Siete errores que comenten los padres sobre el peso de sus hijos

La crítica constante al cuerpo de tu hijo es una de las peores acciones. En algunos casos es el origen de Trastornos de la Conducta Alimentaria, como anorexia y bulimia.

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elsalvador.com

Por Alfredo García

2018-07-24 6:19:41

“Cuando veo a alguien enseñando a los niños a odiar sus cuerpos, me enfurezco. He pasado la mayor parte de mi carrera ayudando a los adultos a deshacerse del desagrado que sienten por su cuerpo, y sé que las raíces de esta insatisfacción comienzan a menudo en la niñez”, asegura Judith Matz, terapeuta especializada en problemas de alimentación.

La Asociación Estima, que trabaja en El Salvador en educación sobre Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), publicó este mes un documento en el que destaca los errores más comunes que comenten los padres acerca del peso de sus hijos.

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1. Criticar su cuerpo

Los niños nacen amando los cuerpos que tienen. No nacen pensando que un tamaño es mejor que otro hasta que los adultos les dicen que la delgadez es mejor que la gordura.
Si te paras en el espejo y haces comentarios como, “estos jeans me hacen lucir gorda” tu hija recibirá rápidamente el mensaje acerca de cuáles cuerpos valen la pena y cuáles no.

2. Promover las dietas

Se ha vuelto normal en nuestra cultura decir, “no puedo comer eso, estoy a dieta”. Estas palabras envían un mensaje de que privarse de los alimentos que disfrutas es una manera positiva de ir a comer, y que la pérdida de peso triunfa sobre todo. A muchos niños también se les dice que no deben comer galleta o pizza porque engorda. Los niños absorben el mensaje de que esa pérdida de peso es una meta correcta a pesar del hecho de que los niños que hacen dieta tienen un mayor riesgo de aumento de peso, de atracones y de otros trastornos alimentarios en comparación con sus contrapartes que no hacen dieta.

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3. Reírse de bromas sobre gordura

La gente gorda sigue siendo el blanco de bromas. Si encuentras divertido avergonzar a otra persona sobre su tamaño, los chicos aprenderán temprano que está bien burlarse de los niños más gordos durante el recreo. Y, estos niños recibirán el mensaje de que su peso es una fuente de vergüenza. La intimidación por el peso es el tipo número uno de bullying que se lleva a cabo en las escuelas, y participar en bromas sobre la gordura autoriza a burlarse de los compañeros basándose en su peso.

4. Referirse a los alimentos como malos y buenos

Hay tanto énfasis en comer “saludable” estos días que puede ser confuso para los padres saber cómo alimentar a sus hijos. Demasiada grasa? ¿Demasiados carbohidratos? ¿Sin gluten? Es importante que los niños tengan acceso a alimentos nutritivos, así como es importante que coman alimentos que saben bien.

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“Demasiados niños se están obsesionando con la alimentación saludable (que a menudo es un disfraz para el comportamiento de la dieta) y por lo tanto no están aprendiendo a comer todo tipo de alimentos, que es una habilidad importante”, advierte la terapeuta Judith Matz.

Dieta

5. Hablar de ejercicio como método de pérdida de peso

“Tengo que hacer ejercicio porque comí demasiado” o “necesito entrenar más para adelgazar” son comentarios típicos. Pero el mensaje que llega a tus hijos es el ejercicio es el castigo por comer los alimentos equivocados, y la razón principal para ejercitarse
es cambiar su cuerpo. Esto prepara a los niños a vincular la actividad física con ser gordo – o el miedo de hacerse gordo – e interfiere con el amor natural de los niños de mover sus cuerpos porque es divertido y se siente bien.

6. Comentar el peso de otras personas

Son comunes los comentarios “te ves muy bien – ¿has perdido peso?” o “no puedo creer cuánto peso ha ganado”. “Cuando nuestros niños oyen estas palabras, aprenden lo que se valora cuando se trata del tamaño corporal. También aprenden que es aceptable juzgar los cuerpos de otras personas. Si decimos a los niños que se ven increíbles porque tienen una constitución delgada, ¿qué pasa si ganan peso? Comentar o felicitar a las personas basándose en el tamaño del cuerpo es una receta para la humillación”, describe la terapeuta especializada en TCA.

7. No ver el peso como parte de la diversidad

El tamaño del cuerpo tiene una base genética, relacionarlo con cuestiones de salud lleva a que las personas usen prácticas no sanas para cambiar su fisiología – una tarea casi imposible que a menudo deja a las personas atrapadas en el círculo de la dieta-atracón, trastornos de la conducta alimentaria y cultura que huele al estigma del peso.