Se debe reactivar pronto la agricultura y la producción de alimentos

A las puertas de la estación lluviosa y la época de siembras, en El Salvador no se habla de un plan para reactivar la agricultura, en tanto que los campesinos son capturados yendo a sus terrenos y llevados a centros de cuarentena.

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Foto EDH / Cortesía

Por El Diario de Hoy

2020-04-28 7:39:27

Se vaticina que una de las graves consecuencias de la pandemia será una escasez de alimentos en todos los países, inclusive en naciones que tradicionalmente han disfrutado de enormes excedentes agrícolas, como Estados Unidos.
Varios de los mayores productores de carne advierten que no habrá suficiente para el consumo durante varios años, como también van a faltar otros importantes componentes de la usual dieta de los estadounidenses, lo cual golpeará, como es obvio, a los sectores de menor ingreso que además son propensos a contraer la COVID-19.
Si en Estados Unidos habrá escasez de alimentos, en Hispanoamérica los efectos pueden ser más graves, con el agravante de que el alto endeudamiento volverá más difícil adquirirlos en los mercados mundiales.
La grave crisis que se anticipa golpeará a África, que muchos presagian será una hambruna de “proporciones bíblicas”: grandes partes del continente sufren plagas de langostas, sequías, otros desastres y hasta carencia de mano de obra con algún nivel de capacidad.
Lo mismo puede suceder en muchas regiones de Asia que sufren una endémica falta de agua, aunque se pierde de vista una realidad muy importante: ¡la India tiene más tierra arable per capita que Francia!
La agricultura salvadoreña, desde que un tal Prosterman nos forzó con la venia de la junta golpista del 79, a una ruinosa “reforma agraria” que puso en manos de jornaleros las mejores tierras del país, pobres gentes que vaciaron los graneros, se comieron en barbacoas sementales que costaron decenas de miles de dólares y convirtieron en potreros estériles muchas de las mejores tierras de labranza del país.
En la hacienda Tierra Blanca un gran agricultor estaba para sembrar cientos de manzanas de palma africana para extraer aceite de altísima calidad…
Al día de hoy, todas, TODAS las llamadas cooperativas están en bancarrota…
Esas tierras del “sector reformado” —para no llamarlo del “sector robado”— pueden reactivarse para que el país no sufra, pasada la pandemia, de una grave, gravísima escasez de alimentos, tanto de granos básicos (que no van a estar a la venta en ninguna parte), como de carne, leche, fibras y materias primas para la industria.

A las puertas de la estación lluviosa y no se habla de plan para las siembras

A las puertas de la estación lluviosa y la época de siembras, en El Salvador no se habla de un plan para reactivar la agricultura, en tanto que los campesinos son capturados yendo a sus terrenos y llevados a centros de cuarentena.
Es importantísimo que las gremiales del sector productivo se aboquen a trazar los lineamientos esenciales para lograr una inmediata reactivación del agro, considerando que desde que se siembra la semilla hasta que germina pasan meses, digamos hasta finales de julio, inicios de agosto.
Antes de lograr esas cosechas, huertos y siembras familiares (como la del pipianero que fue forzado a entrar en cuarentena por la soldadesca) pueden suplir lo imprescindible para que las familias no pasen hambre.
En Rusia, después de que los comunistas estatizaron las tierras, hubo otro gran desastre: muy mal se pasaba para conseguir granos básicos, pero de las pequeñas parcelas que habían logrado conservar las familias campesinas que no fueron asesinadas por los rojos, casi todas las legumbres, aves de corral, leche que se comía en Rusia era producido por ellos. Las ejecuciones de los kulaks, los dueños de tierras que se oponían a las estatizaciones, costaron la vida a más de veinte millones de personas, una relativamente