Ortega termina llevando al cierre a tres periódicos

La censura conduce al miedo y el miedo alienta los peores instintos, como se evidencia en lo que sucede en Corea del Norte, un país que ha descendido a la peor clase de barbarie

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Fotografía del caricaturista realizada por el francés Henri Cartier-Bresson en 1934. FOTO EDH / Huber Rosales

Por El Diario de Hoy

2019-09-29 9:47:57

El régimen sandinista terminó por estrangular a tres periódicos, entre ellos El Nuevo Diario, fundado hace cuatro décadas por Xavier Chamorro y periodistas de La Prensa, con lo cual son varias las publicaciones que desaparecen en Nicaragua, que más y más está hundiéndose en una desenfrenada y asesina opresión y tinieblas.

La Democracia muere en la oscuridad, advierte el eslogan del Washington Post.

La dictadura se cuida de cerrar impulsivamente un diario como lo hizo en 1986 con La Prensa ganándose el repudio mundial y ahora obra de manera más sutil, matando a pausas a los medios.

Esta tragedia tiene lugar, como sucede también en Cuba y Venezuela, sin que la comunidad interamericana emprenda efectivas sanciones, fuera de presión diplomática, cortes de asistencia, encausamiento in absentia de funcionarios de tales regímenes, lo que no intimida a los opresores.

O como exclama don Luis Mejía en la obra Don Juan Tenorio, de Zorrilla, cuando lo amenazan de ir al infierno por sus graves pecados, “que largo me lo fiais”, actitud que asumió Don Giovanni en la ópera de Mozart hasta que el comendador, a cuya hija intento violar, aparece en su fiesta como convidado de piedra y lo arrastra al infierno.

Por ahora ni los Castro ni los Maduro ni Diosdado ni el general Padrino, todos miembros de la misma red, se asustan con las amenazas infernales, como tampoco parece afligirse Juan Orlando Hernández, de Honduras…

Pero a cada camarón le llega su hora, pese a los meneos de una “reconciliación” como la que pretenden los sicópatas en este suelo.

Existen regímenes autoritarios que conviven con medios independientes aunque los persigan con diversos artilugios, como asimismo en las democracias se dan persecuciones por lo que alguien haya dicho aun cuando muy joven, particularmente referencias derogatorias sobre la raza o preferencias de otra clase.

Se dio el caso de un amigo personal de Ronald Reagan, un distinguido periodista alemán que desde hacia muchos años vivía en Estados Unidos, que fue nombrado Secretario de Comunicaciones por el Presidente, pero que tuvo que dimitir porque cuando muy jovencito fue reclutado en el ejército nazi, lo que en los estertores del régimen era lo usual: hasta niños de doce años corrían esa suerte.

Ni los carceleros ganan al cerrar puertas y ventanas en una sociedad

Al perseguir la libertad de expresión valiéndose de diversos mecanismos, todos en una sociedad pierden, pues esa libertad tutela el resto de derechos y libertades. Y los opresores tambien quedan a oscuras sobre el sentir de la gente, lo que son sus actitudes, preferencias, temores, anhelos.

Nadie, ni los carceleros, ganan al cerrar puertas y ventanas en una sociedad.

La censura conduce al miedo y el miedo alienta los peores instintos, como se evidencia en lo que sucede en Corea del Norte, un país que ha descendido a la peor clase de barbarie, donde cualquier persona puede ser condenada a trabajos forzados por no llorar “a moco tendido” en cada aniversario de la partida a los infiernos del previo monstruo de la dinastía.

Lo advirtió Lord Acton: el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente.

Piénsese en los extremos de corrupción a los que se llegó con los socialistas del Siglo XXI en este suelo, que entre otras cosas han vuelto casi imposible que los salvadoreños que trabajan obtengan pensiones de alguna cuantía, marchen o no marchen para lograr ese beneficio.