Los Premios Óscar y sus cinco postulantes a director más brillante del 2025
En este artículo se hablará de los cinco cineastas que aspiran al Óscar a mejor director, la mayoría de ellos son desconocidos en Hollywood, ya que se decantan más por el cine independiente.
Jacques Audiard, "Emilia Pérez"
El francés se adentró desde hace varios meses en una ardua etapa: una brillante pero agotadora campaña en la carrera por el Óscar. "Estoy aterrorizado", confesó Audiard en una pasada entrevista con AFP en Los Ángeles. "El éxito total es muy inquietante: no es la vida real".
Protagonizada por Karla Sofía Gascón (quien actualmente está en el ojo del huracán), este filme surrealista sobre un narcotraficante transexual mexicano es uno de los favoritos para hacerse con el premio de la Academia a la mejor película y conquistar nominaciones en las categorías de actuación y dirección.
Netflix, que domina el sector del streaming en Hollywood pero que aún no gana un Óscar a la mejor película, está usando todos sus recursos para promover "Emilia Pérez". Aunque han sufrido un poco de turbulencia mediática debido a la protagonista (Gascón).

La campaña ha sido mucho más intensa que en 2010, cuando Audiard llegó al Óscar con "Un profeta", nominada a mejor película internacional.
Ganadora del Premio del Jurado en Cannes, la película de Audiard sigue el acto de contrición de Manitas, un poderoso narcotraficante mexicano. Antes de considerar a Gascón como estelar, el cineasta vislumbraba una heroína más joven, pero un personaje más joven no habría sufrido lo suficiente para ser creíble, reflexionaba Audiard. "Traté mucho pero no funcionaba", señaló.
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Tomando prestado el estilo de la ópera, "Emilia Pérez" se presenta como un drama musical, pero se sitúa en la encrucijada de múltiples géneros: narco-suspenso, telenovela latinoamericana y drama LGBT, entre otros.
Los elementos "kitsch" de la cinta abordan insolentemente cuestiones sociales, como cuando cantan el estribillo "¡Rinoplastia! ¡Vaginoplastia!" en una secuencia de baile ambientada en un hospital, comentó.
"Tenía que absorberlo todo. La película tenía que ser vergonzosa", aseguró Audiard. "Estamos cantando sobre cosas improbables".
La mezcla de estos ingredientes produjo una pieza alabada en la prensa estadounidense como una de las favoritas a la carrera por el Óscar.
Brady Corbet, "El brutalista"
El director estadounidense Brady Corbet sacudió al público con una película de 3 horas con 25 minutos que atenaza al espectador con la historia de un arquitecto que escapa al Holocausto para caer en manos de un filántropo déspota en Estados Unidos.
"Es la historia de una personaje que huye del fascismo para toparse con el capitalismo", lanzó Corbet en rueda de prensa hace algunas semanas.
Adrien Brody interpreta al arquitecto húngaro László Tóth, en un papel que recuerda al que le valió el Óscar al mejor actor con "El pianista" (2002) de Roman Polanski.

Tóth ha sobrevivido al infierno nazi y llega a Estados Unidos tras dejar atrás a una esposa y una sobrina atrapadas en un territorio ahora bajo control soviético.
Tóth llega roto emocionalmente a Pensilvania, pero con sus facultades profesionales intactas, tras haber construido edificios emblemáticos del estilo Bauhaus por toda Europa.
Allí conoce a un empresario rico y megalómano que se da cuenta que este arquitecto puede realizar sus delirios de grandeza.
El empresario le encarga construir un enorme centro religioso y comunitario para la pequeña ciudad que domina, y ese encargo se convierte en una nueva prueba de resistencia psicológica, de supervivencia, para Tóth y luego para su pequeña familia.
La cinta mezcla arte, arquitectura, amor, historia contemporánea y una banda sonora que contribuye a la tensión. Y todo ello rodado con un sistema analógico de 70 mm, VistaVision.
"Este fue un filme increíblemente difícil de hacer para mí, he trabajado siete años en él", explicó un emocionado Corbet, que como actor ha rodado a las órdenes de Lars von Trier ("Melancolia") o Michael Haneke ("Funny Games").
La escenografía y el guión (escrito a medias con su pareja, Mona Fastvold) son tan verosímiles que Corbet tuvo que aclarar que todo era una ficción.
"Esta es una película desgraciadamente de ficción. Para mí es la única manera de acceder al pasado. Y es una película dedicada a todos los artistas que no pudieron realizar sus visiones", explicó el director.
En la película Tóth concibe un edificio que recuerda el horror que vivió en el campo de concentración, y ese proyecto amenaza con arruinar su vida y al empresario que lo tiene bajo su control.
Sean Baker, "Anora"
En una época de denuncia de la violencia sexual en el mundo del espectáculo, el estadounidense Sean Baker consiguió hacer reír a todos en con "Anora", la historia de una bailarina de striptease que se enamora del chico equivocado.
La película gira en torno a la comunidad rusa instalada en Coney Island, en las afueras de Nueva York, donde se mezclan mafiosos e inmigrantes recién llegados que simplemente quieren salir adelante.
Anora, "Ani", es una chica que ejerce de bailarina striptease en un club de alterne donde aterriza una noche un joven guapo y borracho, Ivan, hijo de un multimillonario ruso.
El flechazo es mutuo, pero Iván es caprichoso e inmaduro, y cuando convence a Ani de que se case con él en Las Vegas, desencadena la furia de su familia, que manda a un par de gánsters de poca monta para "convencer" a la pareja de tortolitos para que invaliden la boda.

Baker es uno de los directores más en boga del cine independiente estadounidense, especialista en ponerle humor a los ambientes más sórdidos de la sociedad estadounidense, ya sea los pobres que se hacinan en moteles de Florida ("The Florida Project") como los problemas de un actor del cine porno para encontrar un trabajo decente ("Red Rocket").
Para "Anora" Baker se inspira de toda la estética del cine de los años 70 que recibió homenaje en Cannes, donde compitieron entre otros Paul Schrader ("Oh Canada") y Francis Ford Coppola ("Megalópolis").
Los personajes en "Anora" se amenazan y se insultan sin que la violencia pase a mayores, incluso cuando la tensión sube enteros en el club de striptease, o en la mansión de Iván.
En cambio, las meteduras de pata de todo el mundo provocan carcajadas siempre.
"Sean no cesa de desestigmatizar la prostitución y de interesarse, en sus películas, en los seres marginales", explicó Mikey Madison, citada en un comunicado de prensa de la película.
"Aborda a menudo temas muy sombríos, pero sabe sacarles su gravedad e inyectar su sentido del humor", añadió esta actriz, quien ha rodado a las órdenes de otro director con un humor particular, Quentin Tarantino.
Coralie Fargeat, "La sustancia"

Para esta directora de cine y guionista francesa, de 48 años, quien también escribió el filme de horror corporal que trajo a Moore de vuelta, "La sustancia" se centra en la obsesión de la sociedad por encasillar y poner fecha de caducidad a las mujeres. Dicha producción cinematográfica además se convirtió en un éxito que ganó la Palma de Oro al mejor guion en Cannes y el Globo de Oro a la mejor actriz de una película de comedia. En la película, distribuida globalmente por MUBI, Elisabeth es una estrella en decadencia quien es abruptamente despedida de su programa de televisión cuando cumple 50 años.
James Mangold, "Un completo desconocido"

"Star Wars: Dawn of the Jedi", "La música de John Williams", "Indiana Jones y el dial del destino", "Logan", "Noche y día", "Inocencia interrumpida" y "Wolverine" son algunas de las películas en las que este cineasta ha intervenido. A pesar que su nombre no es tan comercial sus películas sí lo son. En esta ocasión regresó con "Un completo desconocido", que muestra al joven Bob Dylan sacudiendo la escena de la música folk cuando conecta su guitarra eléctrica en el Festival de Folk de Newport en 1965. La cinta posee un total de ocho nominaciones, entre ellas a mejor actor principal y secundario.

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