Las malas conductas llevan a que se les ubique en los traspatios

Ya lo dijo la Encargada de Negocios de EE.UU., Jean Manes:_“Estamos viendo claramente un declive de la democracia de su país (El Salvador). No es solo palabra mía, es básicamente el consenso en Washington que está diciendo tanto el lado republicano como el lado demócrata”.

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Por El Diario de Hoy

2021-09-27 7:38:14

No ser el “traspatio” de Estados Unidos, dijo en la reciente Asamblea de las Naciones Unidas el delegado de la dictadura cubana, la misma frase usada por Bukele hace unos días al reaccionar a la inclusión en la lista Engel de los cinco miembros de la Sala de lo Constitucional nombrados a dedo en los primeros días de mayo después de la inconstitucional destitución de los legítimos magistrados y el Fiscal General.
Una gran nación que ha acogido a tres millones de salvadoreños en su seno no ve a nuestros connacionales como originarios de un “traspatio” sino como personas que, por los motivos que sea, son parte de Estados Unidos, país de inmigrantes en su gran mayoría.
Bukele no asistió a la Asamblea, Venezuela envió a un delegado a mentir a lo grande al igual que el presidente de Argentina al servicio de la Kirchner...
La asamblea de este año al menos no tuvo que sufrir un probable discurso de Trump, el magnate que no ceja en su empeño de destruir la democracia estadounidense.
¿Es El Salvador, al igual que Cuba, el “traspatio” de Estados Unidos? Eso no lo determina Washington cuanto el proceder, los actos, las alianzas de cada país frente a lo que aún sigue siendo y pese a la vergonzosa salida de Afganistán dejando a merced de asesinos a ex traductores, empleados, proveedores, periodistas, estos últimos la “fortaleza del mundo libre”.
Figurativamente, como sucedía con los castillos medievales y hoy en día con las grandes mansiones que multimillonarios pueden edificar en una determinada población, lo deseable para estas grandes familias es estar rodeadas de bonitas casas, lindos y cuidados jardines, pequeñas pero honestas familias que cuidan su comportamiento, son amables, piadosos...
Pero gente deshonesta, violenta, que está en garras del vicio y cuyas amistades son hampones, traficantes de droga, individuos fichados por la policía no son vecinos deseables, son los que se relegan a los “traspatios”, los que nadie decente quiere cerca.
Ya lo dijo la Encargada de Negocios de Estados Unidos, Jean Manes:“Estamos viendo claramente un declive de la democracia de su país (El Salvador). No es solo palabra mía, es básicamente el consenso en Washington que está diciendo tanto el lado republicano como el lado demócrata”.
En seguida, la diplomática enumeró los pasos de las dictaduras: consolidan su poder, debilitan la justicia, destruyen a la oposición, crean un ambiente de miedo y censura, montan una maquinaria de propaganda y destruyen a los medios independientes, cierran espacios de crítica y usan a la fuerza pública para persecución política. Luego, la señora Manes reflexionó que de los salvadoreños depende si quieren que este sea su país, o que sea como Nicaragua o Venezuela.

Nadie quiere en su vecindario a malévolos, viciosos, delincuentes

Los vínculos del régimen salvadoreño con los mexicanos que les venden toneladas de granos en detrimento de la producción de los agricultores nacionales, que suministraron el buque y el avión que no cumplen con las tareas que supuestamente requieren para perseguir delincuentes y que además provocaron la toma de la Asamblea con gente armada el 9 de febrero de 2020, hace que ese bastión del mundo libre no los quiera como buenos vecinos, sino que se queden en los traspatios; mientras más lejos, mejor.
Las buenas y honestas familias se ocupan de que sus hijos se relacionen con jóvenes con procederes positivos, que aporten alegría, transparencia, que no carguen con oscuras agendas ni envenenen el espíritu de muchachos y muchachas bien nacidos.
Los que merecen estar en las trastiendas tienen que hacer muchísimo para limpiarse de infamias, purificarse...