¿Puedes tener relaciones sexuales con normalidad después de un infarto?

En general no debería de representar un riesgo, sin embargo un estudio español señala recomendaciones a tomar en cuenta.

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Foto: Pixabay

Por EFE

2019-08-18 9:58:57

Un infarto de miocardio implica la lesión de una parte del músculo cardíaco por falta de riego sanguíneo. Ocurre cuando se obstruye, de manera brusca, alguna de las arterias que irrigan el corazón y la falta de riego se prolonga durante el tiempo suficiente como para causar una lesión o incluso la muerte del tejido. Algo que puede incidir en las relaciones sexuales.

Después de un infarto, “poder volver a realizar vida normal dependerá de varios factores, como el estado físico de la persona antes del infarto, de la magnitud del territorio afectado o de las complicaciones asociadas”, señala el doctor David Baulenas.

Rehabilitación para el corazón
El facultativo subraya que, como todos los músculos, “este también se entrena. Ante un infarto es muy importante, una vez se ha salido de la fase aguda, plantearse su rehabilitación”.

Los programas de rehabilitación cardiovascular se estructuran en tres fases, según explican los especialistas de la Fundación Española del Corazón.

Primera fase: el tiempo que el paciente permanece en el hospital.

Segunda fase: comienza tras recibir el alta y es cuando el paciente se integra activamente en un programa multidisciplinar que incluye “entrenamiento físico supervisado, actuaciones psicológicas, consejos sobre alimentación, control de factores de riesgo, programa educativo y optimización del tratamiento farmacológico”, detallan.

Tercera fase: comienza con el alta de la anterior pero no termina, ya que el paciente deberá continuar practicando durante el resto de su vida todas las recomendaciones que ha recibido, entre ellas, no fumar, hacer ejercicio y llevar una dieta adecuada.

Una de las dudas más frecuentes entre las personas que han superado un infarto es si podrán tener relaciones sexuales con normalidad.

“La respuesta tiene matices, pero la mayoría de las veces es afirmativa”, indican los expertos de la Fundación Española del Corazón.

Las relaciones sexuales, un esfuerzo moderado
En este sentido, aclaran que el esfuerzo cardiovascular que requiere la actividad sexual equivale a tareas cotidianas como subir dos pisos de escaleras.

“De hecho, el esfuerzo físico que precisa la actividad sexual se podría calificar de moderado, lo que en principio no traería ninguna complicación. Por eso, aquellos pacientes que han sufrido una cardiopatía isquémica, pueden tener relaciones sexuales con normalidad una vez que han sido dados de alta del episodio agudo, si no tienen problemas para realizar tareas como esa”, precisan.

Estos datos proceden de una investigación realizada en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

José Luis Palma Gámiz, investigador principal de este proyecto y vicepresidente de la Fundación Española del Corazón, detalla que las mediciones sobre la carga energética que produce un coito se llevaron a cabo en pacientes con infarto no complicado de diez días de evolución a los que se implantó un holter de 24 horas.

Un holter es un aparato que tiene aproximadamente el tamaño de un teléfono móvil y que va conectado a varios electrodos que se colocan sobre el tórax del paciente. Este dispositivo registra y almacena el electrocardiograma del paciente.

Además, esta investigación halló que, cuando la relación sexual se mantiene con la pareja habitual, la carga energética del coito es la equivalente a subir dos pisos de escaleras.

Sin embargo, las relaciones sexuales con una pareja no habitual puede aumentar de manera considerable la carga emocional y consecuentemente la energética, lo que hace subir la presión arterial, la frecuencia cardiaca y, por tanto, el consumo miocárdico de oxígeno.