Semana Santa bajo la sombra de la pandemia

La erradicación de contagios no depende del gobierno, no depende de los médicos, no depende de nadie más que de cada uno de nosotros en salvaguardarnos y así ir adecuándonos a este momento tan dinámico y cambiante que ha puesto en jaque a todos(as) a nivel mundial.

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Marcelo Arévalo, tenista salvadoreño en una competición anterior. Foto / Cortesía INDES

Por Luis José Samayoa Rodríguez

2021-03-29 6:28:53

Un nuevo periodo de vivencia espiritual y vacacional se acerca como parte de la Semana Santa y por segundo año nos vemos todavía inmersos y bajo la sombra de la pandemia del COVID-19, a pesar de los esfuerzos que realizan los diversos gobiernos en la obtención de las vacunas de diversas casas farmacéuticas con el objeto de buscar salidas y salvaguardar a sus gobernados. Sin embargo, no basta con atenernos a que de un momento a otro llegaremos a ser vacunados para erradicar en mayor medida los efectos que puede ocasionar la enfermedad.
Estamos ante el inicio de una fase gradual de vacunación, la cual no va ser la solución del problema, ya que existen un par de elementos de fondo que deben concientizarnos a cada uno de los integrantes de la población y tomar las precauciones que corresponden. Ahora que entramos a la Semana Santa del 2021, muchos seguramente estarán volcados de forma desenfrenada en centros turísticos, de recreación y de entretenimiento en general, lo que puede generar un rebrote significativo posteriormente si no somos precavidos. Recordar que la precaución raramente comete un error y erradica los riesgos.
Una Semana Santa que en el ámbito religioso no será la misma como en otros años, cuando se vivía de forma latente y con entusiasmo ciento por ciento presencial todas las actividades religiosas que las diversas comunidades realizaban. La pandemia ha transformado nuestras celebraciones litúrgicas y costumbres de Semana Santa, replegándonos en gran parte a nuestros hogares. Sin embargo, la pandemia deberá de hacernos recapacitar de cómo vivir los misterios de Semana Santa y actuar de manera urgente, pero novedosa, con lo que la misma tradición eclesial nos enseña a continuar y no perder la fe que ya llegará el momento de volver a una normalidad plena.
Que este espacio del año sea un momento de reflexión para cada uno de nosotros, que sea un momento de compartir con cautela y con medida. Hagamos uso frecuente del tapabocas, sobre todo en espacios cerrados y cubriendo siempre boca y nariz; abrir las ventanas para que haya ventilación y circulación del aire y especialmente evitar las visitas y reuniones con personas distintas a las que convivimos. Pensemos en todas esas personas que han perdido la vida por causa del coronavirus, por ese personal que aún se mantiene en primera línea y que son en realidad Héroes de la Patria, que continúan trabajando arduamente en esa labor tan titánica y riesgosa para poder salvar la mayor cantidad de vidas posibles.
La erradicación de contagios no depende del gobierno, no depende de los médicos, no depende de nadie más que de cada uno de nosotros en salvaguardarnos y así ir adecuándonos a este momento tan dinámico y cambiante que ha puesto en jaque a todos(as) a nivel mundial. Seamos precavidos y evitemos que posterior a esta Semana Santa se generen más casos y víctimas por la pandemia, concienticémonos por el bien de todos (as).

Abogado / Master en Tributación Internacional y Asesoría Jurídica de Empresas / Decano de la Universidad Nueva San Salvador