Otra vez asustando con el petate de la “privatización” del agua

Como se les ha reclamado el robo de las cuotas que pagan los usuarios, echan mano de la “cortina de humo” de la privatización, como se valen del caso de Sigfrido Reyes para tapar el nepotismo y los enriquecimientos de ciertos políticos ligados al oficialismo

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Planta potabilizadora Las Pavas. Foto EDH Óscar Portillo

Por El Diario de Hoy

2020-01-20 7:03:03

Lo del agua pestilente ha caído a niveles de burla. Primero le restan importancia a las quejas; luego dicen que la causa son “algas no dañinas”, pero hasta la ministra de Salud no se confía y recomienda hervir el agua para consumo.
El Diario de Hoy comenzó informando hace dos semanas que vecinos de la zona de San Antonio Abad, la Escalón Norte y Miralvalle se quejaban de que el agua tenía “sabor a tierra y olor a insecticida”. Pero los encargados trataron de restarle importancia, diciendo en televisión que la causa eran “algas no dañinas” en el río Lempa —sin identificarlas científicamente— y que ellos “siempre tomaban agua del grifo y que hasta más delgados estaban”.
Ahora que ven furiosa a la ciudadanía repiten el viejo estribillo para desviar la atención: el problema no es el olor y el sabor del agua, sino que “quieren privatizarla”, como vociferaban los supuestos universitarios revoltosos que llegaron a hacer destrozos a la Asamblea.
A todas luces lo de la “privatización del agua” sólo busca esconder o justificar la incapacidad en manejar el suministro y una entidad que necesita buenos y visionarios administradores, no individuos deformados por los indoctrinamientos de la extrema izquierda, corrupta y saqueadora.
No es de extrañar lo que sucede, pues al robarse los pagos de los usuarios —un robo que la Fiscalía no termina de investigar—, la entidad carece de los recursos y de la adecuada dirección, para que la población reciba agua limpia.
Hasta el momento, los encargados de ANDA no tienen más solución al abastecimiento que usar el agua del Cerrón Grande, lo cual hace que todos quedemos a merced de la salubridad, de los patógenos y de la capacidad de las autoridades para poner en pie y dar mantenimiento a las estaciones de bombeo, de purificación, de mantenimiento de tuberías.
En un tuit en referencia al grave problema, el Gobierno dice que “gobernar es difícil”, pero más difícil es cuando no se busca a las personas más capacitadas para ponerlas al frente de los organismos del Estado, sino que se nombran sin examinar con objetividad sus credenciales.
No hay grupos, entidades o propuestas que propongan “privatizar” los servicios de agua, fuera del sempiterno estribillo de los efemelenistas que para no soltar lo que saquean enarbolan lo de la “privatización”. Como se les ha reclamado el robo de las cuotas que pagan los usuarios, echan mano de la “cortina de humo” de la privatización, como se valen del caso de Sigfrido Reyes para tapar el nepotismo y los enriquecimientos de ciertos políticos ligados al oficialismo.

Preguntemos a los israelitas qué hacen para tener agua en el desierto

“Privatizar o no privatizar” es un asunto que nadie está discutiendo, pero desarrollar nuevas fuentes de suministro de agua, sea por ANDA o emprendedores particulares, es otra, como sería formar embalses en los terrenos abandonados en poder del “sector reformado”, crear pequeñas pozas en comunidades, promover que los agricultores se ocupen de recoger el agua que cae en sus terrenos, como de hecho proceden muchos cafetaleros.
Formar diques en cauces ahora secos para que el agua que cae en enormes cantidades sobre nuestro territorio se quede allí y se filtre al subsuelo, es una solución al alcance de muchas comunidades.
En lugar de despotricar sobre la “privatización” y además de buscar personas capaces para manejar ANDA, lo que procede es preguntar a los israelitas qué hacen con la poca agua lluvia que cae sobre su territorio, si la dejan correr al mar o hacen lo posible por recogerla y utilizarla en sus cultivos.
Soluciones hay, pero no para los ciegos y los incapaces.