¡Bienvenidos a clases!

Queridos maestros y estimados alumnos: sean bienvenidos a clases. La escuela ya abrió sus puertas este año 2024. ¡Qué alegría y regocijo!
Alumnos: esperamos que ustedes se nutran del saber con nuevos conocimientos científicos y pedagógicos.
El Sol de la sabiduría brilla de nuevo sobre el horizonte de las ciencias de la Educación.
Es importante, entonces, señalar aquí los principios del interesante “Decálogo del maestro como higienista mental”, del psicopedagogo puertorriqueño doctor Efraín Sánchez Hidalgo, Ph D. en su libro “Psicología Educativa” editado en 1963:
“1. Respetaré al alumno en todo momento. Este principio o mandamiento es medular en la función orientadora a técnicas como el sarcasmo, el ridículo, las comparaciones personales y el miedo, que causan lesiones psíquicas al alumno”.
“2. Reconoceré en el alumno sus limitaciones sin asumir una actitud perfeccionista hacia su personalidad y su conducta. El educador no debe tratar de formar al alumno de su personal concepto de lo que debe ser”.

“3. Enfocaré la conducta del alumno desde un punto de vista dinámico. Procurando descubrir inicialmente las causas que la impulsan. El maestro jamás debe valorar apresuradamente la conducta reprobable del alumno”.

“4. Crearé en la escuela un clima emocional de alegría y optimismo. Jamás el educador debe ensombrecer el ánimo del alumno, provocándole actitudes y sentimientos hoscos y depresivos”.

“5. Veré en cada alumno un organismo en desarrollo y me esforzaré porque éste se logre en las mejores condiciones posibles.  La orientación del maestro tiene que proceder hasta donde sea posible todo procedimiento o metodología que estimule la rigidez y la uniformidad”.

“6.  Conservaré la flexibilidad del alumno un organismo en desarrollo y me afanaré porque éste se logre en las mejores condiciones posibles”.

“7.  Alentaré al alumno a señalar objetivos que correspondan a sus talentos, capacidades e intereses”.

“8.   Me esforzaré constantemente por mejorar las relaciones humanas del alumno, consciente de que la calidad de éste es el mejor índice de su salud mental”.

“9.  Alentaré en el alumno la actividad. La vida activa es vida saludable.”.

“10.  En mi relación con el alumno mantendré una actitud serena, sin perder mi dominio emocional”.

Del libro precitado veamos algunas reflexiones acerca del alumno:

“El logro de una personalidad íntegra y feliz es el objetivo primario, tanto del educador como del alumno”.

             “a) El niño y el alumno desajustados son excesivamente tímidos y envueltos en sus propios miedos y fantasías. Puede ser también el alumno talentoso que, al sentirse solo e incomprensible, no está aprovechando hasta el máximo   las oportunidades que la escuela ofrece”.

            “b) Puede ser el alumno inseguro, crónicamente preocupado por sus pensamientos en torno a su padre que nunca vi

pero muy real, provocada por un problema familiar”.

            “c) Puede ser el alumno que es lento en aprender a leer y cada vez se encuentra más a la zaga en la clase”.

            “ch) Puede ser el alumno rebelde que constantemente es reprendido por los mayores”.

              “d) La escuela no es sólo una fuera en el sentido general educativo en la vida del alumno”.

              “e) La escuela es también –y acaso primordialmente- un valioso medio de determinar la capacidad del alumno para vivir armoniosa y fructíferamente”.

               “f) O puede ser el alumno que llegue a la escuela sin desayunar, sin probar bocado alguno”.

              Es menester, entonces, que el educador tome en cuenta esas consideraciones, a fin de comprender mejor la realidad en que vive su alumno.

Maestro, sicólogo, gramático.