El más grande aprendizaje de 2020

Analistas de la función de la mujer en la sociedad aseguran que más que un salario por el trabajo de un ama de casa, lo que corresponde es una distribución de tareas entre los miembros de una familia, más aún en estos tiempos en donde padre y madre trabajan fuera del hogar.

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Por Ricardo Bracamonte

2020-12-29 5:44:11

La historia recuerda al filósofo francés, Brillat-Savarin, J. Anthelme, como el primer tratadista, a inicios del Siglo XIX, que ubica la gastronomía como “una de las bellas artes” y le endosa frases como “más contribuye a la felicidad del género humano la invención de una vianda nueva, que el descubrimiento de un astro”.
Traigo a cuenta este dato porque en estos días de pandemia a mi esposa, Adita, se le ocurrió preparar un plato sencillo, pero tan delicioso en olores, sabor, textura y dieta, que pronto fue el deleite de nuestras hijas y nietos.
Se trata de la EMPAPUSA: una combinación vegetariana de empanada y pupusa compuesta de masa de maíz, cebolla, ajo, albahaca, tomate, loroco (bien picaditos), sal, pimienta, queso y/o frijol; todo a la plancha con una ligera capa de aceite de oliva. El olor invadía la casa y, cuando se lo enviamos a la descendencia, aquello fue una bomba.
Siempre he admirado en ella, los “toques” peculiares que les da a los platos que prepara; pero jamás había experimentado en carne propia las particularidades del trabajo de una ama de casa. En esta pandemia hemos convivido como nunca antes alrededor de 300 días, eso significa pensar, preparar, cocinar y servir casi novecientos tiempos de comida, sin parar, desde el mes de marzo hasta los últimos días del presente año. Claro que me he incorporado gradualmente a responsabilizarme de preparar el desayuno, lavar trastos después de cada comida, barrer, lavar baños; pero ella viene haciendo esto desde que nos casamos, hace 42 años. Estudió, se tituló, fue responsable de la nutrición y dieta de las madres de los recién nacidos en un hospital público, educó a nuestras dos hijas…ahora sigue con los nietos; pero simultáneamente, ha venido pensando, preparando, cocinando y sirviendo. Además, responde con mucho gusto y detalle a las llamadas de las hijas solicitando consejos para preparar “los guisos” de la cocina y hasta los del alma.
Analistas de la función de la mujer en la sociedad aseguran que más que un salario por el trabajo de un ama de casa, lo que corresponde es una distribución de tareas entre los miembros de una familia, más aún en estos tiempos en donde padre y madre trabajan fuera del hogar. Este es un tema muy sensible en diversos sectores que prevén la necesidad de una transformación radical en el ordenamiento de los roles de la mujer y el hombre en una cultura más proclive a favorecer al género masculino.
Ella está segura de que esto de la pandemia se va a extender por lo menos todo el 2021, hasta que a cada habitante le coloquen la vacuna; mientras tanto el “qué comemos hoy” se convierte en la frase que, como el canto del gallo, nos despierta cada mañana.
Mis respetos para las amas de casa que, “sin bajar la bandera del honor”, le dan sentido al núcleo familiar. A veces, nos llenamos la boca al decir que somos “los proveedores” porque llevamos el dinero a la casa y nos sentamos tranquilos a desayunar, leemos el periódico y nos vamos al lugar de trabajo. Al regreso, nos sentamos de nuevo a la mesa, a cenar y a contar nuestras grandes experiencias del día; mientras la esposa…¡Qué gran aprendizaje en este 2020!
Este filósofo francés debió haber ampliado la frase no sólo relativa a la invención de nuevas viandas, como la “empapusa”, sino a la creatividad del ama de casa en organizar y dar estabilidad al hogar, tal y como lo entendemos todavía en nuestra cultura.

Profesor, Licenciado en Letras y Maestría en Política y Evaluación Educativa.