La luz solar es la principal fuente de radiación ultravioleta. Y como es ya sabido esta exposición es uno de los más grandes desencadenantes del cáncer de piel. Los humanos deben protegerse con especiales bloqueadores, pero también con la poca exposición al sol, pero ¿qué sucede con las mascotas?
Los animales también pueden sufrir quemaduras solares, pues el astro rey está brillando en la Tierra desde siempre, “en términos planetarios”, y los rayos solares llegan sin compasión y sin restricciones para todos los seres de este planeta.
Adaptación es la palabra clave para entender por qué nunca veremos a un mono “bronceado” o a un elefante de África “quemado” por su inminente exposición solar. Es a través de esa evolución y “aclimatación” que muchas especies del reino animal han sabido cuidarse de la fuerza de la radiación ultravioleta: los elefantes y rinocerontes llenan sus cuerpos de polvo y lodo para protegerse y los “peces, aves, reptiles y anfibios producen un compuesto llamado gadusol, que crea protección contra los rayos ultravioleta”, de acuerdo con la revista científica MuyInteresante.
Pero hay otras especies más propensas a las quemaduras, y son las queridas mascotas. De acuerdo con el portal cienciaybiología.com, los animales domésticos con poco o corto pelo o de pelaje blanco sufren más quemaduras que otros con un tono más oscuro o abundante.
Las orejas, la piel alrededor de los ojos y el puente de la nariz son las zonas más propensas a las quemaduras y si estos deciden tumbarse al sol sobre la espalda, pues los rayos UV también llegarán al área de la barriga.