EEUU-Unión Europea: ¿eje inédito de tensiones internacionales?

Las últimas declaraciones del Presidente de los Estados Unidos sobre la Unión Europea, anunciando un aumento del nivel de los aranceles de 25% sobre sus productos, provocaron fuertes reacciones y exigen claridad para evitar cualquier forma de revisionismo histórico. A la afirmación de Donald Trump de que la Unión Europea "había sido creada para joder a los Estados Unidos", la presidenta de la Comisión Europea (el órgano ejecutivo), Ursula Von der Leyen, contestó que Europa "había sido una bendición" para América.

Por cierto, después de la Segunda Guerra Mundial, la reconstrucción de Europa en un marco de rivalidad entre Estados Unidos y la ex-Union Soviética, permitió reponer de pie a los países de la Europa occidental y del sur, que no habían caído bajo el control de la URSS. Winston Churchill, en 1947, había hablado en una famosa conferencia en la Universidad de Fulton, EEUU, de "cortina de hierro" que se había abatido sobre Europa. En 1949, se estableció la Organización del Tratado del Atlántico Norte", garantía de seguridad extendida para América del Norte (con Canadá) y Europa occidental, contando además con Turquía. Después de un debate sobre una comunidad de defensa común en 1954, se decidió hacerlo a través de la economía y del comercio. 

El objetivo: crear un espacio de paz en el Hemisferio Occidental, que lleve prosperidad para que nunca más, haya guerra en esta parte del mundo. El Tratado de Roma, firmado en 1957 por Francia, Alemania, Benelux (Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos) e Italia, estableció la Comunidad Económica Europea. A través de los años, la CEE contó con nuevos miembros para contar ahora con 27, la Unión Europea, dotada de un ejecutivo (la Comisión), de los representantes de los Estados (el Consejo Europeo) y un parlamento. "Creando un mercado único, amplio e integrado, la Unión Europea facilitó los intercambios, redujo los costos para los exportadores americanos y armonizó las normas y reglamentaciones en 27 países", contestó la Comisión Europea a las declaraciones del presidente estadounidense. 

Esta semana ha sido marcada por los temas europeos en Washington: Donald Trump recibió a su homólogo francés, Emmanuel Macron; pocos días después el primer ministro británico Keith Starmer. La visita de Volodimir Zelenski es también muy importante, aunque quedó inconclusa. Ahora, con Europa, el conflicto comercial ya volvió. Durante su primer mandato, Donald Trump había aumentado los impuestos sobre el acero y el aluminio. Europa había replicado imponiendo impuestos sobre "productos culturales simbólicos" como el burbon, los jeans y Harley Davidson. 

En realidad, Donald Trump está en una lógica de búsqueda de acuerdos, con proposiciones y contra-proposiciones. Los europeos tienen varias opciones: replicar naturalmente y a la vez, formular un acuerdo del cual buscara su ventaja. No tiene margen de maniobra para penetrar los Estados europeos, porque "la política económica es una competencia exclusiva de la Unión Europea". Es decir que impone impuestos a todos o a ninguno. Con consecuencias sobre aspectos puntuales que quisiera abordar: por ejemplo, es imposible exculpar a Dinamarca contra una cesión del Groenlandia. Alemania, primera potencia económica europea, quería evitar este conflicto. Pero las posiciones de Washington obligan al futuro nuevo jefe de gobierno, Friedrich Mertz, a declarar "que quería llegar progresivamente a una independencia hacia los Estados Unidos". Abrió además una puerta "hacia una defensa europea independiente" aunque, por el momento, la realidad del más armado, los Estados Unidos, se impone.

Sobre la dimensión de la defensa, los europeos no pueden hoy en día sustituirse a los Estados Unidos en Ucrania. Es la razón por la cual se necesitan garantías de seguridad de parte de Washington, acelerando el acuerdo sobre los minerales y tierras con Kiev. Los europeos piensan que si no se puede llegar a este resultado, Rusia no tardará en amenazar a los países bálticos y Polonia, miembros de la OTAN, alianza que puede llegar a ser puesta en tela de juicio en los próximos meses". 

A lo mejor, Donald Trump puede desmantelar la relación transatlántica histórica desde el principio del siglo XX, considerando a Europa "al mismo nivel" que las demás potencias. A la vez competidor como socios. Es la razón por la cual la unidad de los europeos es tan esencial, abriendo el combate político entre los nuevos escépticos europeos y los que quieren mantener la mecánica regional. Gran Bretaña tendrá que escoger su campo. El divorcio entre los EEUU y la Unión Europea surge también sobre otros temas: el clima y medio ambiente con la salida de los Acuerdos de París puede dejar entrever un acuerdo sino-europeo sobre los carros térmicos cuando los EE.UU. serían presentes sobre el carbono. 

Los líderes europeos se reunirán este domingo en Londres para reforzar el apoyo a Ucrania.

Desde 2017, la situación para los europeos ha cambiado: la guerra en Ucrania vuelve el tema de la defensa y el de la seguridad como prioritarios. El conflicto comercial que se está anunciando y exigiendo la unidad, razón por la cual la batalla política sobre los temas migratorios, de identidad y de protección interna, vuelve al igual que la defensa exterior, tan importante para el porvenir de una Unión Europea enfrentada a vientos contrarios sobre el escenario internacional. 

Politólogo francés y especialista en relaciones internacionales.