María: “El doctor le dijo a mi hijo que yo tenía vida para 9 meses”

Pacientes del Hospital Rosales gastan hasta 400 dólares en comprar medicamentos para sus quimioterapias. En caso contrario deben esperar semanas, en espera de que el fármaco llegue al sanatorio.

descripción de la imagen
María Domitila López se aferra a la vida desde septiembre del año pasado cuando su doctor le dijo que solo le quedaban 9 meses de vida al diagnosticarle cáncer en su pulmón derecho. Foto/ Josué parada

Por Evelia Hernández

2018-02-26 7:29:53

Desde septiembre del año pasado, María Domitila López se aferra a la vida; lo hace desde el momento en que recibió la noticia de su enfermedad. “El doctor le dijo (a mi hijo) que yo tenía vida para nueve meses”, recuerda María. Ese día le habían diagnosticado cáncer en el pulmón derecho.

En ese entonces, ella desconocía qué era el cáncer, pero guardó en su mente la imagen de impacto que le provocó ver a su hijo llorar por la noticia.

Luis Hernández, hijo de María, recuerda que el médico dijo: “Usted tiene cáncer y lo más probable es que se va morir. Mi mamá se encontraba en la fase tres. Me dijo que tenía de seis a nueve meses de vida si no se le hacia el tratamiento”.

Recibir los tratamientos ha sido otra lucha de la familia, debido a la falta de medicamentos que atraviesa el Hospital Rosales.

María está en el estadio tres. Luis tiene una forma simple de describir los cuatro estadios (etapas) del cáncer; en la fase uno, los pacientes se salvan; la fase dos, los que casi siempre se salvan; la fase tres, los que casi nunca se salvan y la fase cuatro, son las personas que se encuentran desahuciadas, expone.

María y sus hijos decidieron, por amor, luchar juntos y que ella se sometiera al tratamiento. “Yo quiero estar otros días más con mis hijos”, dice la paciente del Hospital Rosales.

Franklin Hernández, hijo menor de María, analiza que mucha gente puede tomarlo como una decisión egoísta, “no queremos que el pariente que tenemos se nos vaya; lo queremos tener siempre con nosotros y lo queremos estar abrazando”, explica; aunque inicialmente él pensó que someterse al tratamiento era alargar el sufrimiento de su madre.

Te puede interesar:

Hospital Rosales con déficit en su presupuesto por $11 millones

En el 2016 tenían un presupuesto de $48 millones, hoy tienen $4 millones menos. Actualmente faltan 50 medicamentos, incluidos para pacientes con cáncer.

Las enfermedades crónicas o no transmisibles, como el cáncer, afectan en la vida diaria, no solo del enfermo, sino de todo el entorno familiar, expresa el hijo menor de María.

Franklin y Luis actuaron de manera rápida al saber que el resultado de la biopsia de su madre era positiva al cáncer y se pusieron, como meta, cumplir a cabalidad el tratamiento para darle más tiempo de vida. María enfrentó las consecuencias adversas de la quimioterapia; las nauseas, vómito, la caída de cabello y el dolor indescriptible que padece.

En octubre, ella comenzó a cumplir a cabalidad con su tratamiento, el cual es de seis ciclos de quimioterapia, aplicados entre octubre y febrero, en el Rosales.

En enero llegó a su chequeo mensual, pero no había medicamento para cumplir con su cuarta sesión de quimioterapia, así que tuvo que esperar un mes, mientras el hospital era abastecido.

En febrero, cuando María debía recibir su quinta sesión de quimioterapia, el médico repitió que no había medicamento.

La pequeña familia se organizó para comprar los medicamentos y cumplir el cuarto ciclo de quimioterapia, que tenía pendiente desde enero.

“Con sacrificio y todo, compramos el medicamento por que ya no puede estar sin tratarse”, dice Melani Hernández, nieta de María y quien dejó su empleo para cuidar de su abuela.

Actualmente la paciente mantiene un semblante saludable y con certeza comenta que ya sabe lo que es un cáncer: “Es terrible tener un cáncer, yo oía decir a personas que tenían cáncer, ¿y yo decía que es cáncer ? Yo no lo deseo a nadie que le llegue esa enfermedad”, expresa, y añade que Dios le ha dado la fortaleza y la sanidad.

La falta de medicamentos en los hospitales públicos hace más difícil combatir una enfermedad, porque ya no se trata solo de ver el sufrimiento del paciente, el dolor que solo es comparado como en el momento de la muerte, ese donde las personas tiene que desprenderse de la persona amada. “Ese dolor se siente como que uno ya está muriendo; viera, eso es horrible”, describe María.

Pero sumado a ese dolor viene atada la parte económica que ofusca las decisiones.

Franklin dice que combatir una enfermedad tan difícil, como el cáncer, no ha sido fácil, ya que existen muchas limitantes en la red pública de salud. “Uno tiene conocimiento que tiene derecho a la salud básica, uno creería que estar en la red pública implica que esos medicamentos son de rutina a pesar de que la cantidad de gente con esta enfermedad se ha quintuplicado, pero debería de haber. Para nosotros fue una sorpresa que nos dijeran que no había (medicamento)”, dice el agobiado hijo.

miercoles 21 de febrero de 2018
María apresura el paso junto a su nieta e hijo para lograr alcanzar el último bus exclusivo que la lleve de una forma cómoda y rápida hacia San Vicente.
Foto EDH/ Menly Cortez

Cuando habla del esfuerzo que realizan, a nivel económico, para que se le pueda dar el tratamiento a María, añade que no solo es la compra de un medicamento, “si no que es además la distancia, eso de viajar con una persona en ese estado no es algo tan fácil”, expresa.

Después de cada sesión de quimioterapia, madre e hijo salen apresurados del Rosales para tomar un taxi que los lleve a la terminal de oriente y abordar la Ruta 116 exclusiva, un autobús rápido y cómodo, que los llevará a San Vicente.

Luis lamenta no poder darle a su madre una manera más cómoda para transportarla luego de recibir la quimioterapia, pues ha tenido que gastar cerca de $400 dólares en Carboplatino y Placlitaxel, medicamento que no tenía el Rosales para una sesión de quimioterapia, programada para el miércoles 21 de febrero.

Según el jefe de Hemato- Oncología, Héctor Valencia, actualmente en esa área faltan 11 medicamentos.

“En el pasado cuando no había nada pues los pacientes morían rápido. Ahora cuando hay tratamientos se deben realizar en los tiempos adecuados, porque de lo contrario no resultan en nada. Eso es lo que sucede con algunos pacientes que, al no estar el medicamento y prolongarse el inicio o la continuidad de los tratamientos, recaen o la sobrevida es mucho menor”, explica el galeno .

Mario Alfaro, de 32 años, recibe tratamiento desde hace un año y medio en el Rosales por un adenocarcinoma (tumor en el estómago); el año pasado tuvo que comprar en dos ocasiones los fármacos para su quimioterapia.

Él relata que le ha tocado ver la agonía de las personas que no pueden costearse el medicamento.

“Los pacientes deben esperar hasta que el hospital tiene, una paciente se atrasó en su tratamiento, que debió ser mes a mes, pero lo recibía, no sé, tal vez cada tres meses”, relata el joven, luego añade que hay tanta demanda, que el medicamento se termina rápido.

Según el jefe de Hemato- Oncología, en el Rosales se realizan 35 tratamientos de quimioterapia por día.

De ese total cerca del 20 a 30 por ciento de pacientes que necesitan el servicio de quimioterapia no pueden acceder al tratamiento cuando hay problema con los medicamentos, explica Valencia.

Te puede interesar:

A Blanca Leiva le tocó pedir limosna para poder pagar su tratamiento en el Rosales

Blanca Leiva es una de las 92,568 personas que tienen insuficiencia renal en el país y una de las 240 que recibe tratamiento en el Rosales. Debido a la escasez de medicinas y el costo del transporte, ella pide limosna entre los vecinos de su cantón, para poder recibir la hemodiálisis.

La falta de fármacos en el hospital Rosales para pacientes con enfermedades críticas es problema permanente que se agudiza en los primeros meses del año, muchos enfermos corren con la suerte de María donde la familia hace un sacrificio económico y compra el medicamento para continuar con los tratamientos de tumor o cáncer, otros reciben la caridad de personas altruistas, quienes les donan el fármaco; sin embargo, según Valencia existe cerca de 10 personas con cáncer que no tienen otra alternativa que esperar que el nosocomio se abastezca para poder tratar su padecimiento.

A finales de enero, el director del hospital Rosales, Mauricio Ventura, informó que atraviesan un desabastecimiento de medicamentos; de los 365 fármacos de su listado, les faltan al menos 50 medicamentos y que “están en proceso de compra”, el cual depende del Ministerio de Salud.

“A veces los problemas son en la compra porque la compra conjunta de medicamentos se hace un año antes, en junio, y el medicamento viene entrando (al hospital) en abril, mayo o junio (del siguiente año)”, dijo el director, a final de enero.

En esa ocasión, el funcionario expuso que el Rosales tenía el 82 % de medicamentos y que dentro de los fármacos desabastecidos había algunos calificados como “críticos”, entre ellos hay del área de Oncología, los cuales no los han habían podido comprar debido a que las licitaciones fueron declaradas desiertas o las farmacéuticas no han ofertado. En el área de Oncología faltaban, al menos, ocho medicamentos de un total de 44 fármacos.

Se solicitó, vía correo electrónico, información de cuáles alternativas daban a los pacientes ante la falta de fármacos pero, al cierre de la nota, no había respuesta.

Los pacientes que padecen cáncer  deben cumplir con los tiempos adecuados en sus tratamientos para que tengan una mayor sobrevida. Foto EDH/ Josué Parada.