Las pensiones nunca están a salvo con gobiernos de ladrones

Los trabajadores salvadoreños, condenados por los llamados "socialistas del Siglo XXI" a una vejez miserable, deben defender lo que ya tienen pues cualquier propuesta distinta solo busca meter mano en sus ahorros.

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En esta imagen tomada el 20 de agosto de 2014 se observa al personal de la Marina de los Estados Unidos en Hong Kong. China anunció el 2 de diciembre de 2019 que prohíbe a los baros y aviones militares hacer escalas en esa ciudad. Foto/ AFP

Por El Diario de Hoy

2019-12-02 6:00:19

El sistema de administración de pensiones como fue establecido en nuestro país hace más de 20 años, cuando la doctora Francia Brevé fue nombrada como titular del sistema previo y pudo darse cuenta de que éste iba a la bancarrota en la forma como estaba estructurado y buscó la mejor alternativa para reemplazarlo, no tiene alternativa mejor al de las Administradoras de Pensiones (AFP).

Ningún sistema está a salvo si un grupo como los efemelenistas se toma un gobierno: no cesaron en sus meneos hasta disponer de la mayor parte de los dineros de los trabajadores, más de seis mil millones de dólares, además de los intereses.

Como era de esperarse, un grupo de sus sindicalistas afines monta griteríos para acusar a las AFP del atraco, lo usual entre ellos: se hacen siempre las víctimas y buscan a quienes culpar del saqueo, valiéndose de que siempre habrá descerebrados que les crean.

Era de esperarse que oficiosa o maliciosamente brotaran de la nada esquemas para “reformar el sistema”, cada plan dejando una puertecita para entrar a la caja fuerte y llenarse los bolsillos “en bien de la clase trabajadora”.

Pero mejor pensado y más eficiente que el esquema actual no se encontrará ninguno: los trabajadores y sus empleadores aportan el dinero —los descuentos que se hacen al salario devengado—, los que se colocan en cuentas individuales administradas para obtener la mejor rentabilidad. Y en cada momento los trabajadores pueden saber a cuánto asciende su cuenta, si puede hacer un retiro y lo que, en teoría, va a obtener el momento en que se retire.

Es igual como las cuentas de depósito de los bancos, cuentas individuales a nombre del depositante y cuyos beneficiarios en caso de muerte se nombran explícitamente. La única diferencia es que el ahorrante en las AFP no puede retirar sus ahorros al capricho, sino que tiene que ceñirse a lo que la ley determina.

El sistema ha sido muy exitoso en Chile y en los países donde se ha implantado, pues como toda compañía de seguros puede invertir en proyectos a largo plazo, como construcciones, carreteras o renovación de puertos. Pero en El Salvador y preparando el saqueo, las “inversiones”, si así se les puede llamar, se limitaron a “papeles del Estado”, dejando a tal clepto- Estado la facultad de fijar los rendimientos que siempre fueron muy por debajo de las tasas del mercado.

Salir con “nuevas fórmulas” es el equivalente a querer modificar genéticamente a las gallinas para que pongan huevos cuya forma y contenido sea más eficiente que los de hoy, pero tales propuestas únicamente servirían a los zorros que quieren meterse a escondidas en los gallineros.

Marx nos libró de las cadenas, las de oro, y también de los relojes

Los trabajadores salvadoreños, condenados por los llamados “socialistas del Siglo XXI” a una vejez miserable, deben defender lo que ya tienen pues cualquier propuesta distinta solo busca meter mano en sus ahorros.

En este mundo, como maldición bíblica, abundan los pícaros que se las pasan tramando cómo caer encima de lo ajeno, desde robarles el celular (llegando hasta a matar a sus víctimas), falsificar escrituras o, en el caso de los “socialistas del Siglo XXI”, embolsarse sus ahorros.

¡Trabajadores del mundo! ¡Uníos, pues solo tenéis vuestras cadenas que perder!, pregonó Marx antes de quitar a la gente sus cadenas de oro, sus relojes…