Ni regañitos ni regañototes disuaden a megalómanos que se creen dioses

Ni regañitos ni regañototes disuaden a dictadores en ninguna parte del mundo, como se viene contemplando desde hace muchísimos años, siendo el caso venezolano muy ilustrativo a este respecto: que exhiban a Maduro en la picota pública, supriman las visas de sus secuaces, revelen la enorme fortuna de las impresentables hijas de Chávez y de su madre... todo les resbala, en gran parte porque no tienen dónde escapar el día que una rebelión general que no puedan sofocar a balazos los tumbe, los tire a los basureros de la historia.
Algo así se dio cuando los tripulantes del acorazado Potemkin se rebelaron por el trato cruel que recibían de parte de los oficiales zaristas en uno de los incidentes que fueron el chispazo de la toma del poder por los bolcheviques en 1917: a los marinos les daban carne en mal estado; cuando la tropa zarista intentó reprimirlos terminó uniéndose a los revoltosos, lo que llevó al poder a Lenin para que este a su vez fuera eliminado por Stalin, que se convirtió en el nuevo zar, emperador de todas las Rusias, lo que lleva hasta Putin hoy en día...
Se dice que el enviado especial del presidente Biden al Triángulo Norte habría explicado a Bukele y sus funcionarios las sanciones que serían aplicadas al país si no da marcha atrás en las violaciones a la Constitución. Estas podrían ser suprimir el TPS, devolver al país a personas y familias amparadas en el TPS, revisar las cláusulas que permiten a El Salvador exportar bienes y productos al Norte, cortar el envío de remesas familiares...
Se pudo haber dicho, según unos escépticos, que eso equivale a programar que a partir de junio, cada semana los residentes salvadoreños, estado por estado serán deportados: primero los de Texas, luego los de Nueva Jersey, luego los de Illinois... Pero todo esto “le resbala” al cleptodesgobernante, que pretende “borrar el pasado y mirar adelante, hacia el futuro” lo que desde luego pasa por hacer una reforma de la Constitución a su medida.
La masa de impresionables no logra relacionar las sanciones con su situación personal, en gran medida porque se ha perdido parte del vínculo noticia-realidad, como ocurre en Estados Unidos con el Partido Republicano, víctima de las mentiras de Trump sobre el “fraude electoral”; son colectivos presas de una especie de mesianismo muy similar a lo que provocó las grandes tragedias europeas de la década de los Años Treinta.
Al destituir violando la Constitución a magistrados, al Fiscal, al personal de numerosas instituciones y nombrar en su lugar a los miembros de su círculo íntimo, muchos de los cuales estrenan modos de vida muy, muy, muy... muy por encima de sus capacidades, se ha creado una especie de dique protector del mesiánico que ni regañitos ni regañototes van a superar.
Los incautos machacaron su propio futuro y el de sus hijos, nietos, bisnietos...
Una frase atribuida a Lincoln advierte que “se puede engañar a parte de la gente todo el tiempo, a toda la gente parte del tiempo pero no a toda la gente todo el tiempo”: cuando despierte la mayoría a la realidad, la realidad de un país convertido en un estercolero, salir de ello tomará muchas generaciones de sacrificios y amarguras.
El atolondramiento de los incautos del momento está robando su futuro, el futuro de sus hijos, de los hijos de sus hijos, de innumerables pobladores, comunidades, pueblos, oficios, profesiones... basta contemplar el daño causado a la agricultura nacional con las compras amañadas..