Pastor evangélico y 36 pandilleros enviados juicio por homicidio

Solo 12 estuvieron presentes en la audiencia, mientras que el resto, por su grado de "peligrosidad", siguieron el proceso por el método de vídeo conferencia

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Foto EDH/

Por EFE

2018-02-16 6:06:08

Un pastor evangélico junto a 36 miembros de pandilla fueron enviados hoy a juicio por estar implicados en los delitos de organizaciones terroristas, homicidio tentado, extorsión y homicidio agravado, informó el Órgano Judicial de El Salvador.

El Juzgado Especializado de Instrucción “A” de San Salvador basó su resolución en las “declaraciones de los cuatro testigos que vinculan a los imputados en los delitos que se les atribuyen”, y decidió que el caso pase a conocimiento de un juzgado especializado de sentencia, que será dada a conocer en los próximos días.

De los 37 imputados, 12 estuvieron presentes en la audiencia, mientras que el resto, por su grado de “peligrosidad”, siguieron el proceso por el método de vídeo conferencia.

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El juzgado Primero de Paz de Soyapango le decretó detención este martes mientras sigue el proceso en contra de él y su hermano.

Según el Centro Judicial, el pastor evangélico “colaboraba con los miembros de pandilla procesados”, quienes operaban en las zonas de Tejutla y La Reina, en el departamento de Chalatenango (norte).

A los pandilleros se les acusa de intentar asesinar, en octubre de 2015, a dos vendedores informales, y en diciembre de ese mismo año de asesinar a tiros a Walter Huezo e Isaías Rivera Fabián, quienes se “querían retirar de la estructura criminal”, y a Manuel de Jesús Flores, quien, según los pandilleros, era un agente de la Policía Nacional Civil.

Señaló que en el caso del delito de extorsión se estableció que “cada unos de los pandilleros exigía 600 dólares de renta” a sus víctimas.

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El líder religioso habría ayudado a la pandilla a deshacerse del cadáver mutilado.

El Salvador es asediado por la MS13, que Estados Unidos busca erradicar, el Barrio 18 y otras pandillas minoritarias que poseen más de 600 grupos en todo el país y a las cuales el Gobierno atribuye la mayoría de los crímenes.

Las autoridades acusan a las pandillas salvadoreñas de mantener los altos índices de asesinatos que sitúan al país como uno de los más violentos del mundo, con tasas de 103 y 81,7 asesinatos por cada 100,000 habitantes en 2015 y 2016, respectivamente.