Doscientos médicos y trabajadores de la salud, los héroes de la lucha contra pandemia que tantos daños y tragedias ha causado, murieron dejando en el desamparo a sus familias, ya que el régimen se negó a pagar las pólizas de seguro que las habrían protegido, según denunciaron sus parientes.
Es de recordar las insistentes gestiones que hicieron los doctores Luis Rodríguez, Ricardo Lara, Milton Briezuela y otros distinguidos miembros del Colegio Médico para que la Asamblea Legislativa aprobara estos seguros y, cuando lo lograron, el régimen hizo de todo, desde vetarlo hasta presentar demandas en la Corte, para evitar pagarles. Mientras tanto, más médicos y auxiliares caían víctimas de la pandemia.
Ahora los mismos familiares de los héroes caídos ha denunciado que no les pagan, pese a que se montó un show para decir que lo harían.
Se han hecho préstamos multimillonarios y ha habido dinero para la propaganda del régimen, pero le mezquinan los seguros a los médicos y sus familias; ha habido fondos para importar toneladas de alimentos de Sinaloa, pero no ha habido para comprarles a los productores locales; cada martes, el país está topando los créditos y las tarjetas, pero sí hay dinero para invertir en el incierto Bitcoin.
El régimen, por las señales que hay, ha adoptado la postura de no cubrir esenciales obligaciones. Sindicatos de la Asamblea Legislativa y de alcaldías han denunciado que decenas de empleados fueron despedidos sin darles un centavo de lo que les correspondía, los fondos mínimos para sostenerse mientras logran ajustar sus vidas, lo que en estos momentos es sumamente difícil, con el agravante de que al elevar el salario mínimo las empresas y negocios tienen que reducir personal.
Se ha llegado al contrasentido de plantear un subsidio a los que no pueden pagar dicho salario mínimo pero la pregunta siempre queda: ¿de dónde saldrá el dinero pues lo que hay en el botín no se suelta?
Lo del salario mínimo es otra de las cortinas de humo con que el régimen distrae la atención de los nul pensantes, haciéndoles creer que gracias a un gesto de magia les lloverá maná del cielo, que sus vidas pueden arreglarse sin mover un dedo...
De préstamo en préstamo va el país a un grave deterioro en su economía
La esencial tarea de todo gobierno en un país es administrar los recursos de manera eficiente, asignando a cada sector lo que requiere para cumplir con sus obligaciones de acuerdo con lo que establece la Constitución y es necesario para lograrlo.
Los servicios públicos, como lo atañero a la salud, el mantenimiento de la infraestructura, la seguridad interna, las comunicaciones, exigen atención permanente y prioridad en la asignación del gasto.
Ese cuidado no se ha visto durante los más de dos años que lleva el régimen en el poder, lo que apunta a un grave deterioro económico que tomará muchos años superar.
Los despilfarros, como las bolas de nieve que caen de una montaña, van creciendo mes a mes, hasta que aplastan a las comunidades abajo de la montaña, que son todos los pobladores de esta tierra.
Barclays ha dicho que para lograr liquidez frente al pago de ochocientos millones de dólares que debe saldarse en los próximos par de meses, el régimen puede caer encima de las pensiones, dejando sin cobertura a centenares de miles de salvadoreños que han venido ahorrado para su futuro.
Se ha denunciado continuamente que en el tiempo de Saca y los efemelenistas se llegó a saquear la mitad de los ahorros de pensiones, pagando risibles tasas de interés al forzar a las AFP a comprar papeles del gobierno. Si ahora roban lo que resta de las pensiones para pagar esos ochocientos millones de dólares, ¿cómo harán al siguiente año cuando no haya más fondos de pensiones para cubrir el pago de las obligaciones?
¿O es que el país va directo a caer en impago con toda la secuela de males que tal cosa acarrea?