Los niños huérfanos merecen todo el amor y cuidado posibles

Los huérfanos son de los seres más indefensos, criaturas que merecen toda la ayuda que se puede brindar. Pero una mayoría de personas tiende a ignorar esas tragedias humanas

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La Ministra de Desarrollo Local, María Chichilco, causó sensación entre los diputados de Nuevas Ideas ayer en la Asamblea. FOTO EDH / Jonatan Funes

Por El Diario de Hoy

2021-06-03 10:03:21

La capacidad de los comunistas del “mundo mundial” para fraguar perfidias la pone de manifiesto el último episodio que tiene lugar en Norcorea: se informa que los niños huérfanos del país se han ofrecido “voluntariamente” para llevar a cabo trabajos forzados, como han condenado en la Rusia de Putin al disidente Navalny y se dio hace décadas en el Estado estadounidense de Georgia con las chain-gangs, los presos encadenados que trabajaban en obras pesadas, tema que fue tomado por los cineastas de aquel entonces.
La agencia oficial del régimen norcoreano dijo que 700 niños huérfanos “voluntarios”, con “sabiduría y valor”, están trabajando en las minas, fábricas y granjas colectivas, para “dar gloria” al dictador Kim Jong-un y “devolver aunque sea una millonésima parte del amor que les ha demostrado el Partido”.
Los huérfanos son de los seres más indefensos, criaturas que merecen toda la ayuda que se puede brindar. Pero una mayoría de personas tiende a ignorar esas tragedias humanas, dándose casos como el horripilante hallazgo en un orfanato abandonado de Canadá de los cadáveres de ciento setenta y cinco niños, la mayoría bebés de menos de tres años y todos nativos americanos.
Por desgracia muchas familias no valoran el inmenso regalo de Dios al hombre que son los niños, sino que los maltratan e ignoran, lo que en muchos casos convierte a esos niños víctimas en adultos hostiles.
Los niños por lo general son víctimas de la cortedad de miras de la gente, de la “sensiblería social” de politicastros que piensan únicamente en su imagen al apoyar leyes disparatas como es el conjunto de ocurrencias que generaron ese parto de tonterías que es la “Ley Minoril”, así como otras normativas que entre otras cosas vuelven casi imposible adoptar un niño; en nuestro caso un grupo de amorales ha tomado en sus manos las vidas de los pequeños y entre sus reglas está imposibilitar al máximo la adopción.
Como lo decimos, se cae en el contrasentido de niños sin padres y parejas sin niños.
Un amigo nos cuenta que en ocasiones visitaba el Hogar del Niño, pero que le desgarraba que todos los muchachitos, acostumbrados a ver solo mujeres, le llamaran papá, de cuna en cuna.
En Estados Unidos y de seguro sucede en otras naciones, una pareja que quiere adoptar un niño pasa por pruebas antes de ser declarada apto para adopción, pero muchos buscan niños en países hispanoamericanos e inclusive en Rusia, un país que hasta donde sabemos lo facilita.

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En lo personal quien esto escribe estuvo muy cerca de la adopción de una muchachita salvadoreña cuya madre estaba en un asilo y pidió que le ayudaran a que su hija fuera adoptada, lo que hizo una pareja de Indiana. La niña es una excelente estudiante, muy buena clarinetista y gran dibujante, además de haber logrado de un plumazo lo que anhelan tantas familias “al sur el Río Grande”.
Las truculencias del expresidente Trump, su xenofobia y racismo, han tenido como trágico resultado que muchos niños han sido separados de sus familias, creciendo sin amor, sin padres, confinados en espacios reducidos donde muchos ni siquiera pueden bañarse cuando lo necesitan.
CNN informó recientemente que “los padres de 445 menores migrantes separados de sus familias debido a las políticas de la administración de Trump en la frontera entre EE.UU. y México entre 2017 y 2018 aún no han sido localizados”.
Otra de “las gracias” del expresidente, investigado en estos momentos por fiscales de Nueva York, es habernos dejado al señor dictador, inclusive nombrando a un embajador para que lo mimara, “el tío” Johnson.