¿Es que los portugueses robaban tesoros regalando peluches?

La costumbre de regalar peluches y muñecas persiste hasta el día de hoy. Los pueblos ya no dan oro, sino que a cambio de los peluches conceden licencia a charlatanes para que los desvalijen, roben sus bienes sin pausa, propinen palos a los que rehúsan domesticarse...

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Pasaje en comunidad Escalante de Ilopango donde hay varios recipientes que acumulan agua. En Ilopango ha incrementado el índice larvario y los casos de dengue según la Comisión Municipal de Protección Civil. Foto EDH / David Martínez

Por El Diario de Hoy

2020-08-04 9:41:41

No hemos logrado corroborar el origen de esta historia, pero es parte de la rivalidad que hubo entre españoles y portugueses tanto en los siglos  XVI y XVII como en los anteriores.

Se dice que al llegar a América, los españoles cambiaban espejitos por oro (y, según dicen, devuelven el oro si se les devuelven los espejitos ), mientras los portugueses adoptaron otra estrategia: regalaban peluches y muñecos de felpa a las tribus africanas a cambio de marfil, oro y piedras preciosas.

Y cuando algún grupo de aborígenes se medio rebelaba, los europeos mandaban un contingente armado hasta los dientes para ponerlos quietos, calificando como “héroe” al valiente capitán que los encabezaba.

La costumbre de regalar peluches y muñecas persiste hasta el día de hoy. Los pueblos ya no dan oro, sino que a cambio de los peluches conceden licencia a charlatanes para que los desvalijen, roben sus bienes sin pausa, propinen palos a los que rehúsan domesticarse…

A partir de la presidencia de Funes, el acusado de cargar con 351 millones de dólares de nuestros impuestos, El Salvador ha ido de mal en peor hasta desembocar en el desastre actual, una situación agravada por la pandemia y las medidas inconsultas que ha venido tomando el régimen.

El prófugo de la justicia logró el respaldo de los incautos manoseando la imagen de San Romero y echando las pezuñas sobre “el cambio”.

Marx, cuya doctrina ha causado la muerte de más de cien millones de personas y empobrecido a media humanidad, dijo que “la religión es el opio del pueblo”.  Pero son dos los opios de los pueblos: uno, “la revolución” como señaló el brasileño Marighella; el otro, la promesa del “cambio”, lo que llevó a la nociva presidencia de Obama.

Volvamos a las inconsultas medidas que viene imponiendo el régimen. Son inconsultas pues en vez de poner en manos de epidemiólogos, experimentados administradores, médicos con experiencia y gente racional, con sentido común marcar cada paso y corregir fallas, el esquema se ha ido montando a base de las ocurrencias presidenciales, las que el buen señor rehúsa revisar.

De allí el espantoso saldo de tantas muertes que pudieron evitarse, pues son soldados y policías los que han tomado decisiones en muchos de los minicampos de concentración donde se metía por la fuerza a personas sanas e infectadas, con los resultados terribles e inhumanos que se han visto.

No hay dinero para proteger a médicos y enfermeros, pero abunda para viajes y despilfarros

No se suministra equipo de protección de calidad a los que están al frente de la lucha, pero sobra dinero para comprar granos a un sobreprecio de más de dos millones de dólares, granos que los había en plaza a precios de mercado, como hay dinero, según se dice, para constantes viajes a Miami en vuelos privados o para otorgar contratos a dedo a allegados al régimen.

Y rebalsa dinero para el Hospital “El Salvador”, montado con equipos y personal del Seguro y los hospitales Rosales y San Rafael. Tal obra ha costado hasta ahora más de cuarenta millones de dólares, o más bien se dice que esa es la cantidad que “se invirtió” (y que de seguro parcialmente se ha privatizado).

La amoralidad imperante en los grupos alrededor del poder se refleja tanto en la manera como se están efectuando las primarias internas del partido, como la insistencia de llevar como diputado a un vil sujeto que tiene reparos graves sobre ingresos no justificados.