Que haya más y buenas plazas y se supriman las de activistas

No ha sido ni remotamente suficiente eliminar el ejército de asesores de CAPRES y la parentela del Profe, lo que apenas reduce en menos de un diez por ciento la abundante grasa y el cebo heredados por el efemelenismo

descripción de la imagen
Donald Trump, presidente de EE.UU. Foto/EFE

Por El Diario de Hoy

2019-10-02 3:43:48

El nuevo presupuesto crea 1,886 plazas nuevas para la Fiscalía, Seguridad y Salud, lo que infla aún más la frondosa burocracia que pesa y sangra al país, una nueva carga sobre los lomos de nosotros los salvadoreños.

No se debe aumentar una sola plaza sin por lo menos eliminar cinco de los inútiles puestos ocupados por parientes y activistas rojos, creados por Funes a cambio de llevarlo a la presidencia, donde hizo de las suyas y se le ha acusado del saqueo de 351 millones de dólares de los impuestos de todos los salvadoreños.

Los efemelenistas no solo saquearon al país y dispusieron de los fondos de pensiones, sino que pretenden que a través de esos cargos artificialmente generados la Nación los siga manteniendo.

No ha sido ni remotamente suficiente eliminar el ejército de asesores de CAPRES y la parentela del Profe, lo que apenas reduce en menos de un diez por ciento la abundante grasa y el cebo heredados por el efemelenismo; se requiere de una urgente limpieza de los organismos estatales para que El Salvador pueda recomponerse.

Hablando de las pensiones, es desgarrador lo que sucede cuando personas que han laborado por años y pagado sus cuotas a las AFP se enteran de que la pensión que les corresponde es de menos de doscientos cincuenta dólares, lo que es una sangrienta burla de los rojos a la colectividad.

Algo se puede lograr reformando el sistema. Algunos países europeos cuyos esquemas de retiro están colapsando han tomado medidas tales como aumentar la edad de retiro de hombres y mujeres o, como en otras naciones, simplemente reconociendo que todos debemos trabajar mientras la cabeza y el cuerpo nos lo permitan, pues, como piensan ahora muchos, en todo caso es más sano seguir en el trabajo que estar retirado, comenzando por el acceso a servicios como el Seguro.

Tenemos que admitir con amargura que el país está emproblemado, que hay menos inversión, que somos menos competitivos y que a pesar de no depender de exportaciones de productos agrarios como erróneamente se dice en un artículo reciente, hay muchos baches en el camino.

Solo cuando hay confianza puede prosperar un país

Proteger el empleo debe ser una prioridad nacional, cuidando de que por torpes medidas administrativas haya empresas que cierren, inversiones que se detengan y personas que queden en el aire.
El gran problema del pasado decenio fue que los vínculos y amores del efemelenismo con una narcodictadura, vínculos que además se remontaban a las FARC, tuvo como resultado que productores de toda naturaleza se preguntaban sobre la seguridad que ofrece un país metido en la cama con forajidos. Pues la droga ensombrece el horizonte…

Lo que atrae o repele a la gente de trabajo, a la gente honesta, a los soñadores, a los que hacen esfuerzos para superarse, es la confianza en un sistema, en la seguridad de que no estarán a merced de antojos o represalias, sino que pueden confiar que se va a obedecer la ley, respetar la Constitución, que los pesos y contrapesos funcionan.
Como en los juegos deportivos, la gente se mete a competir por confiar en las reglas, confiar en los árbitros, confiar en la seguridad del campo, de que la autoridad va a protegerlos de hinchas enardecidos, de mafias.

Por ahora “a Dios rogando y al mazo dando”; la prosperidad y la tranquilidad solo llegan con el trabajo y la convivencia…