Europa, el epicentro de la invasión de ómicron

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Joe Biden, presidente de Estados Unidos. Foto AFP

Por Pascal Drouhaud

2022-01-02 6:00:41

2022 está anunciándose en Europa con una amenaza inmediata : la invasión de la variante de la covid-19 llamada ómicron. El nivel de contagios se ha vuelto desde unos dias, inédito : el 28 de diciembre, Francia contó con 179,807 nuevos casos. Se perfila un nivel de contagios de más de 200,000 casos diarios en este principio de año. Si Francia es el país más impactado hoy en día, es toda Europa la que está en el ojo del huracán.

La variante ómicron se expande, los países europeos tomando de manera distinta medidas para, por lo menos, bloquear la difusión de esta variante que llega de África del sur. La situación es grave : la OMS considera su propagación como preocupante. Lo es al nivel sanitario con niveles de propagación nunca alcanzados obligando, por ejemplo, a los países bajos a confinarse de nuevo.

Las consecuencias internacionales ya se hacen sentir: el fin de semana de Navidad, se cancelaron al nivel mundial más de 8,300 vuelos. El temor en Europa y específicamente en Francia, lleva a una parálisis mecánica de la sociedad: los casos multiplicándose, los paros laborales aumentan. Hacen correr el riesgo de perturbaciones en sectores de la economía: los transportes como trenes o aviones que pueden no tener suficiente personal operativo, las empresas que vuelven al teletrabajo obligatorio, si posible, tres días a la semana.

Lo mejor son cuatro pero con personal que puede enfermar y tener incapacidades. Siendo tan altos los niveles de contagio, los servicios de urgencia de los hospitales están ya en una situación crítica, mientras el personal de primera línea está presente, frente a la enfermedad.

Europa se ha vuelto el epicentro mundial de la invasión de ómicron. Una cruzada contrarreloj se está librando para evitar el colapso de los hospitales y de la economía. Entre el 20 y 27 de diciembre pasado fueron detectados 2,901,073 casos, lo que representa el 53% de los contagios mundiales. En Francia 24,287 personas murieron y en el mismo período los Estados unidos y Canadá 10,266, es decir el 22%.

Frente a esta realidad, los países están tomando medidas: Francia, que entra en su campaña presidencial para elecciones en abril próximo, decidió limitar el número de personas en el interior para grandes manifestaciones a 2,000. Serán 5,000 en el exterior.

El jefe del gobierno no anunció todavía, ningún toque de queda y las escuelas abrirán de nuevo el 3 de enero de 2022. En los restaurantes y bares, el servicio tendrá que ser limitado a los clientes sentados, no de pie, para evitar áglomeraciones. En Grecia, estarán cerrados a partir de la medianoche y no se podrá aceptar mesas de mas de seis personas. En las empresas, se volverá al teletrabajo por lo menos hasta el 16 de enero. Dinamarca, Islandia y Noruega informaron sobre la presencia mayoritaria del virus.

En el mundo, los Estados Unidos anunciaron un nuevo récord con 215,000 casos el 26 de diciembre pasado. Los países apuestan a las vacunaciones: los récord de propagación ponen gradualmente los hospitales bajo presión. Pero se nota que la mayoría de los enfermos son hoy en día las personas que todavía no se vacunaron. En Francia, representan el 70%. Los demás suelen ser personas vacunadas pero débiles y con la presencia de comorbilidades. Francia tiene una tasa de vacunación del 90% al menos en primera dosis. Ya se está aplicando una tercera dosis .

Los Países Bajos se reconfinan, medida anunciada por el primer ministro Mark RUTTE desde el 18 de diciembre pasado, hasta por lo menos el 14 de enero. Está prohibido recibir a más de dos personas en casa durante ese período , cuatro este Año Nuevo. En Portugal, se controla a los viajeros que entran, El pais luso cuenta con 88.9% de ciudadanos vacunados sobre una población de 10.3 millones de habitantes. Extendió la campaña de vacunación a los niños desde 5 hasta 11 años.

Se justificó por el aumento de los casos en esa categoría de la población, prolongando el período de vacaciones escolares de una semana y volviendo igual que otros países. El teletrabajo es obligatorio. De manera general, se permite el acceso a los restaurantes, espacios culturales y de deporte, a las personas vacunadas o curadas de la covid. Italia, Alemania y Grecia controlan las personas que entran a su territorio, pudiendo además de las vacunas, pedir una prueba covid negativa.

Los viajeros no vacunados provenientes de países como Francia, Dinamarca o Noruega deberán estar en cuarentena. Solo una prueba PCR le puede poner fin a esa medida. Dinamarca decidió el cierre por un mes, de los espacios culturales y de entretenimiento.

En España hay uso de obligatorio de máscaras incluso en exteriores,donde el nivel de contaminaciones subió estos últimos días a más de 50,000, Cataluña evalúa un toque de queda de la 1 hasta las 6 de la mañana.
Es decir, ¡cuán grave se ha vuelto la situación en Europa! Una nueva consecuencia más allá de la dimensión sanitaria es la económica.

La alarma general lleva a la necesidad de hacer todo para evitar una parálisis mecánica que hoy en día parece posible por no decir inexorable, de la sociedad. El esquema catastrófico hace aparecer una multiplicación de los casos que impiden los servicios generales, administrados por agentes de Estados o personal de las empresas.

Con la obligación de aislarse de la enfermedad, se teme un bloqueo de numerosos servicios. Unos trenes ya no circularon en Francia estos últimos dias por falta de conductores, quienes han caído enfermos. Esa realidad es inédita pero real y ha vuelto la amenaza inmediata tanto para Francia como para los demás países europeos. Se ha acelerado la vacunación: fueron más de 700,000 personas que recibieron una vacuna el 28 de diciembre. 51,676,653 personas disponen de un esquema de vacunaciçon completo (76.6% de la población), 23,059,934 una tercera dosis (cifras al 28 de diciembre de 2021).

Pero la batalla sigue : hacer todo para que no se pare la sociedad: producción, servicios a las personas, movilidad son prioritarios. Y para evitar esa catástrofe, las vacunaciones y medidas de precaución como el teletrabajo han vuelto en ese principio de Año Nuevo, armas contra la propagación del ómicron.