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El mundo civilizado condena la salvaje agresión de Hamas a Israel

La intolerancia hacia las ideas o creencias de otros es una lepra que carcome lo poco de alma que tienen aquéllos presa de tales posturas. Los fanatismos destruyen, ciegan y ensordecen, como se viene demostrando a lo largo de la Historia.

Por El Diario de Hoy |

La convivencia pacífica entre grupos religiosos diversos, judíos y palestinos arraigados en nuestro suelo, católicos, evangélicos, mormones y otros, es motivo de orgullo para los salvadoreños con excepción, como la hay en todas las latitudes, de extremistas de cualquier naturaleza, personas cegadas, fanatizadas.


Vivir en paz al lado de otros indistintamente de la fe que profesen, de sus ideas sobre la divinidad, se ha dado en muchas épocas: bajo el musulmán Akbar el Grande, en la Córdoba medieval, en una gran medida durante el Imperio Romano no hubo rechazo sistemático hacia nadie, se tratara de creyentes en divinidades egipcias, de seguidores de Zoroastro, de dioses hindúes y budistas.


La única regla fue aceptar al emperador romano como la suprema autoridad, pero en cierto momento se desataron persecuciones contra los cristianos y se expulsó a los judíos de Roma y luego de Jerusalén, que fue destruida y sus hijos dispersados por el mundo conocido entonces.


Los primeros cristianos se reunían secretamente en las catacumbas y se reconocían unos a otros dibujando un pez (ichtus o ichthys, cuyo acrónimo en griego significa Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador).


En el siglo IV de nuestra era y después de proclamar el cristianismo como la religión oficial del Imperio, Constantino el Grande dijo a sus sucesores que fueran tolerantes, una advertencia que paulatinamente fue ignorada por la Iglesia Católica en los siglos siguientes, sobre todo durante el oscurantismo o época medieval oscura.


Incrustados en toda sociedad hay cínicos, patanes, sujetos de hacen burla de lo que brille o sea tranquilo, como la mofa, actitudes cínicas, desplantes que se han dado en las redes después del artero ataque de las bandas terroristas de Hamas contra Israel.


En cada sociedad hay criminales y desvergonzados que quieren minimizar las tragedias ajenas. Como declaró hoy mismo el presidente Bukele, Hamas no representa a los palestinos arraigados en nuestro suelo, que en su gran mayoría son cristianos y salieron de sus tierras natales a causa de los hostigamientos de musulmanes radicales.


La intolerancia es una lepra que aniquila a los pueblos
La intolerancia hacia las ideas o creencias de otros es una lepra que carcome lo poco de alma que tienen aquellos presa de tales posturas. Los fanatismos destruyen, ciegan y ensordecen, como se viene demostrando a lo largo de la Historia.


Como señalamos en una nota publicada esta semana, la tragedia del Medio Oriente tuvo su origen cuando el expresidente Carter propició la caída del Sha de Irán, Mohammed Reza Pahlevi, fiel aliado de Estados Unidos y la persona que mantenía el ojo sobre los movimientos radicales del Medio Oriente.


Destronado el Sha, el poder cayó en manos de enloquecidos ayatolas, que persiguen toda disidencia interna, ahorcan indiscriminadamente como fue víctima un campeón de artes marciales que además entrenaba niños voluntariamente y apalean a muchachas por no llevar velo hasta dejarlas muertas o en coma. Estos individuos, que se creen la representación de Dios en la tierra, son enemigos declarados tanto de Arabia Saudita como de Israel y apoyan con dinero el movimiento terrorista Hamas y las bandas criminales de Hezbollah en Líbano. Fue un grave error de Estados Unidos descongelar fondos a Irán, dictadura empeñada en desarrollar un artefacto nuclear que con probabilidad usarían contra Israel, que ante esta embestida ha recibido el respaldo de más de un centenar de naciones del mundo libre, pero que ve por delante una larga guerra contra el terrorismo y un fanatismo que impone el retroceso a los pueblos.


Por su parte, Israel se reserva el derecho de atacar los sitios donde los iraníes están trabajando para desarrollar un artefacto atómico, en igual forma como comandos estadounidenses destruyeron las instalaciones nazis en Noruega destinadas a desarrollar una bomba nuclear en la Segunda Guerra Mundial.


La condena a las bandas terroristas de Hamas es universal frente a una guerra que el primer ministro israelí Netanyahu ha pronosticado que puede ser muy dura y prolongada, lo que a su vez ha llevado a dar protección a sinagogas en el mundo entero…

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