Del abuso al uso, la tecnología en manos de los jóvenes

El culpable de este uso nocivo de las nuevas tecnologías no es más que la desatención generalizada por parte de la sociedad.

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El delantero argentino del Atlético de Madrid Ángel Correa celebra su gol durante el partido de fútbol de la liga española Club Atlético de Madrid contra la Real Sociedad en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid el 12 de mayo de 2021. Foto: AFP

Por David Eleazar Solís

2021-05-12 4:30:48

odas las generaciones son distintas. Sus tendencias, distracciones e incluso problemas son diferentes y muchas de estas transiciones ocurren en cortos períodos. Sin embargo, la sociedad no logra adaptarse a tiempo para moderar o manejar dichos predicamentos y circunstancias. Una de estas situaciones es el uso cotidiano de la tecnología por parte de los jóvenes, tanto niños como adolescentes. Es algo común ahora ver a un grupo de niños reunidos, quienes, en lugar de jugar de la manera tradicional que conocíamos, pasan ese tiempo frente a sus teléfonos o tabletas. Asimismo, en muchos casos, es costumbre dejar a los niños o jóvenes invertir todo el tiempo que ellos deseen frente a estos dispositivos, pero no se tiene consciencia de las consecuencias de dichas conductas.
En primer lugar, este comportamiento puede traer efectos nocivos. Debemos tener en mente que, debido al fácil acceso a toneladas de entretenimiento e información, los jóvenes pueden verse ensimismados y aislados de la realidad, situación bastante perjudicial para un menor que está en pleno desarrollo. Se genera una dependencia tan grande a estos dispositivos que llegan a ser vistos como una necesidad vital y primordial. Un enfoque y enajenamiento tal pueden incitar a comportarse, en ocasiones, de manera agresiva y, en consecuencia, suscitar un desinterés por otras facetas de la vida como el estudio o la convivencia familiar. De esta forma, el uso desmedido de estos instrumentos genera adicción y dependencia, pues fueron diseñados para serlo, las cuales no son nada positivas para su desarrollo.
El culpable de este uso nocivo de las nuevas tecnologías no es más que la desatención generalizada por parte de la sociedad. Por el lado paterno, en varios casos, solo se les brindan estos dispositivos con acceso a internet con el fin de entretener a los niños; no se les presta la atención debida y se confía en que ellos les darán el mejor uso posible. No obstante, no tienen la madurez necesaria para medir y dosificar el tiempo en pantalla. Por otra parte, en el sistema educativo no es una prioridad enseñarles a regular su uso de manera constante. De esta forma, muchos jóvenes están a la deriva en un mar de riesgos.
Sin embargo, es importante remarcar que su erradicación total sería igual de negativa. Con el transcurso del confinamiento, nos dimos cuenta de que la ausencia de dispositivos con acceso a internet significó una pausa en la educación de muchos. Igualmente, si las clases presenciales hubiesen continuado, el uso de estas herramientas habría sido una necesidad imperiosa. Además, para los jóvenes, desenvolverse en estas tecnologías es clave para el mundo laboral y sus nuevas modalidades. Del mismo modo, el entretenimiento del que disponen no es nocivo si se mide y se modera de manera adecuada.
Por lo tanto, ahora que estamos luchando contra los efectos de la pandemia, es momento de cambiar la perspectiva y la concepción de la tecnología en el desarrollo educativo de los jóvenes. Hemos presenciado que existe una nueva necesidad primordial, el tener acceso a ella, ya sea para el trabajo o la educación; pues estos dispositivos, con un potencial nocivo, pueden igualmente beneficiosos si se les trata con madurez y mesura.
La entrega de computadoras personales a los jóvenes es una oportunidad para enseñarles a aprovechar las nuevas tecnologías, pero no basta con que una materia muestre pocos detalles del uso de ciertos programas o componentes, sino que busque concientizarlos sobre su manejo y sus peligros. De la misma forma, una utilización constante de dichos recursos en distintas actividades y asignaturas sería perfecto para adaptarse a los vientos de cambio. Ya se les brindará a muchos el acceso, ahora falta guiarlos para sacarles el máximo provecho para su desarrollo académico. Solo así, se logrará potenciar el crecimiento de esta generación y simultáneamente del país, que necesita profesionales aptos para la era digital en la que, desde hace tiempo, estamos inmersos.

Estudiante de Ingeniería de Negocios

Club de Opinión Política Estudiantil (COPE)