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La protección al consumidor más vigente que nunca

Habrá quienes pudieran pensar que la protección al consumidor es perjudicial o incómoda para el libre desarrollo del mercado. Les pregunto: ¿le darían a sus hijos un medicamento que no cuente con autorización para su venta? 

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Por Ada Bracamonte
Publicado el 14 de marzo de 2025


15 de marzo: Día Mundial de los Derechos de los Consumidores. Al día de hoy, es innegable el poder que hemos adquirido los consumidores, sin duda estamos logrando poco a poco un cambio en la cultura del mercado: un consumidor más informado, más enérgico para defender sus derechos, más empoderado; una institucionalidad más robusta, con más herramientas legales y un proveedor más consciente en la búsqueda de jugar limpio en el mercado. Innegable también el camino que falta por hacer.

¿Por qué este día? Un poco de historia

J. F. Kennedy, en un discurso dado el 15 de marzo de 1962, hace 63 años, reconoció el carácter universal de la definición de consumidor, mencionando que "consumidores somos todos". Ciertamente, el presidente de la potencia económica más grande del mundo y habitual símbolo del capitalismo hizo mención que son los consumidores el grupo mayoritario de la economía, y que, en lo que parece ser una relación de dos –compradores y vendedores–, el Estado tiene un papel muy importante que jugar.

Yéndonos atrás en la historia, una de las razones que motivó ese discurso, fue que a finales de la década de los cincuenta, en Europa, sobre todo en Alemania, se comercializaba un medicamento para disminuir las náuseas durante el embarazo: la talidomida, teniendo como efecto directo malformaciones en alrededor de 12,000 niños, los cuales nacieron sin brazos o piernas, o fallecieron al nacer por anomalías congénitas. El medicamento fue un éxito de ventas durante años, hasta que en 1962 dos investigadores europeos independientes, Claus Knapp y Widukin Lenz, advirtieron de sus efectos secundarios. Gracias a ello, cesó su comercialización en la mayoría de países de esa región. 

Estados Unidos nunca permitió la comercialización de este medicamento. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) fue rotunda en su negativa ante las insistentes peticiones de ingreso que hizo el fabricante alemán. A criterio de dicho organismo, los estudios existentes carecían de la robustez suficiente para garantizar la seguridad de su consumo. Esa valiente decisión fue más que un acierto y protegió a muchas familias gestantes.

La protección al consumidor llegó para quedarse.

Habrá quienes pudieran pensar que la protección al consumidor es perjudicial o incómoda para el libre desarrollo del mercado. Les pregunto: ¿le darían a sus hijos un medicamento que no cuente con autorización para su venta?  Lo mismo podría preguntarles con respecto al servicio de telefonía: ¿contratarían un plan para celular si supieran que no existe ley alguna que lo regule?, en otros servicios, ¿Tomaría un vuelo con un proveedor que no tuviera la autorización para funcionar? Me imagino, y espero que la respuesta a todas estas interrogantes sea un no rotundo.

Idealmente, la lógica del mercado debería bastar para autorregularse, es decir, los consumidores prefiriendo adquirir los productos o servicios de aquellos proveedores que satisfacen plenamente las expectativas de sus clientes, y a la vez penalizando a aquellos que hagan prácticas abusivas. Pero, en la realidad los mercados presentan fallas, que repercuten entre los compradores y los vendedores para resolver de manera ágil y justa las diferencias que puedan surgir, acá es donde se identifica como necesario el rol del Estado, a través de la prevención, y la aplicación de sanciones.

No es que los consumidores pidamos mucho, seamos incómodos, rebeldes, intensos, lo que esperamos recibir es fácil: respeto a nuestros derechos, trato igualitario y justo, precios claros, cumplimiento de lo ofrecido. Quizás existen algunos proveedores, que todavía no han interiorizado las bondades de contar con consumidores satisfechos, es decir, no han visto al consumidor como pieza clave del mercado.

La Protección al Consumidor en El Salvador inició apenas hace unas décadas, aún queda mucho por hacer, pero la Defensa de los Derechos del Consumidor es una realidad, cada día más vigente.

Abogada

Magíster en Gestión y Políticas Públicas

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