Nuestros antepasados, españoles e indios americanos, comerciaban entre sí cambiando espejitos por prendas de oro, un trueque muy similar al que está realizándose entre el régimen en este país y China (comunista por definición propia): “Te regalo un estadio a cambio de apoyo para mi confrontación con Estados Unidos y Europa”.
A Costa Rica también le regalaron un estadio...
Los estadios son el equivalente a los espejitos de antaño pero además al de los circos en la antigua Roma, la manera de tener tranquilo al populacho dispensando pan y espectáculos, lo que facultaba a la clase senatorial para mantener el control de los destinos de la República.
Circo fue el Coliseo de Roma y la Arena de Verona y muy similares edificaciones se encontraban a lo largo de las provincias de lo que fue el Imperio Romano: anfiteatros capaces de sentar decenas de miles de espectadores para ver desde luchas entre gladiadores y carreras de carruajes de guerra hasta batallas navales, peleas entre fieras y, a partir de Nerón, grupos de cristianos devorados por leones, lo que se rememora en filmes como Quo Vadis, La caída del Imperio Romano o su “remake” Gladiador.
Contrario a lo que se cree, los gladiadores no morían en el Circo, pues eran esclavos y tenían dueño; si un gladiador mataba a otro, su dueño tenía que indemnizar al otro dueño; el pulgar hacia arriba del público era para premiar la calidad del espectáculo; para abajo, que el “show” fue malo.
La frase “pan y circo” fue acuñada por el poeta latino Juvenal...
El pequeño problema que tiene el régimen de este país es la pobreza de los espectáculos que monta, todos alrededor de la grandeza del dictador y, lo más grave, el hecho de que cada día hay menos pan.
—los servicios asistenciales para la población se han deteriorado grandemente, al extremo de que el “nuevo hospital Rosales” es parcialmente un terreno abandonado;
—el servicio de agua, la limpieza de las calles, la seguridad pública, todo está en malas condiciones, a lo que se agrega el mediocre estado de las calles en la periferia de la ciudad, lo que en parte tiene una causa: las decisiones y “cambiadera constante de rutas” que continuamente llevaba a cabo el Viceministerio de Transporte a cargo de un efemelenista, el señor García, que entre otras cosas hizo lo siguiente:
—usar calles de vecindarios cuyas calzadas NO ESTABAN PREPARADAS para soportar tráfico pesado, en un imparable cambio de rutas, cargas que deben de haber afectado negativamente las redes de alcantarillas y agua potable que corren debajo;
—en uno de esos interminables cambios, el tráfico pesado sobre una calzada no preparada para ello hundió un tramo del Bulevar Tutunichapa, causando una cárcava muy grande;
—el señor García impuso un “examen sicológico” para quienes desearan obtener licencia de conducir, cobrando cinco dólares por la prueba que tenían que pagarse allí mismo, al contado. ¿A quién dio cuenta de esos ingresos? No se conoce...
A los motociclistas rogamos cuidarse, no llevar niños y no beber
Ese recarpeteado en teoría y para nuestra capital, lo está llevando a cabo el alcalde Durán, el mismo denunciado por despedir a más de dos mil trabajadores de la comuna sin indemnizarlos, pero que asignó medio millón de dólares para “fiestas” que nadie sabe dónde se han efectuado si es que las hubo.
El mediocre estado de las calles es causa de muchos accidentes de motocicletas, una de las causas de tantas muertes de jóvenes y adultos, a quienes encarecidamente les pedimos no llevar niños y nunca conducir cuando se ha ingerido alcohol...