Consejos para proteger tu piel del sol

Sigue estos consejos para prevenir daños en tu piel y disfrutar de tus días de descanso

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elsalvador.com

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2016-08-03 7:15:00

Las vacaciones están a la vuelta de la esquina. Vienen días de paseo, de playa, lago u otras actividades en el exterior y, con ellos, aumentan las probabilidades de exponerse al sol. 

La luz solar es la fuente principal de la radiación ultravioleta (UVA y UVB, entre éstos). Según la Sociedad Americana contra el Cáncer, aun cuando los rayos UVA y UVB constituyen solo una pequeña porción de los rayos solares, “los cánceres de piel comienzan cuando éstos afectan el ADN de los genes que controlan el crecimiento de las células de la piel”.

Por esa razón, “siempre es bueno proteger la piel, aunque aparentemente no nos expongamos directamente al sol”, sugiere el doctor Carlos Mora, dermatólogo asociado del Grupo Carpio. “De día, al hacer actividades exteriores, es recomendable utilizar bloqueador o filtro solar, en especial si tienen antecedentes personales o familiares de cáncer de piel”, aconseja el médico. 

La protección solar debe aplicarse al menos 20 minutos antes de exponerse al sol o, si es el caso, de entrar en contacto con el agua. Si vas a estar en exteriores por un tiempo prolongado, ten en cuenta la duración del protector que utilices, que generalmente es de dos horas. Y si te has mojado o sudado excesivamente, una vez seco tienes que aplicarlo de nuevo. 

Cuando quieras broncearte, hazlo en las horas menos agresivas del sol. “Lo mejor es evitar tomar el sol entre las 10 a.m. y las 3 p.m., pero siempre existe el riesgo por los rayos UV”, dice Mora. 

Otra forma de cuidar la piel es usando ropa diseñada para salvaguardar de la radiación UV, la cual es muy útil cuando se hacen actividades en altamar o se va de pesca.  

¿Qué tipo de protector solar utilizar? 

La opción que más te convenga dependerá de tu tipo de piel. Si eres muy sensible y te quemas con facilidad, es mejor que consultes a un dermatólogo. 

Cuando compres un bloqueador o filtro solar, ten en cuenta el factor de protección solar (FPS o SPF en inglés), el cual indica qué tanto el producto bloquea los rayos UV. 

El índice FPS nos dice cuántas veces el filtro aumentará la capacidad de nuestra piel para protegernos del sol. Por ejemplo, si nos irritamos a los 10 minutos de exponernos al sol, un FPS 20 extendería ese tiempo a 200 minutos. 

– FPS 50 o más: Para la piel pálida, blanco marfil, que se enrojece inmediatamente y sufre un intenso eritema (enrojecimiento de la piel, acompañado de dolor). Es el caso de la mayoría de personas pelirrojas, con pecas y ojos azules. 
– FPS 40 hasta 50: Para la piel muy blanca o sensible, generalmente personas rubias o castañas muy claras y de ojos claros. Se queman muy fácilmente y es muy raro que logren broncearse. 
– FPS 30 hasta 40: Para el tipo de piel blanca más común, con cabello castaño o rubio oscuro. Se enrojecen moderadamente y logran un bronceado suave. 
– FPS 25 hasta 30: Para personas de cabellos castaño oscuro o negro y ojos oscuros, con piel ligeramente morena. Se broncean rápida e intensamente. 
– FPS 15: Similar al caso anterior, pero con un tono de piel moderadamente morena. Logran un bronceado intenso con facilidad. Pueden sufrir eritemas, aunque casi imperceptibles. 
– FPS 4 hasta 15: Para quienes tienen piel morena oscura, propia de africanos y afrodescendientes. No sufren eritemas, pero sí un bronceado intenso.

Tipos de radiación ultravioleta (UV) 

Hay tres tipos principales de UV: 

– UVA: Envejecen las células de la piel y pueden dañar su ADN. Son las causantes del envejecimiento de la piel, las alergias y enfermedades pigmentarias como manchas y melasma.
– UVB: Tienen un poco más de energía que los rayos UVA y dañar directamente al ADN de las células de la piel. Son los principales causantes de las quemaduras de sol. Se cree que provocan la mayoría de los cánceres de piel.
– UVC: Son las más peligrosas, no alcanzan a la superficie de la Tierra al ser absorbidas por la capa de ozono.