Las calamidades que han caído sobre esta tierra han forzado a cerrar, recortar personal, reducir actividades

El grave problema causado por la pandemia, a lo que se suman las imposiciones sin sentido del régimen, que va de ocurrencia en ocurrencia, de improvisación en improvisación, sin hacer caso a realidades médicas ni buenas prácticas administrativas, han dejado más de 60,000 personas sin empleo

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Vista parcial de la planta potabilizadora de agua Las Pavas, en la que la empresa Rivas Franco supervisa el proyecto de rehabilitación. FOTO EDH / ARCHIVO

Por El Diario de Hoy

2020-08-03 6:00:08

Las calamidades que pesan sobre nuestro país y el mundo han forzado a muchos negocios y empresas a cerrar o reducir su personal, una situación en extremo dolorosa como la que enfrentan restaurantes, colegios, maquilas, transportistas y medios de información.

Cada empresa y negocio, indistintamente de su tamaño, se asemeja a familias: en una mayoría sus miembros se quieren y apoyan entre sí, en otras las relaciones son menos estrechas. Pero al verse forzados a separarse, a cerrar, a recortar personal, todos sufren, descubriendo en ese momento lo mucho que estimaban o se querían unos a otros.

El grave problema causado por la pandemia, a lo que se suman las imposiciones sin sentido del régimen, que va de ocurrencia en ocurrencia, de improvisación en improvisación, sin hacer caso a realidades médicas ni buenas prácticas administrativas, han dejado más de 60,000 personas sin empleo, cuyas familias enfrentan un incierto y difícil futuro.

Nada es comparable y lo que todos los salvadoreños debemos siempre tener presente es el terrible dolor que pasa el personal de salud de hospitales y clínicas cuando despiden a colegas que la muerte les arrebata, donde cada caso reviste sus propias sombras y tragedias, como el de dos jóvenes estudiantes que con su sacrificio supremo demostraron la fuerza de su vocación por la medicina.

El régimen despilfarra y hace desaparecer “montones y montones” de dinero, pero casi a regañadientes dispensa cada centavito cuando se trata de proteger al personal de salud…

Prácticamente todas las personas que tienen que retirarse de lo que fue su empleo toman con entereza el hecho, sabiendo que es imposible revertir la terrible realidad que cae sobre nuestro país y el mundo. Lo hacen con la resignación que hubo en Egipto con las plagas, en las pestes en el Imperio Romano en la época de Justiniano, la bubónica —la más infernal de todas—, la “gripe española” (que realmente fue francesa) de principios del siglo pasado, el Sars…

Cada uno que se ha retirado deja un lugar en los corazones de sus compañeros y jefes

A nuestras manos llegó esta tan emocionada carta de María José Quetglas, una muy capaz ejecutiva en publicidad, que tuvo que retirarse al suprimirse el departamento donde laboraba.

Dice María José:
“Gracias EDH por tanto!!! Fueron 18 años de experiencias, de aprendizaje, de trabajo en equipo, de trabajar con pasión, de compartir con gente maravillosa, mi otra familia, mi segundo hogar. 18 años de corre corre para lograr las metas, de dar la milla extra, de trabajar en Telegestión (clasificados-kioscos) CON EL MEJOR EQUIPO con quienes siempre celebramos llegar a las metas, cumpleaños, Día del Vendedor, los brindis de Navidad, fin de año, etc etc. Son tantos recuerdos que no terminaría de contar!!!

“Ahora Dios tiene otros planes para mí, una nueva etapa que inicio con mucho optimismo y agarrada de la mano de Dios y de Mamita María. Pidiéndole mucho a Dios que nos cuide y nos dé salud para seguir adelante. Agradezco a todas las personas con las que trabajé, les tengo un gran cariño, las llevo en mi corazón y sé que nuestra amistad continúa…”.

Así como María José, también Mirella, Elizabeth, Óscar, Jaime, Roberto, Guadalupe, de la Redacción, como sus compañeros de otras áreas, tendrán siempre un lugar en nuestros corazones, al igual que todos los que nos han acompañado en informar, en pensar, en defender nuestra democracia y libertades.