“Ya viene el negro zumbón, bailando alegre el baião…”

Un futbolista uruguayo, Edinson Cavani, que milita en el Manchester United, le dijo en Instagram a un amigo “gracias, negrito”, lo que de inmediato provocó una oleada de indignación, muchos “rompieron sus vestimentas” terminando por castigar al futbolista con tres partidos de suspensión y una multa de 135,000 dólares, sin pensar que se trata de un sobrenombre que no necesariamente es peyorativo ni en Uruguay ni en Iberoamérica

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El jefe de fracción de ARENA, Carlos Reyes (al centro) conversa con la diputada de ese partido Marcela Villatoro y René Portillo Cuadra, también de ARENA. Foto de referencia EDH / Jorge Reyes

Por El Diario de Hoy

2021-01-07 8:01:33

En una de las más célebres cintas clásicas del cine italiano, “Ana”, la bella Silvana Mangano canta y baila una copla que se convirtió en un clásico de la época: “…Ya viene el negro zumbón… bailando alegre el baião… ¿chica, dónde vas?… me voy a bailar…. el baião…”. Así, en español, en la película.
Nadie en ese entonces sufrió desmayos, se indignó, participó en marchas de protesta, quemó edificios o saqueó negocios por la escena en la que un músico negro con ritmo y salero va a la cabeza de la orquesta.
Una cosa son los afroamericanos en Estados Unidos e Inglaterra, y otra, la costumbre latina y brasileña, donde referirse al negro coqueto del barrio o “as belas mulatas do Brasil” no causa desmayos ni furias colectivas.
En Cuba cantan “…ay mama Inés, ay mama Inés… ¡todos los negros tomamos café!”.
Los indios en América del Norte se pintarrajeaban de rojo y se referían a los blancos, que lanzaban bandas armadas para exterminarlos, como los “caras pálidas”… el personaje siniestro en el clásico de Mark Twain, Huckleberry Finn, es un indio “piel roja”…
Los colonizadores blancos que llegaron a Argentina montaron razzias para “limpiar” el territorio de los que apodaban “mapuches”, parte de la nación araucana que los españoles no lograron vencer en las tierras chilenas.
Los europeos, los grandes exploradores del siglo XIX, desde los hermanos Humboldt a Livingstone, clasificaron a los orientales como de “raza amarilla” sin causar indignación ni menos darse a la tarea de meterle mecha a los negocios de occidentales, a los bancos y financieras inglesas en Shanghai.
Un futbolista uruguayo, Edinson Cavani, que milita en el Manchester United, le dijo en Instagram a un amigo “gracias, negrito”, lo que de inmediato provocó una oleada de indignación, muchos “rompieron sus vestimentas” terminando por castigar al futbolista con tres partidos de suspensión y una multa de 135,000 dólares, sin pensar que se trata de un sobrenombre que no necesariamente es peyorativo ni en Uruguay ni en Iberoamérica ni obviamente en la Italia de hace unos años, de los años de oro de su cinematografía, los años de De Sica, Fellini, Visconti, de actores como Mastroianni, Julieta Massini, la Magnani, de joyas cinematográficas como La Dolce Vita y El Oro de Nápoles, solo puede verse como insulto por quienes no razonan sus posturas, no reflexionan sobre las inescapables realidades de la condición humana.
Que eso suceda en Inglaterra, económicamente aporreada por lo que ya comienzan a denominar el “Brex-shit”, está alentando un movimiento separatista de los escoceses.
Bien dicen que una locura puede contagiar a cientos de miles…

Los navajos están repoblando sus tierras ancestrales como los judíos en Palestina

Cada grupo humano tiende a unirse entre sí, a formar sus comunidades, a ver con recelo la intromisión de otros. En muchas ciudades hay bares donde solo admiten a irlandeses, no les gusta que lleguen “blancos”, rechazan a los no turcos…
En Estados Unidos, la nación Navajo está reconquistando sus tierras ancestrales, un movimiento que involucra a las distintas naciones nativas. Navajos, Comanches, Siux y Apaches vuelven a repoblar Wyoming, Utah, ciertas partes de Colorado, de la misma forma como los judíos reclamaron sus tierras ancestrales en la vieja Palestina, donde habían llegado de la diáspora que tuvo lugar desde Ur de los Caldeos, la tierra de Abraham…