Honduras y su flamante presidenta, la populista Xiomara Castro

El gane de Castro fue, de acuerdo con observadores de la política hondureña, más una reacción contra la dictadura de Juan Orlando Hernández que a favor del zelayismo, títere del chavismo destructor.

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En noviembre de 2021, el presidente Nayib Bukele anunció la emisión de $1,000 millones en bonos respaldados con Bitcoin. Foto: Archivo

Por El Diario de Hoy

2021-11-30 8:58:24

El virtual triunfo de Xiomara Castro en Honduras arroja señales de esperanza de acabar con la dictadura de Juan Hernández, a la que se atribuyen vínculos con el narcotráfico, pero también el peligro de que el vecino país vuelva a caer en otra dictadura, ahora en la órbita del narcochavismo.

El dictador venezolano Nicolás Maduro fue uno de los primeros en felicitar a la nueva presidenta, esposa del “hombre del sombrero” Manuel Zelaya, derrocado en 2009. Y ya se denunció que para una previa elección hondureña, Maduro envió a Zelaya cientos de urnas de votación con las papeletas ya marcadas a su favor.

Castro cerró su discurso de reivindicación del triunfo con el tradicional lema de la ultraizquierda latinoamericana:“Hasta la victoria siempre”, como Evo en Bolivia clausuró su marcha del lunes diciendo “Patria o muerte”, la muletilla del mismo Hugo Chávez hasta su deceso en 2012.

El gane de Castro fue, de acuerdo con observadores de la política hondureña, más una reacción contra la dictadura de Hernández que a favor del zelayismo, títere del chavismo destructor.

La presidenta electa tiene por ahora la oportunidad de cambiar el rumbo de Honduras, descartar el populismo y repetir la experiencia del ecuatoriano Lenín Moreno o de su colega peruano Pedro Castillo, que se sacudieron las presiones y ataduras de los partidos de izquierda chavista que los llevaron al poder y pugnaban por conducir a sus países por rumbos totalitarios a la cubana (léase, destruirlos económicamente y hacer que literalmente que quedaran comiendo basura).

El viejo guion totalitario del Foro de Sao Paulo une a los viejos partidos comunistas y a sus gobiernos títeres. Pero también el imperio de la droga, de cárteles como el de los Zetas, el de Sinaloa que ha tendido sus tentáculos por la región centroamericana, sigue vigente, continúa siendo una siniestra amenaza para todos.

Por ahora lo más que se puede esperar son fuertes, fuertísimas sanciones diplomáticas de parte de Estados Unidos, lo que deja muy tranquilos a los políticos de esos países como a los que medran en el nuestro.

Y así los carteles de la droga, pasito a pasito, van empoderándose en Iberoamérica.

Las perspectivas en tal sentido son escalofriantes, pues tales grupos actúan al margen de toda conmiseración, todo freno moral, toda consideración racional. Hacen lo que les conviene siguiendo sus diabólicos instintos.

Los peligros acechan a todos, por lo que las familias deben protegerse

Para mejor comprender lo que esto significa para nuestras sociedades, vamos a referirnos a una cinta muy querida por todos los públicos, la de “Mi pobre angelito (Home alone)”, protagonizada por un niño de diez años, Macaulay Culkin, “Kevin”, que se defiende y termina por vencer a un par de ladrones que pretendieron robar los bienes de esa residencia. El niño cautiva por su mirada inteligente, su astucia, su serenidad frente a los peligros que le amenazaban...

Pocos años más tarde, el joven actor cayó presa de la droga, lo que deformó su mirada, sus actitudes, hasta su rostro. Fueron unos cuantos años de infierno hasta que entró en rehabilitación y encontró una joven actriz que lo acompaña en el esfuerzo, estableciendo un buen y positivo hogar. Dios mediante ese sea el happy ending deseado por todos...

El gobierno estadounidense y después de la captura del “Chapo” Guzmán califica a los carteles de la droga como terroristas, lo que sin duda son, pues las atrocidades que perpetran, incluyendo matar a centroamericanos que huyen del desastre imperante en sus países y esclavizar a muchas de las mujeres migrantes, es una de las terribles realidades del infierno que gradualmente están siendo Nicaragua, Cuba y Venezuela, las naciones más golpeadas.

Las familias deben protegerse, estar alertas de los peligros que corren sus miembros, más con lo que sucede en El Salvador con asesinatos, desapariciones, extorsiones de pandillas, corrupción e impunidad.