El dueño de una edificación en la calle 5 de Noviembre, en San Salvador, denunció que, mediante testimonios y escrituras falsificadas, el inmueble ha cambiado de manos seis veces, sin que ni el Registro de Propiedad ni otras instancias pongan orden en el asunto, comenzando por desaforar y encarcelar a los responsables de tales ilegalidades.
Es evidente que la operación de las autoridades no marcha a la par de la innovación tecnológica, que facilita llevar controles con más eficiencia para proteger a todos los dueños de propiedades del país, desde el campesino que cuida su parcela hasta los grandes inmuebles.
De tal desorden están aprovechándose los pandilleros, que usurpan casas y propiedades para alquilar o vender, poniendo en problemas a sus legítimos dueños para recuperar sus bienes.
Una solución tendrá que ser colocar en línea (online) el acceso de cada propietario a sus bienes y que se les alerte de cualquier movimiento que intente hipotecar, traspasar o alterar el registro.
Se ha visto, a lo largo de los años, toda clase de abusos de parte de notarios, compradores que pagan con cheques falsos, ventas simuladas…
Hubo, en el pasado, casos en que notarios hacían que moribundos les traspasaran bienes tomándoles huellas digitales para obviar firmas, en grave menoscabo de los herederos legítimos. Pero un criminal se salió con la suya, sin que en ese momento lo desaforaran y encarcelaran.
Mentir es un asunto grave en todo país civilizado, pero que un notario mienta es un delito muy grave.
Acabamos de pasar por dos clepto-regímenes donde mentir, destruir documentos, negar información, manipular escenas de delitos como con un individuo de CAPRES que atropelló y mató un hombre honesto, era “de rigor”, lo usual.
No tiene sentido en estos tiempos digitales depender de un registrador que vaya a archivos, saque expedientes, revise… como las alarmas que suenan cuando un intruso penetra en oficinas o viviendas, los dueños pueden recibir notificaciones inmediatas para tomar acción y protegerse.
La gente debe saber que delinquir tiene altos y perdurables costos
La tecnología permite lo que hasta hace muy poco no era posible, como cuando al administrador de un negocio los programas le alertan si se elevan costos inexplicablemente, si se duplica el consumo de una materia prima, etcétera.
No deben los registros seguir en la era de las carretas cuando hay medios más eficaces y rápidos para trasladarse de un lugar a otro.
Vamos a otros ejemplos. Con los sistemas de reconocimiento de rostros, una autoridad puede revisar a los asistentes a un encuentro futbolístico, los que participan en una marcha, el público que llena un centro comercial para descubrir si delincuentes están allí mezclándose con los hinchas o los compradores y tomar acción.
Los nuevos sistemas facilitan llevar registros de toda naturaleza, de la misma manera como pueden actualmente cotejarse huellas digitales con imágenes de varios millones de otras para identificar a ladrones o homicidas; es suficiente ver películas detectivescas para ponerse al día.
La tecnología punta ahorra tiempo y dinero además de reducir y hasta eliminar errores.
Perseguir y encarcelar falsificadores y notarios que se prestan a tales delitos es necesario para poner una sociedad en orden, para enseñar a todos que “el crimen no paga”, que prestarse a maniobras de delincuentes, narcotraficantes, falsificadores tiene sus altos costos, además de marcar a individuos por toda la vida.