Hace medio mes todos celebraban el Año Nuevo con su familia y sus amigos esperanzados de que este 2022 sería un mejor año y se podría, al fin, regresar a la normalidad. Es una lástima que esto no haya durado mucho. En definitiva, se ha descuidado el tema de la pandemia. Los últimos meses la población tomó las medidas de bioseguridad muy a la ligera, muchas personas incluso dejaron de portar mascarilla. Múltiples establecimientos comerciales desistieron de continuar con las medidas de bioseguridad y las aglomeraciones de personas aumentaron.
La situación únicamente fue agravada con la llegada de las fiestas de fin de año. Muchas familias decidieron realizar sus compras navideñas, recibieron visitantes de otros países y celebraron sus vacaciones viajando u organizando eventos y reuniones muy numerosas. Los centros comerciales se encontraban abarrotados de consumidores, las plazas públicas como la del Salvador del Mundo se llenaban por los eventos navideños. En un momento, parecía que la pandemia había desaparecido.
Hace una semana, el ministro de Salud declaró que la nueva variante ómicron de covid-19 ha estado circulando en nuestro país desde finales de diciembre del 2021, a pesar de haber negado su existencia un día antes. Ahora se observa un panorama poco alentador, ya que se produjo un repunte de casos que van de los 25 a los 300 al día y aumentando. La variante ómicron tiene la particularidad de ser mucho más infecciosa que las demás, por lo que se teme que contagie y produzca una reinfección en una cantidad importante de la población, ya que el virus puede contraerse a pesar de haberse vacunado. Si bien los síntomas se dan con menor intensidad, el peligro de una reacción grave en algunas personas sigue siendo igual que con las demás variantes de coronavirus.
En estos días muchos reportajes tanto en noticieros como periódicos anuncian una gran ola de contagios. También se pueden ver imágenes de centros de salud repletos y colapsados de personas que asisten debido a una gripe, por sospechas de padecer este virus. Además, la demanda de pruebas se ha disparado, tanto así que el Ministerio de Salud ha incrementado la capacidad de tamizajes comunitarios, de un promedio de 2,000 a 3,500 diarias. Como consecuencia, el sistema de salud del país se encuentra en una situación crítica y la vida de muchos corre peligro de nuevo. Este repunte de casos es preocupante, pero hay que mantener la calma y retomar las medidas de bioseguridad para disminuir los contagios. Todos deben contribuir y poner de su parte para poder controlar esta situación.
Sin duda, este es el momento en el que el gobierno debería promover el cumplimiento de estas disposiciones y recordarle a la población que se tiene que cuidar. Podría fomentar la colocación de la tercera dosis de vacunas contra la covid-19; hacer conciencia a través de los medios de comunicación; retomar los controles sanitarios que se tenían en los aeropuertos y reconsiderar la decisión de comenzar el año escolar en modalidad presencial o semipresencial.
Por otro lado, los salvadoreños deben ser conscientes de la situación que se está viviendo y tomar medidas preventivas. Seguir usando mascarilla, evitar salir de casa y no visitar lugares con riesgo de contagio en la medida de lo posible, usar alcohol gel y desinfectarse al ir y venir del hogar son hábitos que deben mantenerse. Procurar evitar reuniones y eventos numerosos sería de gran ayuda. Si tienen síntomas o sospechas de covid, hay que aislarse y evitar acercarse a otras personas.
Es importante hacer conciencia y promover estas medidas con los amigos, familiares y conocidos, ya que se necesita que todos colaboren. Aún hay tiempo de tener ese 2022 que tanto se desea, junto a nuestros seres queridos. Es mejor cuidarse y distanciarse ahora para que todos puedan estar presentes en futuras reuniones.
Estudiante de Ciencias Jurídicas / Club de Opinión Política Estudiantil (COPE)