El asesino que quiso ser alcalde de Ereguayquín

Aquella noche del 3 de enero de 2021, Pedro Juan Centeno, entonces de 38 años, trasladó en su propia camioneta, una Nissan Rogue celeste, a varios de sus compinches. Los dejó a poca distancia de donde cometerían un homicidio con robo, contra una familia trabajadora, a la que le mataron uno de los suyos.

Jared Baltasar Argüello García fue asesinado por la banda delincuencial que se hacía llamar Grupo de Exterminio Paz o Muerte, formada por al menos tres policías activos, un soldado de la Sexta Brigada de Infantería, un exmilitar y por más de una veintena de civiles, según consta en documentos judiciales a los que se ha tenido acceso. Dos policías más fueron señalados de ayudar, circunstancialmente al grupo criminal, uno de estos, identificado como Abel Neftalí Coreas Mejía, fue sentenciado a 40 años de prisión a finales de agosto de 2023 por dos homicidios cometidos por el mencionado grupo criminal.

Cerca de donde sus compinches cometerían el homicidio seguido de robo, vivían dos primas de Centeno; para no llegar hasta el propio lugar, se quedó a cierta distancia, en su camioneta, haciendo labores de vigilancia por si la Policía Nacional Civil (PNC) se cruzaba, aunque esto último era bastante remoto, pues el grupo de criminales solía tener bajo control los movimientos de los policías en los lugares donde cometía sus crímenes.

Para cuando Centeno, alias Selena, participó como parte de la banda criminal que surgió en 2018 como iniciativa para exterminar pandilleros, también aspiraba a convertirse en alcalde del entonces municipio de Ereguayquín, departamento de Usulután, según consta en registros oficiales.

Centeno había sido nombrado candidato por el partido Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) para las elecciones municipales y legislativas del 2021, celebradas el 28 de febrero. Como si nada malo hubiese hecho, participó en esos comicios, pero no ganó.

Después de esos comicios, todavía siguió viviendo en Ereguayquín por poco más de un mes. Para abril, cuando la PNC realizó varias capturas de miembros del  grupo criminal, Centeno fue alertado, a través de una llamada telefónica hecha por un policía, parte del grupo delincuencial, de que se fuera porque habían capturado a varios y que “la cosa se iba a poner fea”.

Así es como Centeno logró evadir la justicia salvadoreña. De acuerdo con fuentes de El Diario de Hoy, el fulano tiene también ciudadanía estadounidense y podría estar radicado en el estado de Virginia. A pesar de que autoridades salvadoreñas han solicitado a la Policía Internacional que lo capture, eso aún no ha sido posible.

A casi cuatro años de que un juez hiciera la solicitud de captura internacional, Centeno sigue en libertad, aunque en el portal de la Interpol sigue vigente la difusión roja.

A pesar de lo anterior, el pasado 2 de abril, el Juzgado Especial Contra Crimen Organizado, juez dos, de San Miguel, entregó por escrito la sentencia en la que Centeno y 31 miembros más del grupo Paz o Muerte fueron condenados por más de 30 homicidios agravados, dos homicidios agravados en grado de tentativa (que no fueron consumados), robos, extorsiones y agrupaciones ilícitas. 

Entre los condenados está precisamente Centeno o Selena. El juez le impuso una sentencia de 30 años de prisión por su participación en el homicidio contra Argüello García, 32 años más por cuatro delitos de robo agravado y tres años por el delito de agrupaciones ilícitas, haciendo un total de 65 años de prisión, aunque la legislación salvadoreña solo permite 30 años como pena máxima.

En ese crimen participaron 14 sujetos, incluyendo Centeno y el testigo criteriado con clave África, a quien el juez le otorgó credibilidad debido a que sus narraciones coincidían con otro tipo de pruebas.

De acuerdo con las fuentes, tener la ciudadanía estadounidense le facilitó a Centeno evadir la justicia.

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Un familiar de la víctima considera que la condena a Centeno es poca; merecía que le impusieran más años, pues si bien solo se le probó su participación en el homicidio de Argüello García, también los apoyaba con financiamiento para rentar autos ocupados para matar a otras personas.

“La condena fue poca ya que él fue el actor intelectual y por él fue que el grupo de exterminio tuvo conocimiento de donde vivíamos y fue él quien los llevó…También los patrocinaba con dinero para rentar vehículos al grupo”, afirmó la fuente.

Asesino de 29 personas estaría en Estados Unidos

El Grupo de Exterminio Paz o Muerte surgió, inicialmente, según la declaración del testigo criteriado África, con la intención de ejecutar miembros de pandillas en los alrededores de donde vivían todos sus miembros, más de 30 sujetos plenamente identificados y al menos una decena a las que el testigo sólo mencionó con alias.

Sin embargo, casi de inmediato, comenzaron a matar para robar, para lo cual, algunos de sus integrantes identificaban los objetivos donde podría haber dinero o cosas de valor. Este fue el caso de García Argüello, quien fue señalada por Centeno de ser coyote y narcotraficante, lo cual era una falsedad, según la familia de la víctima.

De acuerdo con las investigaciones judiciales, en este caso fue donde el grupo obtuvo un gran botín, pues robaron más de 20 mil dólares en efectivo que la familia Argüello había recibido horas antes desde Estados Unidos, como remesa para construir una casa, siete armas de fuego y varios teléfonos de alta gama.

De acuerdo con informantes de El Diario de Hoy, uno de los que más provecho económico obtuvo de ese crimen fue Salvador Edgardo Rivas Chavarría, alias Chamba, quien según la sentencia, fue condenado por varios homicidios agravados que, en total, hacen más de mil años.

Pero al igual que Centeno, este criminal también logró escapar a tiempo, alertado por sus compinches policías y aunque también la justicia salvadoreña ha solicitado a la Interpol que lo capture, a casi cuatro años de esa petición, aún no ha sido posible.

Para cuando se involucró con el grupo delincuencial, Chamba tenía un trabajo formal en la Administración de Acueductos y Alcantarillados, ANDA. De acuerdo con fuentes de este Diario, existe mucha probabilidad de que esté residiendo en Estados Unidos.

El tribunal de la causa lo declaró responsable de 29 homicidios agravados y dos homicidios agravados en grado de tentativa, agrupaciones ilícitas, robos y extorsiones.

Aunque el Tribunal contra Crimen Organizado, juez dos, de San Miguel condenó a 32 de 33 acusados de pertenecer al grupo Paz o Muerte, casi la mitad de ellos han logrado evadir la justicia, al ser avisados de que algunos del grupo habían sido arrestados.

Otro asesino que logró escapar supuestamente a Estados Unidos es Gerardo Polío Rivera, a quien judicialmente se le declaró culpable de participar en cinco homicidios agravados y agrupaciones ilícitas.

Polío Rivera participó en los homicidios de Sonia Maritza Díaz Ruiz, Matilde del Carmen Díaz, José Reynaldo García, José Saúl Coreas Cortez y Pedro Antonio Portillo Campos. En total, por todos esos crímenes fue sentenciado a 210 años de cárcel más tres por agrupaciones ilícitas.

Este sujeto, apodado Colmillo, fue quien proveyó información al grupo criminal de que en la casa de Portillo Campos, un profesor, agricultor y ganadero, habían cosas de mucho valor. Según la investigación judicial, fue él quien los guió hasta la casa de la víctima, quien se encontraba junto a su familia cuando fue sacado de la vivienda, llevado a una quebrada cercana donde fue asesinado a balazos.

Fuentes vinculadas a la investigación consideran que Polío Rivera podría estar en Estados Unidos, trabajando en el sector de Texas o Arizona. El cambio en el estilo de vida de su familia es notorio desde que el homicida escapó tras ser alertado de las capturas contra el grupo delincuencial.

Un jaguar con difusión roja

Otro asesino que podría estar escondido en Estados Unidos o México es el ex miembro de la PNC, Noe Balmore Palma González, de 32 años y originario de Santa María Ostuma, departamento de La Paz, aunque también tenía domicilio en Zaragoza, departamento de La Libertad.

Este era agente policial asignado a la unidad especializada que entonces fue denominada Los Jaguares. El Juzgado contra Crimen Organizado, juez dos, de San Miguel lo impuso treinta años de prisión por cada uno de los tres homicidios en los que participó.

Igual que Centeno, Polío Rivera y Rivas Chavarría, también tiene solicitud judicial de búsqueda internacional. En el portal de la Interpol está activa la difusión roja por cargos de homicidio.

Dos de los homicidios en los que participó, fue contra Yefri Benjamín Turcios Ramos y Miguel Antonio Rodríguez Arieta, quienes fueron asesinados a solicitud de otro miembro del grupo criminal, pues al menos una de las víctimas era distribuidor minorista de drogas en clubes nocturnos. De hecho, ambos fueron privados de libertad cuando llegaron a una barra show denominada Oasis, con la ayuda de una prostituta y un vigilante del lugar.

Prófugo pero sin difusión roja

Wilber Jhon Basurto Cruz también era un policía de élite, del grupo de choque denominado Jaguares. Este, según la investigación judicial, era el creador del grupo y el cabecilla principal, el número uno. Nada se hacía sin su autorización.

Este fue condenado por seis homicidios agravados; por cada uno le impusieron 30 años de prisión, más 14 años por agrupaciones ilícitas y 32 años por cuatro robos agravados, haciendo un total de 226.

Tiene 36 años y es originario del cantón Roquinte, del distrito de Jiquilisco, departamento de Usulután.

A pesar de que se le comprobó que era el cabecilla del grupo y fue condenado por seis homicidios, este sujeto no es buscado internacionalmente; fuentes de este Diario indicaron que existe una alta probabilidad que esté escondido en México o Estados Unidos.

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