La intención del régimen es establecer una dictadura donde todo quede a su merced y control

La Vicepresidenta Kamala Harris y el Secretario de Estado de EE.UU. expresaron la preocupación de la administración Biden.

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Raúl Melara, quien fue destituido del cargo de Fiscal General por la nueva Asamblea. Foto EDH / Archivo

Por El Diario de Hoy

2021-05-02 10:14:47

La pretendida destitución de los magistrados de la Sala de lo Constitucional, de consumarse, es un golpe de muerte a la Democracia, al Orden de Derecho que hasta estos momentos prevaleció en el país.
De no revertirse el atropello, los pobladores quedarán sin protección frente a los caprichos y desmanes del poder, a menos que de alguna forma se ponga un freno a lo sucedido el sábado.
Washington ha destacado que la corrupción y actos arbitrarios son la gran amenaza a la estabilidad regional y la seguridad hemisférica, pues el desarrollo económica se frena o revierte, forzando a migraciones innecesarias.
Ese fue el mensaje que trajo al país el enviado especial del presidente Biden, Ricardo Zúñiga, que no fue recibido por Bukele pero que se entrevistó con representantes del sector productivo, con personeros de ANEP y otros grupos.
Un precepto esencial que quedaría literalmente en el limbo es que toda persona tiene derecho a ser juzgada siguiendo normativas esenciales -- lo que en la legislación sajona se denomina “due process of law”-- pero que de consumarse el atropello a las leyes, como fue acordado por los diputados, se anula. Como en toda dictadura los excesos, agresiones, confiscación de bienes como en Cuba y Venezuela, son una amenaza permanente sobre todos.
Medidas arbitrarias han costado la vida a muchas personas, como el caso de un joven que tenían capturado a quien un policía le hizo un disparo al rostro, agresión que lo tiene al borde de la muerte.
Las soldadescas al servicio de un dictador se sienten impunes, por encima de las leyes, lo que se suma a las depredaciones de las bandas criminales... el caos que está generándose puede precipitar a nuestro El Salvador en una situación como la que se vive actualmente en Haití bajo la férrea dictadura de un desequilibrado mental.
Está claro que Bukele y su bancada diputadil creen que nadie los mira y que si los miran no les importa. Pero todos los organismos  internacionales que se ocupan de asuntos hemisféricos están siguiendo con creciente alarma los sucesos en El Salvador y muy concretamente lo del sábado.
El primero en expresarse fue Juan González, encargado de asuntos hispanoamericanos del Presidente Biden, quien advirtió a Bukele que “así no se hace”; no puede romperse en una sesión legislativa el orden democrático, el imperio de la ley, pues tal cosa acarrea sus muy altos costos, como lo viene advirtiendo la diputada al Congreso de Estados Unidos, Norma Torres.
El Secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, llamó a Bukele para expresarle la preocupación de la administración Biden. Mientras que la Vicepresidenta Kamala Harris advirtió que la independencia judicial es vital para la Democracia.
Al respecto la Secretaría General de la OEA emitió un comunicado sobre la situación en El Salvador que dice: “En las democracias las mayorías tienen la responsabilidad de ser garantes... del respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales... del régimen plural de partidos y orgnizaciones políticas... de la separación e independencia de los poderes públicos. Cuando las mayorías eliminan el sistema de pesos y contrapesos alteran la esencia del Estado de Derecho...”.
Nadie está a salvo de sufrir toda suerte de atropellos en una dictadura
Los sucesos del sábado, la destitución del Fiscal sin seguir el debido proceso pese a su amoralidad y la pretendida destitución de la Sala de lo Constitucional, señalan la intención del régimen actual de pisotear las leyes, de sumir al país en una dictadura sin freno, de saquear permanentemente a nuestro El Salvador pese a los graves daños que ya sufre la República