Violencia virtual ideológica

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Por Luis Enrique Contreras Reyes

2019-10-13 5:30:39

Lamentablemente nuestro país ha sobresalido por ser de los más violentos a nivel regional, con tasas de asesinatos altísimas como la del 2015 de 103 homicidios cada cien mil habitantes. La Organización Mundial de Salud (OMS) considera epidemia de violencia cuando hay 10 asesinatos cada cien mil habitantes; siendo un parámetro altamente preocupante para nosotros.

Sin embargo, estas cifras han disminuido considerablemente en nuestro país y esa es una excelente noticia. Pero recordemos que no solamente los homicidios son sinónimos de violencia. Hay otras acciones que la representan y como sociedad las eludimos. Ejemplo: la violencia verbal y el subdesarrollo cultural, de virtudes y valores éticos y un eficiente sistema educativo inciden para que países como el nuestro una infinidad de personas, se expresan peyorativamente de otras que no comulgan con su pensamiento o ideología política.

Insultos, ataques personales y obscenidades…es lo que desfila en redes sociales, cuando se confrontan personas de diferente preferencia política. Esto refleja a una sociedad enferma que vierte su inmundicia desde el teclado de sus celulares o computadoras. Tristemente las agresiones verbales se materializan en Twitter buscando denigrar a personas. Hay que preguntarnos ¿por qué se busca la humillación de la persona? ¿Por qué insultos y no argumentos apelando a la inteligencia?

Es un cinismo exigirle a nuestros gobernantes entendimiento y armonía entre órganos del Estado, cuando grupos de personas automatizadas y cegadas ideológicamente se insultan en sus cuentas virtuales de redes sociales. No es justo exigir respeto a funcionarios hacia la democracia si cuando los increpamos lo hacemos con vituperios sin sentido. El subdesarrollo de los países no se limita solo al plano económico, aspectos culturales y educativos son concomitantes.

El hecho de irrespetar a otros desvirtúa esa aspiración de desarrollo que decimos proponer para nuestro país.
Un amigo periodista me comentaba una vez que muchas personas en Twitter se han convertido en delincuentes virtuales, destilan grandes cantidades de ofensas lacerando la dignidad de las personas a quienes las vierten; es preocupante que la violencia que caracteriza la idiosincrasia salvadoreña también se traslade al plano virtual. Debemos hacer un análisis introspectivo, serio y minucioso para tener una libertad de expresión responsable.

Los jenízaros de esta libertad de expresión necesitan que las masas cretinizadas acepten como axiomas sus sofismas, donde se encuentra la “libertad de expresión” en su versión absolutista. Para crear tales axiomas recurren al método anticipado por Aldous Huxley en su libro Un mundo feliz, consistiendo en repetir millones de veces una misma afirmación. En la novela de Huxley, tal repetición se lograba mediante un mecanismo repetitivo que hablaba al subconsciente, durante las horas del sueño; en el presente se logra a través de la saturación mental que nos sirven los mass media con cantidades enormes de desinformación, las bandas virtuales de la religión democrática que defienden una libertad de expresión absolutista: libertad sin responsabilidad; libertad para dañar, injuriar, calumniar, ofender y blasfemar. Si a la palabra libertad no se le añade un “para qué”, se convierte en una palabra sin sentido, una palabra ambigua que puede amparar las mayores aberraciones. Como decía el escritor argentino Leonardo Castellani, “la libertad no es un movimiento, sino un poder moverse; y en el poder moverse lo que importa es el hacia dónde, el para qué”. No puede haber una libertad para ofender, para enviscar odios, para jalear bajas pasiones; no puede haber libertad para ultrajar la fe del prójimo.

Los jenízaros de la libertad de expresión buscan despotricar y deslegitimar toda opinión antagónica a la de ellos, imponerse violentamente mediante agravios verbales, no podemos seguir así o nuestra democracia, corre el peligro de convertirse en una envilecida oclocracia.

Analista político @LuisSaxum..