilidades de que se regrese a condiciones climáticas “neutrales” entre marzo y mayo, y un 70 % entre abril y junio. Es decir, que el enfriamiento causado por La Niña será pasajero.
Este pronóstico llega en un momento crítico: enero de 2025 ha sido el mes más cálido jamás registrado, lo cual refuerza la advertencia de que los efectos del cambio climático continúan intensificándose a nivel global. “La llegada de La Niña no basta para frenar la aceleración del calentamiento global”, señaló la OMM.
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El fenómeno de La Niña consiste en el enfriamiento a gran escala de las aguas superficiales del centro y este del océano Pacífico ecuatorial, acompañado de cambios en la circulación atmosférica tropical, como variaciones en los vientos, la presión y las precipitaciones.
Tradicionalmente, sus efectos son contrarios a los de El Niño y suelen provocar patrones climáticos distintos, especialmente en regiones tropicales.
Sin embargo, la OMM recalca que este episodio no tendrá la fuerza ni la duración suficiente para alterar significativamente las tendencias de fondo. La probabilidad de que aparezca un nuevo evento de El Niño entre marzo y junio es mínima, pero esto no implica una mejora en las condiciones climáticas.
La secretaria general de la OMM, Celeste Saulo, subrayó la importancia de las previsiones climáticas estacionales para emitir alertas tempranas y preparar respuestas ante posibles desastres. “Estas previsiones se traducen en millones de dólares en ahorro para sectores clave como la agricultura, la energía y el transporte, y han salvado miles de vidas en los últimos años”, afirmó.
Pese a los esfuerzos de monitoreo y anticipación, las comunidades más vulnerables siguen siendo las más expuestas. En muchas regiones del mundo particularmente en países en desarrollo, los cambios en las precipitaciones, las olas de calor y los eventos extremos como sequías o inundaciones, continúan afectando la seguridad alimentaria, la salud pública y los medios de vida.
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La incertidumbre climática se refleja en el terreno. Agricultores que dependen de lluvias estacionales se enfrentan a pérdidas inesperadas; familias en zonas costeras o montañosas viven con el temor de deslizamientos o tormentas repentinas; y los sistemas de salud se ven presionados por enfermedades relacionadas con el calor y la escasez de agua.
Los expertos advierten que la sensación de alivio que algunos asocian a La Niña es engañosa. El calentamiento global no se ha detenido, y cada año se superan nuevos umbrales. La variabilidad natural del clima, como La Niña o El Niño, ya no basta para amortiguar el impacto humano sobre el planeta.
Frente a este panorama, la OMM insiste en la necesidad urgente de reforzar las políticas de adaptación, acelerar la transición hacia energías limpias y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El planeta continúa calentándose, y los efectos ya son visibles, especialmente para quienes menos recursos tienen para enfrentarlos.