Conoce el peligroso ingrediente con el que cocinas a diario

La salud de tu familia está en juego

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elsalvador.com

Por Marilú Ochoa Méndez, Deseret News

2016-11-15 10:10:00

Se sabe que el caldo de pollo es un alimento que reconforta y sana. Es común que se ofrezca para curar una gripe, una infección fuerte en vías respiratorias y hasta un malestar general. Las abuelas lo hacían con menudencias, que hervían con especias de una manera artesanal, casi artística. Es de todos sabido que este guiso realza los sabores de casi cualquier cosa: una crema de verduras o incluso una pasta.

Hoy las amas de casa tenemos menos tiempo para seguir estas artes, y recurrimos a sustitutos. Infortunadamente, nos dejamos llevar por la mercadotecnia que promete (muchas veces de forma engañosa) ayudarnos a cocinar de manera rápida, nutritiva y rica para nuestra familia. Pues es casi increíble, muchas de estas “soluciones” contienen ingredientes nocivos para consumo humano.

Expertos aconsejan revisar las etiquetas

La health coach Valeria Lozano, afirma que si un producto en el súper contiene más de cinco ingredientes ya puede comenzar a sospecharse que hace más daño que bien al organismo.

De acuerdo con la página elpoderdelconsumidor.org, el consomé de pollo industrializado en sus presentaciones en polvo y cubos contiene:

– 1 mil 282 miligramos de sodio por porción de una cucharadita (6 gramos).
Contiene solamente 0.024 gramos de pollo (¡y se vende como consomé de pollo!).
18 ingredientes en total, entre ellos, azúcares y glutamato monosódico.
Contiene colorantes artificiales asociados al déficit de atención e hiperactividad en niños y niñas.

Glutamato monosódico

Dentro de los ingredientes de estos productos, se encuentra el glutamato monosódico (GMS) que, de acuerdo con la página www.ecoosfera.org, mejora el sabor de algunos alimentos procesados. Hace que las carnes procesadas y la comida congelada tengan un sabor más fresco, los aderezos un mejor sabor y le inhibe el sabor metálico a los alimentos enlatados.

En términos químicos, el GMS contiene 78 por ciento de ácido glutámico libre, 21 por ciento de sodio y hasta 1 por ciento de contaminantes. El GMS “engaña” a nuestro cuerpo haciéndonos creer que la comida sabe mejor, es más sana y más rica en nutrientes.

La FDA (Federal Drugs Administration) de Estados Unidos ha comentado que este producto es “generalmente reconocido como seguro”, aunque según la Clínica Mayo su uso, en la mayoría de los alimentos procesados, se ha relacionado con efectos secundarios tales como mareo, náusea, sudación, debilitamiento, taquicardia y dolor de pecho, entre otros.

Evita la hiperactividad y déficit de atención en tus hijos.

La recomendación de los expertos como elpoderdelconsumidor.org es que productos como éstos deberían de contener una leyenda de alerta para padres de familia con niños que acusan hiperactividad y déficit de atención, ya que al utilizar este producto como parte de la cocina diaria o frecuente tendrá un impacto negativo en sus hijos.

Pacientes con obesidad también deberían ser alertados de la presencia del glutamato monosódico, puesto que este ingrediente impacta directamente en los centros de saciedad de los individuos.

¿Qué hacer?

Lo ideal es buscar maneras más prácticas de cocinar con ingredientes frescos y orgánicos, leer siempre las etiquetas de los productos y medir bien las porciones, pues la concentración de sal que se indica en ocasiones se ve “normal”, porque la porción se mide, por ejemplo, por cucharaditas, cuando las indicaciones del envase dicen que dos cucharas soperas hacen -por decir algo- un litro de caldo de pollo.