Policías claman por seguridad para ellos y sus familias

Tomando en cuenta la experiencia de Belloso y el 5-5, algunos piensan que los izquierdistas marxistas y fanáticos siguen viendo a policías y oficiales como veían a los soldados, policías y guardias nacionales que los enfrentaron durante la guerra.

descripción de la imagen

Por

2018-08-20 6:24:51

Los agentes de la Policía han lanzado un dramático llamado a sus superiores para tener protección efectiva contra los ataques de las pandillas, tras una nueva escalada de asesinatos de efectivos o sus familiares. En el año ha habido 15 bajas, seis de ellas en este agosto.

El gobierno ha respondido diciendo que les dará seguridad y que ya está tomando medidas, pero no dice cuáles y el peligro estriba cuando los agentes van a sus poblaciones y están a merced de los pandilleros, que montan verdaderos equipos de inteligencia para seguirlos y atentar contra ellos.

Mientras tanto ya hemos visto que los efemelenistas despilfarran el dinero a raudales, pero no tienen para pagar los seguros de los policías, cuyas familias quedan en el desamparo cuando son asesinados.

Sobre esta grave injusticia hemos escrito varias veces e inclusive pedido a diputados que se ocupen de propiciar una ley que obligue a cubrir esa protección.

Hay más interés en sostener esa enorme masa de activistas, más de cuarenta mil, incluyendo sus parentelas y amigatelas, llegados principalmente en el régimen de Funes, pero para las familias de los policías no hay dinero y lo grave es que no parece ni quitarles sueño ni importarles su suerte.

A quienes nos protegen, protegen familias y comunidades, no los protege “el Estado”. Sólo hay que ver que en los sepelios de los agentes no aparece ni un solo alto funcionario condoliéndose con las familias.

Esa tragedia, como el desabastecimiento de clínicas y hospitales, como el deterioro de la infraestructura o la incapacidad para controlar la violencia, es una grave forma de corrupción, tan grave como el desvío de fondos a su favor del que han sido acusados Saca y Funes, este último prófugo en Nicaragua.

Con lo robado en ambas gestiones se pudo cubrir esas necesidades por décadas. Eso apunta a la clase de sociedad que estos fanáticos establecerían de tener el poder total y que es la imperante en Cuba, en Venezuela y donde se imponen.

Lo primero que hicieron fue desmantelar la Guardia y la Policía Nacional. Pero hay una causa de este menosprecio por la Policía e inclusive por lo medular del Ejército: de llegar a tener el poder total -y Dios libre a esta tierra de semejante desastre- la extrema izquierda desmantelaría las fuerzas de seguridad y a la misma Fuerza Armada, para formar sus propias bandas armadas, como sucedió en Nicaragua y, desde luego, en Cuba, donde fusilaron a una parte sustancial de oficiales tanto de la Policía como del Ejército.

Tomando en cuenta la experiencia de Belloso y el 5-5, algunos piensan que los izquierdistas marxistas y fanáticos siguen viendo a policías y oficiales como veían a los soldados, policías y guardias nacionales que los enfrentaron durante la guerra y cuyos cadáveres profanaban en la forma más endemoniada e inhumana posible, sentando escuela para las pandillas criminales de la actualidad.

Estos socialistas del Siglo XXI se han retratado como una secta inhumana, ajena al sufrimiento y a las privaciones que causan a los pueblos donde se entronizan. En lo que destacan es en cargar con lo ajeno.