La victoria que el electorado le dio al oficialismo implica poder, pero también responsabilidades

Las diputaciones no deben considerarse un modus vivendi para cobrar venganzas, acumular poder y lucrarse, sino una oportunidad para trabajar por una nación con honestidad y espíritu de servicio.

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El Secretario Nacional del FMLN, Óscar Ortíz, agradeció a los salvadoreños que votaron por ellos. Foto EDH / archivo

Por El Diario de Hoy

2021-03-01 8:28:55

El electorado le ha dado la victoria al oficialismo en las elecciones por la Asamblea Legislativa, incluyendo la llave de la mayoría calificada, lo cual implica poder, pero también responsabilidades.
No hay que olvidar que la Legislatura es, en una democracia representativa, el Primer Poder del Estado, en teoría la voz tanto de las mayorías como de grupos minoritarios.
La función de la ley, en un Orden de Derecho, es proteger a las minorías y a la persona de los abusos tanto de los poderosos como de persecuciones y atropellos de unos individuos contra otros, en particular niños, mayores de edad y mujeres.
Las diputaciones no deben considerarse un modus vivendi para cobrar venganzas, acumular poder y lucrarse, sino una oportunidad para servir a una nación con honestidad y espíritu de servicio. En tal sentido el transfuguismo, saltar de partido en partido —se conoce de individuos que han militado en cuatro partidos diferentes— evidencia falta de escrúpulos, de ir más tras salarios y prebendas, de poder venderse, que de cuidar el bienestar de una nación..
Votar, cumplir con ese deber cívico, no debe verse como un acto que libere al ciudadano, al padre de familia, a los miembros de una comunidad a “olvidarse de la política” si por política debe entenderse la participación activa y consciente del ciudadano en su interactuar con sus connacionales.
El deber de los ciudadanos pensantes es defender la democracia cada día de sus vidas....
La democracia, con todas sus fallas y siempre bajo asedio de los que “venden su primogenitura” por una bolsa de comida, es, sin embargo, el ancla del Orden de Derecho, del esquema que protege a las minorías y las personas de los abusos de poder.
Orden de Derecho es lo que falta en las dictaduras, en la Rusia del envenenador Putin, en la cabeza del racista Trump, en la China de Xi Jinping.
Parte de la chusma incitada por Trump en el asalto al capitolio iba con la consigna de dinamitarlo...
Amordazar, intentar coaccionar a quienes no se amoldan a los deseos de un prepotente, perseguir las voces contrarias a sus caprichos y ocurrencias, ha sido la constante del actual régimen, que utiliza la soldadesca que compró para amedrentar.
Pero al expresar a la canciller salvadoreña la petición del presidente Biden de erradicar la corrupción en el país, el recién nombrado Secretario de Estado de Estados Unidos no dejó eso como un deseo sino como una exigencia, lo que va a definir las relaciones con la primera potencia dominante en el Hemisferio.
Las consecuencias de seguir ignorando ese cambio de postura no son triviales sino que afectan a nuestra economía, al bienestar de los connacionales que residen en Estados Unidos, a la misma estabilidad económica.
Al expresar la voluntad de erradicar la corrupción se apunta a las prácticas corruptas y saqueo del actual cleptodesgobierno, pues ningún grupo manosea recursos públicos fuera del régimen a través de denunciadas asignaciones ilícitas, compras amañadas o descarados actos, como haber usado más de treinta millones de dólares para “adaptar” el Centro de Ferias y Convenciones para servir como “hospital”, un mamotreto al que además asignaron más de 30 millones de dólares sustraídos de los fondos del Seguro Social.
Para equipar el “Hospital El Salvador” se denunció que descaradamente tomaron equipos y facilidades del Hospital Rosales, lo que equivale a “despojar a muchos pobres para vestir a un rico”.

No se puede seguir saqueando un país sentado sobre bayonetas...

El régimen da continuas señales de que no le importa lo que se le exija fuera pues dentro, en su finca privada como considera que es El Salvador, sentado sobre las bayonetas de su soldadesca, piensa seguir en sus desmanes y saqueo. Como el bíblico rey Baltazar en su festín, de lo que la mano escribe sobre el muro, al “Mene, tequel, ufarsín” (“contó Dios tu reino y le ha puesto fin. Pesado has sido en balanza y fuiste hallado falto. Tu reino ha sido roto, y dado a los medos y a los persas”, previo al desmembramiento de su imperio.