Retrospectiva

Cambiar la historia es imposible, y quizás aunque podamos hacerlo, lo mejor es dejarla como está

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Zuleika Soler se agenció la corona de Miss Universo El Salvador 2019. Foto: Instagram/@misses_el_salvador

Por Jonathan Navarro

2019-07-21 4:15:46

Opinar sobre el pasado es la cosa más sencilla que hay, porque cuando conoces el desenlace de las decisiones, es muy fácil decir “yo lo hubiera hecho así…”. Por eso, para muchos, la ilusión de una máquina del tiempo es una idea fabulosa, porque permite regresar al pasado a “corregir lo que se hizo mal”.

Esta historia trata sobre un escritor que encontró la forma de reescribir la historia. Dedico su vida como autor a relatar los problemas de muchas etapas de la historia de nuestro país, como: la destrucción que ocasionó el conflicto armado, el quebrantamiento social provocado por la polarización política. Y cuando correspondía escribir sobre la nueva política, encontró un libro viejo y en blanco, el cual, al colocar su pluma, le permitía volver en el pasado, ver la historia y regresar al presente para escribir lo que correspondía. Esto permitía al autor cambiar la historia según consideraba debía ser. Entonces pensó que no tenía sentido escribir sobre la nueva política, porque podía corregir el pasado, y no solo eso, sino escribir su nombre como el artífice de las hazañas que harían de El Salvador un mejor país.

Pensó que el origen de todos los problemas fue el conflicto armado, porque antes de eso El Salvador era un fenómeno económico a nivel mundial, que exportaba sus productos, que el valor de moneda llego a estar cerca del valor del dólar y la violencia erradicada por los comandantes que presidían al país. Y fue así que volvió a la época de los Setenta, antes de que todo el conflicto iniciara. Pero su sorpresa fue que el libro lo llevó a formar parte de una familia de campesinos que sobrevivían del pan diario que les daban los terratenientes, incapaces de aspirar a nada más que una vida a las sombras de un feudo, y que escribir como tanto le gusta hacerlo, sería la causa de su deceso. Y fue entonces que antes de su ejecución, con un grupo de campesinos, decidieron enfrentarse al autoritarismo militar, porque aun con el precio de su sangre salvarían a sus familias de la opresión.

El libro lo llevó de regreso al presente, y aun conociendo que el origen de la guerra era en gran medida por la Guerra Fría que nunca fue nuestra, al vivir en su piel el sufrimiento de aquellos que sí lucharon contra la opresión, no tuvo el valor de cambiar el pasado. Entonces pensó que lo que había provocado la ruptura social es el enriquecimiento desproporcionada de unos pocos, y fue así que el libro lo llevo a inicios de los Noventa, con una familia modesta, pero trabajadora y emprendedora, con los sueños de hacer algo propio, pero con la dificultad de no tener capital de trabajo. Y entonces escuchó que existía un grupo de personas que buscaban fortalecer a El Salvador, invertir en calles, reconstruir un país en detrimento por culpa de la guerra, con capital para todos los que necesitaran financiamiento, y entendió que su familia podría gozar de un mejor futuro, si ellos a dirigían el país. Pero antes de verlos gobernar, el libro lo trajo de nuevo al presente. Así entendiendo lo que para mucho fue una de las mejores épocas económicas de El Salvador, y una vez más no cambió una sola palabra de la historia.

Finalmente pensó que la polarización política de inicios del Siglo Veintiuno fue la forma en que la propia sociedad intentó cerrar las heridas de la guerra y de la lucha de clases sociales y de desnudar los intereses mezquinos de quienes olvidaron sus ideales. Y sin intentar escribir en el libro otra vez, lo cerró y lo devolvió donde lo encontró.
Cambiar la historia es imposible, y quizás aunque podamos hacerlo, lo mejor es dejarla como está. No pretendamos ser los héroes de la historia juzgando el pasado, porque hablar en retrospectiva es muy fácil.

Abogado