Ir tras los ahorros de los trabajadores salvadoreños y amenazar con el uso de gases lacrimógenos para reprimir manifestaciones en su contra fueron las dos graves amenazas del régimen en su alocución del 15 de septiembre, a lo que se suma lo del aeropuerto en el Oriente del país y la acusación a gobiernos y entidades foráneos de “financiar” la multitudinaria marcha.
Con el control de la OIE, de sus agentes dispersos en todo el país, de sus hackers, de la policía, el régimen no pudo anticipar la enorme marcha en su contra, pues habría sido necesario darle seguimiento a lo que centenares de miles de personas estaban pensando al celebrarse el 200o. aniversario de la Independencia de Centro-América.
Como ya señalamos, el héroe de la jornada, quien motivó a la masiva protesta fue el Bitcoin, pues quitó de golpe la venda que cubría los ojos de tantos salvadoreños, puso al desnudo el cruel engaño del que han venido siendo víctimas.
Las consignas, lo que pregonaban las decenas de miles de participantes en la marcha, no pueden ser más claras y honestas, todas encajando con lo esencial de una democracia: separación de poderes, respeto al Orden de Derecho, acatar las cláusulas pétreas que garantizan la alternabilidad en el poder, que constituyen una infranqueable barrera a todo intento de montar una dictadura.
La marcha exigió respeto a la democracia, a lo racional, a lo que son los fundamentos de la vida civilizada, lo que encaja con el esplendoroso legado de quienes, a lo largo de milenios, forjaron la civilización occidental, una amalgama de la filosofía griega, de la jurisprudencia romana y la enseñanza de los cristianos.
Es un gravísimo error amenazar con violencia, con echar militares sobre manifestantes pacíficos, de querer silenciar lo justo y racional a garrotazos.
Siempre se sabe cómo inician las cosas, pero no cómo van a desarrollarse y terminar...
El discurso del mandatario para este 15 de septiembre no tuvo ningún reconocimiento a la gesta de nuestros Próceres ni menos a los ideales que les llevaron a correr muchos riesgos y sufrimiento, incluidas ejecuciones, para proclamar la Independencia de Centro-América.
¿Cómo van a pagarse los grandes proyectos anunciados durante el discurso?
El discurso estuvo lleno de descalificaciones a previos gobiernos, a lo de otros, además de amenazar, volver a la “venta de ilusiones”, promesas que son simplemente inalcanzables, proyectos para los cuales no hay recursos fuera de lo de siempre: echar mano de préstamos, préstamos imparables, de los cuales no se da cuenta pues el régimen ha cerrado todas las válvulas de información, anulando el derecho de la gente de saber en qué se gasta su dinero, dinero producto de su esfuerzo y sacrificio.
¿Cómo se pagarán las grandiosidades que se anunciaron, desde el gran hospital en Jucuapa, el acueducto Morazán, el aeropuerto de Oriente que ninguna línea aérea va a utilizar como “hub”, centro de operaciones, transbordos, partidas y llegadas, fuera de ser utilizado por avionetas procedentes de países como Venezuela a destinos en México.
La gente se quedó cuestionando la erogación de un millón de dólares para llevar a cabo y transmitir un evento pregrabado, pues la caída del sol durante el acto que en su cierre no recibió más que pocos aplausos, no coincidía con una transmisión nocturna. En tal sentido la mayor parte de los “memes” divulgados en las redes cuestionaron lo que se hizo y lo que se declaró.