Estamos a dos meses de Navidad y los chambres abundan: que se viene un segundo encierro, que “mirá Europa, donde no vas a poder ver a nadie para Navidad”. No es común que le dé likes a los tuits del Señor Presidente, pero sí le di like a uno hace poco porque dijo una gran verdad: no tenemos que ser como Europa.
No voy a meterme a hacer aseveraciones de índole médica, pero una caricatura publicada recientemente me hizo darme cuenta de algo: el virus también muere. Muere con agua, jabón y alcohol gel. Muere con el uso de la mascarilla.Muere con un sano distanciamiento social. Muere como responsabilidad colectiva, tanto a nivel ciudadano como a nivel gubernamental.
En lugar de pensar “vamos a ser como Europa” deberíamos pensar “vamos a ser como Taiwán”.
Taiwán lleva 200 días sin contagio local. Nunca tuvo una encerrona, no ha tenido cercos epidemiológicos, pero lo que Taiwán sí tuvo fue una unidad de propósito. El lema que adoptaron fue “Este es tu país, y tú debes salvarlo”. Y quiero hacer énfasis en el “tú”, pues evitar el alza de contagios depende de cada persona, desde la vendedora ambulante que usa mascarilla hasta el político que no entrega insumos partidarios para evitar aglomeraciones. Al final, las vidas que se pierden son salvadoreñas, no pertenecen a un partido u otro. Yo siempre he dicho que voy a votar por el candidato que menos campaña haga, porque ese es el más responsable.
Otra cosa que Taiwán hizo fue establecer mesas multidisciplinarias con el gobierno, la academia y la comunidad científica. Mi pregunta siempre ha sido, y sigue siendo ¿no sería un honor ser otro país milagro? Yo creo que sí. Pero, una vez más, debe haber apertura y diálogo. No entiendo por qué, de repente, esas dos palabritas que salvarían miles de vidas, son malas palabras.
Por último, es importante que cómo salvadoreños creamos en nosotros como país. La excusa “es que el salvadoreño es…” no es válida. El salvadoreño puede ser muchas cosas, pero mostrarse responsable. El salvadoreño puede decidir dejar de presumir de vivo. El salvadoreño puede dejar de involucrarse en las redes en pleitos estúpidos y tomar ese tiempo para educarse. Al final, recalco, nuestra vida es nuestra responsabilidad, no de papá Estado, quien si pudiera darnos un espaldarazo como ciudadanos haciendo a un lado tanto conflicto innecesario y desgastante.
Así que en nuestras manos está ser Europa o ser Taiwán. En las nuestras como ciudadanos y como gobierno: en el Ejecutivo, la Asamblea, la Sala y todos los demás. Una sociedad que echa culpas o continúa en conflictos estúpidos en lugar de buscar preservar su propia vida y la de sus conciudadanos, cuando lo que se necesita es actuar coherentemente, es, en esencia, inmadura e irresponsable.
Educadora, especialista en Mercadeo con Estudios de Políticas Públicas.