Una periodista mexicana denuncia nexos entre gobiernos y narcos

Las denuncias de parte de periodistas que investigan los nexos de los narcotraficantes con políticos y otros sectores han causado ya el asesinato de varios de ellos, lo que hace de México uno de los países que más atentados registra contra informadores

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"Él ya tenía años de trabajar vendiendo cocos y nunca le pasó algo así", señaló una las parientes. Foto EDH/ Yessica Hompanera

Por El Diario de Hoy

2022-02-28 7:12:09

México, según un reportaje del periódico ABC de España, “tiene dos gobiernos paralelos”: el que maneja la presidencia y el de los narcos, ambos encaramados sobre el extraordinariamente rico y creativo entramado de la población, de sus artistas, productores, pequeñas comunidades, lo que con sus lógicas variantes se da en todas partes del mundo aunque no en las dictaduras absolutas como la de Corea del Norte.

Los cárteles, entre los que sobresale el de Sinaloa —allí donde el régimen salvadoreño adquiere toneladas de granos a sobreprecio en grave detrimento de la agricultura salvadoreña— mantienen un permanente chantaje sobre las instituciones locales y federales, a lo que se suma el asesinato de funcionarios y periodistas que se interponen en su camino.

Una investigadora, Anabel Hernández, relata que lleva viviendo con escolta desde el año 2019,  cuando investigaba para su libro Los Señores del Narco, pues desde entonces se volvió “incómoda” para los últimos cuatro gobiernos mexicanos,  incluyendo el del camarada López Obrador, lo que condujo a un intento de asesinarla por cuatro sicarios que la buscaron en su casa. El atentado se frustró gracias a un contacto en la propia policía que le dio tiempo para escapar.

“Yo fui —dice— quien denunció que Genaro García Luna, entonces Secretario General de Seguridad Pública de Felipe Calderón, y las personas cercanas a él trabajaban para el cártel de Sinaloa, lo que le llevó a ser extraditado a Nueva York, donde espera juicio”.

Las denuncias de parte de periodistas que investigan los nexos de los narcotraficantes con políticos y otros sectores han causado ya el  asesinato de varios de ellos, lo que hace de México uno de los países que más atentados registra contra informadores, especialmente en el norte, la zona colindante con Estados Unidos, una especie de “tierra de nadie” donde jóvenes mujeres del Este europeo que van tras “el sueño americano” y hasta niños, son secuestrados para forzarlos a prostituirse.

Los tentáculos de los cárteles se extienden por toda la región

Como es de esperarse, el camarada presidente de México no hace mayor cosa para combatir los cárteles fuera de su última y sonada ocurrencia: poner en suspenso las relaciones con España, un imaginario “enemigo externo que explota las riquezas de México desde la colonia”. En particular, culpa a la firma española Repsol de todos los males imaginables. Para ello, el camarada López Obrador echa mano del estribillo marxista de la “explotación”, lo que más y más se enarbola en esta saqueada tierra cuscatleca para fomentar las divisiones de clase, fabricar al malo de la película por cuya culpa sube el precio de la canasta básica, de la gasolina, de las tortillas.

Este anzuelo lo muerden los cretinizados por la propaganda de los regímenes allá como acá.

La presencia regional de los cárteles se puso al descubierto con la captura del expresidente hondureño Juan Orlando Hernández para ser extraditado a Estados Unidos, donde su hermano está condenado a cadena perpetua más treinta años, por intentar introducir ciento cincuenta tórnelas de cocaína al país.

Lo mismo se dice de un gran número de políticos y facinerosos hondureños, algunos muy influyentes en el nuevo gobierno de izquierda, los que tienen vínculos con similares mafiosos de la región.