Los pueblos deben desterrar la plaga de la mentira y la demagogia

Con el tiempo las cosas se irán complicando hasta que la gente comience a rebelarse contra el “Gran Hermano” que todo vigila, el Estado Totalitario que maneja a los humanos como peones en un tablero.

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Por El Diario de Hoy

2019-08-08 8:40:13

Demagogo era el esclavo que llevaba a los niños a la escuela en la antigua Grecia. Este nombre se aplica desde hace al menos un par de siglos a los políticos que arrastran tras de sí rebaños de pobres gentes que votan a su favor, seducidas por falsas promesas, por peluches, por bolsas con semillas…

El arte de engañar a incautos se viene refinando desde el siglo XIX, lo que entre otros sucesos condujo a las revueltas en Francia, al marxismo y la llegada al poder de Napoleón III, que fue destronado como consecuencia de la derrota gala en la guerra franco-prusiana de 1871.

Ningún pueblo se libra de esa plaga social, como lo demuestran los sucesos de los últimos decenios, desde la caída de Rusia en manos de los bolcheviques y de Stalin, la República española en poder de enloquecidos marxistas, la llegada de Hitler al poder echando mano de una general xenofobia, la primera etapa del franquismo…

Cada uno de esos manipuladores se las arregla para arruinar países, entronizarse en unión de sus secuaces, seguir “dándoles atol con el dedo a las masas” hasta llegar al descrédito total como el castrismo en la Cuba de hoy.
Pero con el internet, las redes sociales, la manipulación mental apoyada con la información recogida en los mensajes de los usuarios de esos sitios, la situación es escalofriante, como se demuestra al examinar la clase de personajes que compiten por candidaturas en todas partes del globo.

El objetivo es desinformar, confundir, desviar la atención, asustar con petates de mil muertos ficticios. Y uno de los artificios es poner en duda las informaciones que medios y fuentes profesionales y objetivas difunden, como cuando Sánchez Cerén decía que la escalada de violencia e inseguridad “era invento” de los medios.

Hace muy poco se reveló la manera como una entidad al servicio de políticos procesaba gigantescas cantidades de información para manipularlas a favor de sus clientes, la Cambridge Analytica. La compañía fue forzada a cerrar, pero no ha finalizado la investigación sobre dónde metió mano para endiosar o hundir sectores y movimientos.

En un reciente programa televisivo de Estados Unidos se habló sobre la manera como el billonario Soros habría intervenido en Albania para destruir la independencia de magistrados y jueces, sometiéndolos al poder político, como es el caso en los reinos árabes, en China, en Rusia y desde luego en Cuba y lo intentan permanentemente los efemelenistas en El Salvador.

De allí la clásica frase “no temas a la ley, sino al juez”, más cuando un número grande de jueces y abogados fueron indoctrinados en las aulas universitarias.

Un día ya no habrá más espacio para espías y comisarios políticos

En Cuba y desde la usurpación del poder por Castro, no hay lugar para jueces, magistrados, tinterillos, secretarios de juzgado, escribientes… todo lo definen comisarios políticos.

Con el tiempo las cosas se irán complicando hasta que la gente comience a rebelarse contra el “Gran Hermano” que todo vigila, el Estado Totalitario que maneja a los humanos como peones en un tablero.

Proteger nuestros sentimientos, nuestro intelecto, nuestra alma del embate permanente de falsos mesías, de doctrinas embrutecedoras, de la violencia que incitan, de odios que se pretende inculcarnos, es una meta por la cual debe luchar todo ser humano libre, comenzando por cuidar a los niños.