El 2024 YR4

Las noticias sobre asteroides impactando nuestro planeta no son raras, y cada año aparece un número apreciable de ellas. La mayor parte son noticias exageradas, tergiversadas o simplemente falsas. Generalmente provienen de medios de comunicación dudosos, que quieren atraer público pues saben que los seres humanos somos curiosos y nos interesa saber si estamos cerca de un evento que en un determinado plazo nos va a convertir en polvo. A veces esas noticias son fáciles de detectar pues a los presuntos asteroides asesinos les ponen nombres altisonantes que reflejan su naturaleza malvada.

Pero los asteroides sí pueden colisionar con la Tierra. Pudiéramos preguntar a los dinosaurios que fueron extinguidos por un asteroide que impactó una zona de la Península de Yucatán hace 66 millones de años. Tenía entre 10 y 80 kilómetros de diámetro y viajaba a 20 kilómetros por segundo. Pueden colisionar con cualquier cuerpo celeste y basta observar la superficie de la Luna, llena de cráteres, que son como cicatrices de ese tipo de impactos. La Tierra está mejor protegida que la Luna por lo que sólo asteroides de cierto tamaño implican un riesgo.

En diciembre del año pasado un telescopio en Chile detectó un asteroide de entre 40 y 100 metros de tamaño que tiene posibilidades de impactar la Tierra en diciembre de 2032. Al indagar sobre esta noticia lo primero que vino a mi mente fue mi irreductible admiración por la ciencia. La Astronomía es ya capaz de detectar un objeto relativamente pequeño que viaja por el espacio a gran velocidad, distinguirlo entre otros innumerables cuerpos celestes, y poder determinar la fecha exacta de la posibilidad de colisión con siete años de anticipación.

El asteroide ha sido denominado 2024 YR4. No se le ha dado un nombre propio pues aún no se proyecta como un gran riesgo. Inicialmente el riesgo de colisión se estimó en poco más de 2 por ciento. Días después el riesgo estimado aumento a 3.1 por ciento, lo que podría considerarse bajo (dependiendo del nivel de optimismo o pesimismo de cada quien) pero que constituye el mayor riesgo detectado desde que este tipo de cálculos son posibles. Ahora el riesgo ha vuelto a bajar, situándose en 1.5 por ciento.

Para los astrónomos todo riesgo mayor que 1 es sujeto de monitorización. Los cálculos pueden variar y lo más probable es que varíen conforme se observe el curso del asteroide por más tiempo. Existe un alto chance de que la probabilidad llegue a 0 por ciento pero mientras se mantenga mayor que 1 se continuará observando. En caso de impacto se calcula que el poder destructivo equivaldría a la de una bomba de hidrógeno, es decir destruir una ciudad completa. Algunos cálculos indican que el asteroide tiene alta posibilidad de caer en un desierto o en el óceano pero podría caer también en ciudades (mayor riesgo lo tienen Bogotá, Laos y Mumbai).

Otra posibilidad es que impacte la Luna. Datos muy confiables provendrán del telescopio de la NASA James Webb, el más potente y moderno. 2024 YR4 sigue su órbita y pasará nuevamente cerca de la Tierra en 2028. Para entonces serán posibles cálculos aún más exactos. Como dijimos anteriormente lo más probable es que con el tiempo el riesgo llegue a cero. ¿Pero que pasa si viene directo a la Tierra? Para ello existe un “Plan A” y un “Plan B”, pero de esto tal vez hablaremos después.

Médico Psiquiatra.