Norma Torres, congresista demócrata de California, dijo que la corrupción es generalizada en la región centroamericana, anticipando que habrá nuevas revelaciones con el paso de los días.
El lunes se reveló la primera lista de Estados Unidos de señalados por corrupción en El Salvador, lista que encabeza la jefa de gabinete de Bukele, Carolina Recinos, y que incluye al exministro Rogelio Rivas y al diputado oficialista Guillermo Gallegos, así como a los dirigentes efemelenistas José Luis Merino y Sigfrido Reyes, lo que motivó a nuestro columnista Darío Cardona a preguntar “a los pajaritos” si seguirían aplaudiendo de la misma forma como lo hicieron con el golpe contra la Sala de lo Constitucional y la Fiscalía.
Cada día genera emociones, tanto en el conglomerado como en los que se saben con las manos emporcadas, pues ser catalogado como corrupto y más por el Gobierno de Estados Unidos equivale a estar con una indeleble señal en la frente, como durante la monarquía en Francia marcaban una flor de lis a los delincuentes, el secreto de Milady, el infame personaje de Los Tres Mosqueteros de Alejandro Dumas, una de las novelas de aventuras más leídas del mundo.
Ser catalogado como “corrupto” por Estados Unidos acompaña a los señalados a lo largo de su vida, sin saber exactamente cuándo estarán expuestos a ser interrogados al llegar a otro país y dándose por descontado que viajes al Norte ya no serán posibles. Literalmente los corruptos en nuestro suelo han labrado sus propias ergástulas y forjado sus cadenas, los calabozos donde pasarán el resto de sus vidas.
Muchos padres disciplinan a sus niños no permitiéndoles salir una tarde a jugar con sus amigos, lo que para ellos equivale a eternidades...
En un inicio, es de anticipar, estar en compañía de otros igualmente señalados les ayudará a superar el trauma pues inclusive pueden pensar que siempre pueden viajar a países amigables en Asia, pero queda la interrogante: ¿dónde pueden tomar vuelos sin antes pasar por Estados Unidos o Europa?
¿Qué riesgo corre alguien calificado como corrupto por Estados Unidos de ser detenido en un aeropuerto, interrogado, encerrado por días o semanas y luego devuelto a su lugar de procedencia?
¿Qué dirán los calificados como corruptos a sus familiares si comentan de ellos en muchos lugares, si son “la compañía con quien no debes reunirte, con quien no deben verte”...?
Por más que se intente, nadie escapa de su propia sombra
Funes, en quien, como ahora, muchos miraron esperanza de “cambio” y terminó acusado del saqueo de 351 millones de dólares de los salvadoreños, del dinero de la gente —pues lo que roban los corruptos es precisamente el dinero de la gente de un país empobrecido por causa de sus desgobiernos—, se refugió en Nicaragua, pero su suegro, que evidentemente no soporto el calor y la deprimente situación por la que pasa el país con Ortega, se trasladó a Costa Rica para terminar siendo extraditado a El Salvador.
Ni en el corto ni en el largo plazo logra una persona escapar de infamias cometidas en algún momento de su vida; nadie logra escapar de su sombra, a menos que el arrepentimiento sea legítimo como en las vidas de muchos santos, pero eso no alcanza a los corruptos, que se enriquecen dañando a los seres más indefensos de una sociedad.
Se dice desde siempre que el mal camino, el que lleva a la perdición de las almas, es siempre fácil en un inicio, pero que va complicándose a medida que alguien coge esa ruta, que va enlodándose más y más con cada paso y aunque se crea que manipulando jueces y fiscales, además de amenazar e insultar, escaparán del castigo...