En lugar de pelear y hacer pataletas deberían corregir el rumbo

“Si no tienes un amigo que te diga tus defectos, págale a un enemigo para que lo haga”, enseñaban los antiguos romanos y es lo que debería estar haciendo el régimen y no despotricando contra Estados Unidos y la comunidad internacional como el que lucha contra una tormenta o el viento.

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Manuel Hinds / Foto Por Archivo

Por El Diario de Hoy

2021-10-28 7:38:47

Uno de los huéspedes de la lista Engel se lanzó hace unos días a cuestionar a la Embajada de los Estados Unidos por incluirlo en esa nómina de actores corruptos y antidemocráticos.

A falta de argumentos, el señalado se dedicó a despotricar contra la Encargada de Negocios, que le respondió que “el que está en la lista, es porque lo merece” y que esta nómina no es producto de ocurrencias, sino de investigaciones y análisis serios.

Esa prácticamente es la respuesta para él y los otros 20 señalados en la lista, tanto por actos de corrupción como por dirigir atentados contra la democracia como el golpe contra el Poder Judicial del 1 de mayo y sus secuelas, entre ellas la destitución de la Sala de lo Constitucional, del Fiscal General y de un tercio de los jueces.

Más que ver la paja en el ojo ajeno deberían reconocer la viga que tienen enfrente.

Más bien los señalados y los que trabajan para el grupo en el poder deben hacer un acto de contrición y reconocer los daños que le causan al país, desde el asalto a la Asamblea del 9F, las capturas ilegales de la pandemia, el bloqueo al ingreso de connacionales, el manejo oscuro y cuestionado de las compras y gastos del gobierno, el despilfarro, el nepotismo, la imposición de una constitución y leyes espurias y los golpes contra el Poder Judicial.

De allí dependerá de cómo serán recordados y las cuentas que deberán rendir en un futuro, como se los advirtió la diputada Rosy Romero.

Ciertamente, la historia los puede registrar, pero como “tristemente célebres” por hacer retroceder al país cuarenta años en el tiempo, a los años 80 con sus divisiones, corrupción, éxodos masivos y violencia extrema, como les recordó el doctor Rubén Zamora en una entrevista en El Diario de Hoy.

Precisamente el régimen, que frecuentemente habla mal de “los mismos de siempre”, recurrió a las prácticas de los militares del pasado para impedir manifestaciones. Pero ni usando a contingentes de policías y soldados ha podido disuadir a decenas de miles de salvadoreños de salir a protestar contra atropellos, abusos, corrupción y violaciones a la Constitución y a las leyes a manos del grupo en el poder y sus funcionarios.

De nada les sirvió intentar descalificar la convocatoria en las redes sociales ni busca desviar la atención, pues a los salvadoreños les preocupa e indigna ver cómo se destruye la democracia, se imponen leyes que les perjudican, como la del Bitcoin, y se intenta saquear los ahorros de los trabajadores para sustentar la tragadera de dinero del régimen, a cuyos funcionarios no les importa qué sucederá después dado que ellos “ya tienen arregladas sus vidas”.

Por los abusos que cometen ya no les presta dinero la banca internacional

De la misma manera, como dice el doctor Zamora, no podrán obtener préstamos ni cooperación internacional clave si mantienen la ruta hacia la dictadura, violan los derechos humanos, destruyen la institucionalidad y fomentan el militarismo y un Estado policial, “un imperio”.

A su juicio, esa es la razón por la cual está congelada la negociación de un préstamo de 1,300 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pues esta institución no puede tirar el dinero a un régimen que no da cuenta de sus gastos y está cuestionado internacionalmente por violar los derechos humanos.

“Si no tienes un amigo que te diga tus defectos, págale a un enemigo para que lo haga”, enseñaban los antiguos romanos y es lo que deberían estar haciendo los señalados en la lista Engel y no despotricando como el que lucha contra una tormenta o el viento.

Hagan lo que hagan, digan lo que digan, la lista Engel está allí y difícilmente cambiará mientras no rectifiquen el rumbo que llevan.