Policía incluyó ilegalmente a joven entre los “100 más buscados” y lo mantuvo preso dos años

Aunque fue absuelto en febrero 2017, lo liberaron hasta el 22 de febrero pasado.

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Por Stanley Luna

2018-04-05 10:00:51

Gerson Daniel Vásquez Sandoval se convirtió en noticia el 18 de mayo de 2016, dos días después que la Policía Nacional Civil (PNC) lanzó su campaña de los 100 delincuentes más buscados.

Exhibió al joven, de 25 años, esposado, con las manos hacia atrás, sin camisa y sobre una patrulla.

Arriba de su foto el titular de la página web de la PNC: “Policía captura a sujeto de la lista de los 100 más buscados”. El escenario era una colonia peligrosa de San Salvador.

En el lanzamiento, el director de la institución policial, Howard Cotto, presumió la campaña junto a otros jefes, en una conferencia montada en el Castillo, en el centro capitalino, donde informó que quien estaría a cargo de la búsqueda de las personas perfiladas como criminales sería la División de Cumplimiento a Disposiciones Judiciales.

“¿Y por qué menciono a la División? Porque esta entidad policial no sólo hará un trabajo de campo en función de la búsqueda de estos individuos, sino que la modalidad que nosotros vamos a utilizar es que de ahora en adelante ese listado de los 100 criminales más buscados nunca va a bajar de 100 individuos”, dijo el titular de la PNC.

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Dos años después, la tarde del 15 de marzo, el encargado de esa división, el subcomisionado José Luis Mancía Valle, acepta en una llamada telefónica que no tiene ningún registro con el nombre de Gerson Daniel Vásquez Sandoval.

-No aparece- dice, luego de remitir a la plataforma donde están los nombres de criminales que la PNC busca, www.tupista.info.

Se le indica que ya se buscó en el sitio y no hay resultados, porque el joven ya fue capturado. -¿Y ni como capturado, nada?-se le insiste.

-No, ni como capturado- confirma Mancía Valle. Aunque el 17 de marzo, la PNC justifica, por medio de la Unidad de Prensa, que sí existió orden de captura girada por el Juzgado Especializado de Instrucción A de San Salvador, bajo el oficio 9066 Q, girado el 30 de noviembre de 2015.

Pero luego la Unidad de Prensa del Centro Judicial Isidro Menéndez, tras hacer la consulta en el juzgado, descarta que el oficio exista en ese y en el Juzgado Especializado de Instrucción B.

“Todo juzgado tiene su orden de oficio, que empieza del 1 de enero hasta el 31 de diciembre.

Entonces, ese número es correlativo, pero nunca le ponen letra”, explica un comunicador del centro judicial.

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Los recuerdos de la prisión

El 8 de marzo. Gerson aparece en un café al sur de San Salvador. Su rostro está cansado. Cumple 15 días de haber salido de la cárcel.

Llega con su familia: su pareja, su hijo de cuatro años, su madre y el abogado que lo ayudó a salir de las bartolinas de Ciudad Futura, en Cuscatancingo. Ha accedido contar su historia y sus secuelas.

El lugar donde vive es una zona asediada de pandilleros. Él no lo es. Lo dice él mismo y lo reafirma el expediente de su caso, en el cual el juez determinó con un fallo absolutorio, en 2017, que el testigo que la Fiscalía utilizó para procesar a 41 personas acusadas de pertenecer a la pandilla 18, clave Jonás, era mentiroso, y ordenó que fuese procesado por falso testimonio.

A Gerson, el testigo, nunca lo ubicó en lugar, en tiempo, no dio detalles de su vida y dijo que no le había observado tatuajes alusivos a pandillas.

Cumplir sus 25 años en las bartolinas, despertarse en un espacio reducido de aproximadamente 3.50 por 2.50 metros y compartirlo con 65 reos es parte de lo que el joven testifica que vivió durante un año y nueve meses en la cárcel.

Un grupo de policías lo llegó a capturar a las 8:00 a.m., cuenta. Para entonces había dormido pocas horas por hornear pan francés, negocio que acababa de iniciar y que se le vino abajo después de todo el proceso que enfrentó.

La PNC contradice su versión. Un documento de la base de datos del Centro de Información Policial (CIP), facilitado por la Unidad de Prensa de la institución, indica que la detención del joven se dio cuando agentes del puesto policial Los Alpes, de la Delegación de Ciudad Delgado, patrullaban la zona y vieron a un hombre que intentó huir, le dijeron que se detuviera y esperaron que un operador de turno les confirmara si tenía orden de captura.

Al encontrar en el sistema que Gerson era buscado por organizaciones terroristas, lo capturaron. Quienes estuvieron a cargo del procedimiento fueron los agentes Darwin Sermeño y Balmore Rodríguez.

Ese mismo día, recuerda el joven, fue llevado a las bartolinas de Ciudad Futura. Ahí le explicaron que era requerido por un delito. “Si en verdad me han puesto algo, yo voy a demostrar que no debo nada”, se propuso.

En la prisión, denuncia que fue víctima de maltratos. Cada seis meses varios policías hacían requisas en las bartolinas y en el procedimiento dice que a los reos los juntaban en un baño, les tiraban agua hirviendo o lejía, pero era con quienes estaban más tatuados que tomaban mayores represalias.

Según Gerson, a veces llegaban al punto de dejarlos sin ropa y sin los paquetes que los familiares de los detenidos llevaban cada semana a las bartolinas.

Gerson rememora que en la cárcel siempre había alguien que invitaba a comer a otro que se quedaba sin comida, así que nunca aguantó hambre.

¿La rutina? Comúnmente los despertaban a las 10:00 a.m., sostiene, para bañarse lo hacían por turnos en una pila pequeña, donde a veces no caía agua, y la que caía la aprovechaban para bañarse con 10 huacaladas. Luego desayunaban, para esperar a las 3:00 p.m. el almuerzo. A esa hora también los reos que eran cristianos realizaban cultos.

El día finalizaba con la entrega de la cena, que la llevaban entre 6:00 y 7:00 p.m., pero en ocasiones se tardaban y la llevaban hasta las 10:00. Después la cama: el suelo o hacamas improvisadas con camisas y calzonetas.

“Yo casi sólo desayuno le llevaba. Los domingos le llevaba desayuno y almuerzo. Siempre le llevaba su comida cuando tenía dinero, cuando no, pues, aguantaba él”, señala la madre del joven, una señora que realiza labores domésticas por las que no recibe ingresos que superen los $200 mensuales.

Relata que una ocasión, de lo desesperada que estaba por no hablar con su hijo, porque no la dejaban pasar a las bartolinas a verle, le escribió un mensaje en la bandeja donde le ponía la comida. Al verlo, un policía se negó a entregárselo.

Al hablar de gastos, la señora recuerda que todos los días que le preparaba y le llevaba desayuno a Gerson, gastaba un promedio de $5, incluido el pasaje. Buscaba lo más cómodo. Mientras que en la ropa, que le compraba mensualmente, el gasto era de $10.

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El ir y venir por otra acusación inexistente

Las irregularidades del proceso no terminan. Gerson cuenta que el 21 de septiembre de 2016 enfrentaba la audiencia preliminar. Ese día su hijo cumplía cuatro años y tenía la esperanza de quedar libre.

Hasta hoy se pregunta por qué no lo trasladaron a una sala de audiencias. Fue llevado directamente al juicio, donde un abogado público lo defendió.

Se acuerda que en la vista pública vio a otros imputados que desconocía, algunos estaban desde la modalidad de videoconferencia. En total, en el caso habían 41 procesados.

El juicio, según el expediente consultado, fue realizado del 20 al 23 de febrero de 2017. Fue conocido por el juez Especializado de Sentencia C de San Salvador, Óscar Fuentes.

“Él nunca fue procesado en ningún (juzgado) especializado ni en los comunes, tampoco fue a audiencias, ni tuvo medidas. De un solo se lo llevaron al Sentencia C y allí lo liberaron”, explica el abogado que le ayudó a salir de la prisión a Gerson, Carlos Rafael Nasser Vázquez.

Nasser Vázquez realizó diligencias entre la PNC y el juzgado luego que pasado un año de la absolución de Gerson y su liberación no era ejecutada. Llegó a la familia del joven por un conocido.

El 28 de febrero del año pasado, Fuentes remitió un oficio a las bartolinas de Ciudad Futura, ordenando la libertad de Gerson y de otro joven, pero solo el segundo fue liberado. El documento fue contestado un día después por un agente sólo identificado como Campos Henríquez.

El 15 de mayo pasado, la madre del joven remitió una carta el Juzgado Especializado de Sentencia C en el que le informaba que su hijo todavía estaba preso y que en las bartolinas de Cuscatancingo los policías decían que el juzgador no había emitido oficios que notificaran su absolución.

Fuentes declaró sin lugar la solicitud, explicando que el proceso ya había sido juzgado por él y había dictado un fallo absolutorio.

En una entrevista, el juzgador confirma a El Diario de Hoy que a partir de la petición de la señora, preguntó a la PNC por qué no había liberado al joven, y recibió una respuesta.

El sargento Gilmar Edward Linares, subjefe de la subdelegación de Cuscatancingo, en un oficio del 19 de mayo, señaló al juzgador que Gerson tenía otro proceso por el mismo delito de organizaciones terroristas en el Juzgado Especializado de Instrucción B de San Salvador.

El juzgado de sentencia dio por recibida la información ese mismo día por la tarde. Sin embargo, en febrero de este año, Nasser Vázquez confirmó que el juzgado al cual hacía referencia Linares, no había un proceso contra el joven.

Para él, que el juzgado presidido por Fuentes sólo diera por recibida la información fue un descuido, ya que el tribunal podía corroborar los datos.

Mientras que Fuentes dice que lo que le competía a ellos era remitir la información a la PNC, y que fuese esta quien determinara por qué todavía el joven no había sido liberado.

“Nosotros, igual que hacemos a los Centros Penales, (les decimos): ‘póngalo libre si no tienen alguna otra restricción’, y Centro Penales a veces nos informa y a veces no nos informan si los ponen o no libres, ya cuestión de andar investigando por qué no lo pusieron libre, ya de nosotros no es problema”, sostiene el juzgador.

El 13 de junio de 2017, en un oficio, el subcomisionado Hugo Yalin Salinas, jefe de la Delegación de la PNC de Ciudad Delgado, le solicitó a Flores su aval para trasladar a Gerson y otro reo al penal de San Francisco Gotera, alegando que ellos aceptaban que pertenecían a la pandilla 18. El juez declaró sin lugar la petición y aclaró que el proceso terminó en febrero con un fallo absolutorio.

El 23 de ese mes, el juzgado recibió de la Unidad de Registro y Control Penitenciario un oficio en el que explicaban que Gerson no tenía ningún antecedente penal. Seis días después, la madre envía otra carta a Fuentes para resolver la situación de su hijo.

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El juzgador declaró otra vez sin lugar la petición y ordenó entregarle una copia del oficio policial que establecía que Gerson tenía un proceso pendiente en el Juzgado Especializado de Instrucción B.

A partir de esto, a inicios de febrero Nasser Vázquez inició sus gestiones. Gerson le otorgó el poder de defenderlo el 6 de febrero, y después de las diligencias en juzgados y discusiones en las bartolinas, la PNC liberó el 22 de febrero al joven, sin comunicarle al abogado y tampoco a su familia, sólo al juzgado de sentencia.

Según Fuentes, cuando el abogado intervino en el caso, la PNC reconoció que había cometido un error, porque justificaron al Juzgado Especializado de Instrucción B que él no había girado orden de libertad a Gerson.

Pero la institución policial, no reconoce a este medio la detención ilegal del joven.